El proyecto del nuevo Hospital Quirón en Gijón continúa adelante a pesar de los obstáculos judiciales que lo rodean. La Corriente Sindical de Izquierda (CSI) ha presentado tres demandas contra la operación urbanística que permite construir el hospital privado en Nuevo Gijón, lo que ha generado incertidumbre y el riesgo de que el proceso se alargue durante años. Ante esta situación, el gobierno de Moriyón (Foro en coalición con su muleta del PP) salde al rescate decidiendo para dar estabilidad al proyecto y evitar que quede paralizado. Para ello utiliza el señuelo de la ampliación del Hospital de Cabueñes para justificar dicha acción y encubrir lo que tendría que hacer como explicaré más adelante bit.ly/48DnNxV
Quirón había adquirido previamente cuatro parcelas en Cabueñes, valoradas en 1,7 millones de euros, que son necesarias para crear los nuevos accesos del hospital público ampliado. La operación prevista consiste en una permuta por la cual el Ayuntamiento recibirá esas parcelas y, a cambio, cederá dos fincas municipales en Nuevo Gijón para que Quirón construya su hospital de 50 millones de euros. Sin embargo, las demandas de la CSI han cuestionado tanto el convenio de permuta como el cambio de clasificación de los terrenos municipales, argumentando que no se pueden permutar bienes públicos demaniales y que podría existir un fraude de ley. Además, también han recurrido el Plan Especial del propio hospital.
Foto: Carmen Moriyón, Ángela Pumariega y Jesús Martínez Salvador, los tres principales responsables del desaguisado de Quirón.
La preocupación de Quirón por una posible paralización judicial llevó al Ayuntamiento a ofrecer una garantía: si los tribunales bloquean la construcción del hospital privado, el consistorio comprará directamente los terrenos que la empresa adquirió en Cabueñes, asegurando así que la ampliación del hospital público no quede comprometida. Este compromiso ha sido bien recibido por Quirón, que considera razonable seguir adelante con el proceso. De hecho, entiende que, al estar las parcelas de Cabueñes calificadas como Sistema General Sanitario, el Ayuntamiento tendrá que adquirirlas igualmente, ya sea mediante la permuta prevista o mediante compra directa o mediante una expropiación.
Una vez resueltas estas cuestiones, Quirón pretende reactivar el Plan Especial y solicitar la licencia urbanística para iniciar la construcción del hospital, que contará con 93 habitaciones individuales, UCI, quirófanos, área de radioterapia y aparcamientos, además de generar unos 350 empleos directos y atender a más de 80.000 pacientes al año. Así, a pesar de los frentes judiciales, tanto el gobierno de Moriyón como Quirón mantienen su intención de que el proyecto salga adelante.
Para entender lo que esta sucediendo es fundamental hacer un relato de los hechos que permita entender como se ha llegado hasta esta situación. A continuación reflejo un cronograma de dichos hechos:
1. Las parcelas de Cabueñes NO eran municipales
Esto es lo más importante:
· Las cuatro parcelas de Cabueñes eran de titularidad privada, no del Ayuntamiento.
Por eso:
- Moriyón no pudo “ceder” algo que no era del Ayuntamiento.
- Tampoco pudo adjudicarlas directamente, porque no hubo concurso, ni subasta, ni transmisión desde el Ayuntamiento.
Que Quirón tenga opción de compra (o las compre) es una relación entre privados, no con el Ayuntamiento.
2. ¿Por qué entonces ahora el Ayuntamiento tiene que hacer una permuta?
Porque el plan urbanístico aprobado hace años exige:
- Que esas parcelas privadas de Cabueñes pasen a propiedad municipal.
- Para poder cederlas al Principado para ampliar el hospital público de Cabueñes.
Pero como son privadas, el Ayuntamiento:
- Tiene que comprarlas, expropiarlas o, como se plantea ahora, recibirlas mediante permuta.
Y ahí entra Quirón.
3. ¿Por qué Quirón tiene esas parcelas o una opción sobre ellas?
Esto sí genera sospechas urbanísticas, porque:
- Quirón (IDCQ Gijón S.L.) adquirió o tuvo opción de compra precisamente sobre las parcelas privadas que el Ayuntamiento necesita para la ampliación del hospital público.
- Y a cambio, el Ayuntamiento plantea darle a Quirón dos parcelas municipales en Nuevo Gijón para que construya su hospital privado.
No es “casual”, pero tampoco es ilegal:
Es una operación urbanística compleja que depende de cómo se justifique el interés público y el equilibrio del convenio.
4. ¿Se puede decir que hubo “adjudicación” previa?
No.
Porque no hubo procedimiento público ni concurso.
Lo que sí pudo haber es:
- Una adquisición privada estratégica de las parcelas por parte de IDCQ (Quirón).
- Sabiendo (“casualmente”) que posteriormente el Ayuntamiento las necesitaría para el proyecto de Cabueñes.
Esto pasa a veces en urbanismo:
Una empresa compra suelo clave para después negociar desde una posición de ventaja.
Conclusión clara:
No fue casual que:
- Quirón acabara teniendo esas parcelas (o su opción).
- Y ahora el Ayuntamiento tenga que hacer una permuta con Quirón.
Pero no fue una adjudicación municipal previa, porque:
- Las parcelas no eran del Ayuntamiento.
- No hubo concurso, cesión, ni venta pública.
- El gobierno de Moriyón no las cedió.
Lo que sí hubo es una jugada urbanística de Quirón (“casual”) para colocarse en la negociación y forzar un convenio ventajoso.
