La combinación de los datos turísticos del verano de 2025 en Asturias y de la aprobación del nuevo PGOU en Llanes permite trazar, con bastante precisión y apoyándose en hechos objetivos, un diagnóstico profundo del problema estructural que afronta hoy el municipio. No estamos ante una coyuntura puntual ni ante debates ideológicos abstractos, sino ante una convergencia de tendencias demográficas, económicas y urbanísticas que apuntan en la misma dirección.
1. El fin del ciclo expansivo del turismo nacional
El verano de 2025 marca un punto de inflexión claro para el turismo nacional en Asturias. Según la Encuesta de Turismo de Residentes del INE, entre junio y agosto se registraron 1.528.184 viajes, lo que supone una caída del 6,4 % respecto a 2024 y, lo que es más relevante, un desplome acumulado de alrededor del 16,7 % frente al récord de 2023. El gasto total descendió hasta 594 millones de euros, más de 86 millones menos que en 2023, confirmando que la pérdida de visitantes no se ha compensado con un mayor gasto por turista.
Este dato es crucial porque Asturias —y especialmente su franja costera— depende en gran medida del turismo interior, precisamente el segmento que más retrocede, mientras crecen los viajes al extranjero. Aunque se registró un ligero aumento de pernoctaciones frente al año 2024, estas siguen muy por debajo de las de 2023 y no neutralizan la caída de viajeros ni de ingresos. En términos económicos, la región recibe menos turistas y obtiene menos rendimiento global de ellos.
2. El impacto amplificado en Llanes
Este contexto regional afecta de manera especialmente intensa a Llanes, por su altísimo grado de dependencia del turismo estival. A diferencia de grandes ciudades como Gijón, Llanes concentra una parte muy elevada de su actividad económica en los meses de verano y en el turismo nacional. Por ello, una caída regional del 6–7 % en viajeros no se traduce en un ajuste suave, sino en un golpe directo sobre empleo, ingresos empresariales y recaudación local.
Las estimaciones por extrapolación proporcional indican que Llanes pudo perder en el verano de 2025 entre un 15 % y un 20 % del volumen turístico respecto a 2023, lo que equivale a decenas de miles de visitantes menos y a varios millones de euros que dejan de circular en la economía local. En un municipio pequeño y estacional, esta pérdida pesa mucho más que en núcleos urbanos diversificados.
Enlaces de prensa referenciados
- La Voz de Asturias
— “El turismo nacional encadena su segundo verano a la baja en
Asturias” (23 dic. 2025):
https://www.lavozdeasturias.es/amp/noticia/asturias/2025/12/19/turismo-nacional-encadena-segundo-verano-baja-asturias/00031766167345832385893.htm La Voz de Asturias - Europa
Press / Gijón — “La ciudad cerró 2024 con
1.835.734 visitantes, cifra récord”:
https://www.europapress.es/asturias/noticia-ciudad-cerro-2024-1835734-visitantes-cifra-record-115-ciento-mas-2023-20250127145226.html Europa Press
Fuente: Sociedad Asturiana de Estudios Económicos y Industriales (SADEI)
3. El PGOU y la apuesta por la turistificación masiva
Lejos de leer estos datos como una señal de advertencia el gobierno municipal de la ultraderecha llanisca de, VecinosxLlanes y PP, el PGOU recientemente aprobado por el mismo apuesta de forma explícita por intensificar la turistificación del concejo. El planeamiento prioriza usos turísticos, incrementa la presión sobre el suelo y la vivienda y refuerza un modelo basado en segundas residencias, apartamentos turísticos y residencia temporal, en detrimento de la vivienda habitual.
El efecto de este tipo de urbanismo está ampliamente documentado:
- Encarecimiento sostenido del precio de la vivienda, tanto en compra como en alquiler.
- Reducción de la oferta residencial para población permanente.
- Expulsión o no llegada de población procedente de otras provincias españolas, que suele aportar mayor renta media, estabilidad laboral y capacidad inversora.
En la práctica, el PGOU dificulta que Llanes sea un lugar atractivo para vivir de forma estable, incluso para quienes desearían trasladarse desde otras comunidades autónomas buscando calidad de vida.
4. Sustitución poblacional y mercado laboral
Este vacío no se traduce en despoblación inmediata porque Asturias, y Llanes en particular, están recibiendo inmigración extranjera, que en 2024 fue el auténtico “salvavidas” demográfico de la región. Sin embargo, el perfil de esta inmigración está estrechamente ligado al modelo turístico: hostelería, limpieza, mantenimiento, cuidados y construcción.
Estos sectores son esenciales, pero se caracterizan por salarios bajos o medios, alta temporalidad y escasa capacidad de generar valor añadido. El resultado es un mercado laboral más amplio, pero económicamente más débil, que sostiene la actividad diaria sin crear una base sólida de riqueza ni una recaudación fiscal suficiente para afrontar a largo plazo los costes de servicios públicos, infraestructuras y cohesión social. El gobierno fascista de Vecinos y PP, propicia crecimiento económico precario para los llaniscos, en un momento donde la necesidad de la población más joven llanisca es encontrar oportunidades laborales sólidas y que generen crecimiento y riqueza para Llanes.