A día de hoy, con los datos públicos disponibles, la permuta entre el Ayuntamiento de Gijón y Quirón presenta indicios de ser desproporcionada. No se puede afirmar que tenga indicios de ilegalidad (eso requiere una valoración jurídica completa), pero sí se puede señalar que presenta elementos de desequilibrio.
Lo explico de forma clara y con lógica urbanística:
1. Valor de las parcelas: posible desequilibrio
En una permuta, ambas partes deben intercambiar bienes de valor equivalente.
El problema aquí es:
- Las parcelas de Cabueñes son suelo privado pero con alto valor estratégico porque son necesarias para un proyecto público.
- Las parcelas municipales de Nuevo Gijón son urbanizables y están listas para uso sanitario (hospital privado).
Quirón pagó poco por los terrenos de Cabueñes, pero recibe parcelas municipales de mayor valor en Nuevo Gijón, la operación podría estar claramente descompensada a favor de Quirón. Y como Quirón adquirió el terreno de Cabueñes en el mercado privado, no necesariamente pagó un precio acorde al valor que luego le otorga el interés público.
2. Quién necesita a quién
Este punto es clave:
- El Ayuntamiento necesita las parcelas de Cabueñes sí o sí para la ampliación del hospital público.
- Quirón quiere las parcelas de Nuevo Gijón para su hospital privado, pero no las necesita para un servicio público.
Esto coloca al Ayuntamiento en una posición débil de negociación y a Quirón en una muy fuerte. Eso ya indica un riesgo de operación asimétrica lesiva para los intereses de los gijoneses.
3. La maniobra previa de Quirón
Que Quirón:
- Obtuviera una opción de compra sobre Cabueñes, o
- Las comprara directamente,
justo antes del convenio, sin que tuvieran uso sanitario privado…
…hace pensar que fue una operación especulativa con conocimiento anticipado de que serían necesarias para el proyecto público.
Aunque legal, refuerza la idea de desequilibrio:
- Quirón convierte parcelas privadas de poco uso en un activo estratégico.
- Luego obtiene a cambio suelo municipal urbano muy valioso.
4. Interés público vs interés privado
Aquí el análisis es contundente:
Lo que gana el Ayuntamiento (interés público)
- Recibe las parcelas necesarias para ampliar el HUCA de Cabueñes (hospital público).
Lo que gana Quirón (interés privado)
- Terrenos de gran valor en Nuevo Gijón.
- Luz verde institucional para su hospital privado.
- Posible revalorización enorme del suelo cedido.
La balanza está claramente inclinada al lado privado de Quirón.
Conclusión: ¿equilibrada o desproporcionada?
La permuta es probablemente DESPROPORCIONADA, — desde el punto de vista urbanístico y patrimonial público.
Especialmente si se confirman estos puntos:
- Quirón obtuvo Cabueñes a precio inferior al valor de las parcelas municipales que recibe.
- No existe una valoración técnica independiente que justifique la equivalencia.
- Quirón anticipó la compra sabiendo su valor estratégico.
- La operación favorece claramente intereses privados.
El gobierno de Moriyón podía haber expropiado esas parcelas de Quirón en Cabueñes, porque estaban calificadas como Sistema General Sanitario, lo que implica utilidad pública. Esa expropiación no habría impedido legalmente que Quirón construyera su hospital privado en otro lugar… Pero sí habría cambiado radicalmente la negociación posterior como a la que ahora se ve abocada el gobierno municipal de Consistorio gijonés.
Lo explico con detalle:
1. ¿Podía el Ayuntamiento expropiar las parcelas?
Sí, completamente.
Las parcelas de Cabueñes:
- Estaban calificadas en el PGOU como Sistema General Sanitario.
- Este tipo de suelo puede ser expropiado por causa de utilidad pública o interés social (Ley del Suelo + legislación autonómica).
Por tanto, el Ayuntamiento de Gijón tenía base legal clara para expropiarlas, incluso durante el mandato de Moriyón. La utilidad pública es obvia:
· Ampliación del hospital público de Cabueñes.
2. ¿Sería legalmente fácil la expropiación?
Bastante.
Siempre que se cumplan:
- Justificación del interés público (existía).
- Valoración técnica del suelo (justiprecio).
- Procedimiento administrativo adecuado.
No habría obstáculos legales serios. Tampoco importa que Quirón fuese propietario: la expropiación no depende de quién sea el dueño, sino del interés público.
3. ¿Habría impedido eso que Quirón construyera el hospital privado?
NO.
La expropiación:
- Afecta solo a las parcelas expropiadas, no al derecho de la empresa a promover un hospital privado en otra localización.
- No elimina la empresa, ni su capacidad de invertir, ni su interés en Gijón.
- No bloquea el proyecto privado, solo lo obligaría a buscar otra parcela o competir vía concurso si fuera suelo municipal.
Lo que habría pasado es que:
· Quirón no habría tenido un “activo de negociación” para forzar la permuta posterior.
4. ¿Qué efectos habría tenido la expropiación en la operación actual?
Aquí está lo importante:
Ø Efecto 1: Quirón perdería su ventaja estratégica
Sin poseer Cabueñes:
- No podrían usar las parcelas como moneda de cambio.
- No podrían negociar con el Ayuntamiento desde una posición de ventaja.
- Habrían quedado fuera de la permuta.
Ø Efecto 2: El Ayuntamiento NO estaría obligado a ceder dos parcelas municipales
Porque Quirón no tendría nada que entregar a cambio.
Ø Efecto 3: El Ayuntamiento compraría el suelo a precio de mercado (justiprecio), sin inflarlo
· El justiprecio nunca alcanza valores