Así, Llanes entra en una dinámica de sustitución poblacional: pierde potencial para atraer población nacional estable y compensa esa pérdida con inmigración laboral vinculada a un sector cada vez más débil y volátil dentro de los servicios.
Fuente: LNE
5. La contradicción de fondo
Aquí aparece la
contradicción central que define el problema actual de Llanes:
cuando el turismo nacional empieza a retroceder, el municipio decide
apostar aún más por el turismo como eje casi exclusivo de su desarrollo.
Es decir, se responde a un mercado que se contrae con un modelo que
necesita crecer constantemente para no colapsar.
Esta estrategia genera actividad económica aparente, pero debilita los fundamentos del municipio:
- Menor renta media.
- Menor capacidad de diversificación.
- Mayor dependencia de ciclos turísticos cada vez más inciertos.
- Pérdida de comunidad residente estable.
6. Un problema político y de visión
Lo más preocupante es que este escenario no es inevitable, sino el resultado de decisiones políticas concretas. El gobierno municipal de Vecinos y PP impulsa un PGOU que profundiza los desequilibrios justo cuando los datos invitan a corregirlos. Y, al mismo tiempo, la oposición del PSOE no parece atisbar la gravedad del problema, centrando el debate en cuestiones parciales y no en el modelo global que se está consolidando.
7. Conclusión
En conjunto, Llanes se enfrenta a un grave problema estructural:
- Menos turistas nacionales.
- Menos gasto total.
- Más presión turística sobre el territorio.
- Menos población residente estable.
- Más dependencia de empleo precario y estacional.
El concejo crece como destino, pero se vacía como lugar para vivir. Si esta trayectoria no se revisa, Llanes corre el riesgo de convertirse en un municipio económicamente frágil, socialmente tensionado y cada vez más dependiente de un modelo turístico que ya ha demostrado no ser infinito.
Para terminar el post quiero manifestar que lo que hoy sucede en Llanes no es un error técnico ni una consecuencia inevitable de los cambios económicos globales: es el resultado directo de una deriva política consciente, sostenida y profundamente ajena a los intereses reales de los llaniscos. El gobierno municipal fascista de, VecinosxLlanes y PP, instalado en su doctrina ultra, cortoplacista y extractiva, ha optado por sacrificar el futuro del concejo a cambio de rentabilidad inmediata para unos pocos, convirtiendo el territorio en mercancía y a sus vecinos en daño colateral.
Mientras los datos advierten con claridad del agotamiento del turismo nacional, el gobierno local responde con más turistificación, más presión urbanística y más expulsión residencial. Es una huida hacia delante irresponsable del gobierno fascista: cuando el motor empieza a fallar, se pisa el acelerador, aunque el municipio vaya directo al precipicio. El PGOU no es una herramienta neutra de ordenación, sino un proyecto ideológico de transformación del municipio en un espacio de consumo, donde vivir de forma estable se convierte en un privilegio y trabajar con dignidad, en una rareza.
El resultado es un modelo que empobrece a la población local, precariza a los jóvenes, condena a Llanes a empleos estacionales y mal pagados, y rompe el equilibrio social que sostiene cualquier comunidad viva. Se habla de crecimiento, pero es crecimiento sin raíces; se presume de actividad, pero es actividad sin futuro. Bajo la retórica del desarrollo se esconde una realidad cruda: menos renta media, menos estabilidad, menos comunidad y más dependencia.
Y frente a esta deriva, el silencio. Un silencio especialmente grave por parte del PSOE local, que observa cómo se consolida este modelo sin ofrecer una alternativa clara, sin confrontar el fondo del problema y sin alzar la voz cuando más falta hace. Ese silencio no es neutral: es un silencio que normaliza, que legitima y que acaba siendo cómplice de un desastre de gestión que hipotecará el concejo durante décadas. No entender —o fingir no entender— hacia dónde sopla el viento es, en este contexto, una forma de irresponsabilidad política.
Llanes no necesita más turistas si eso implica menos vecinos. No necesita más ladrillo turístico si eso significa menos vivienda. No necesita cifras infladas en verano si eso se traduce en pueblos vacíos en invierno y jóvenes obligados a marcharse. Lo que necesita es visión, equilibrio y valentía política. Justo lo contrario de lo que hoy ofrece un gobierno ultra encerrado en su dogma y una oposición incapaz de romper su mutismo.
Si no se corrige este rumbo, Llanes no se perderá de golpe: se irá vaciando poco a poco, hasta convertirse en un decorado caro, estacional y socialmente frágil. Y entonces ya no valdrán excusas, porque los datos, las advertencias y las consecuencias ya están hoy, claramente, sobre la mesa.
Ya lo dijo Manuel Delgado: “No hay desarrollo cuando el futuro se alquila por noches”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario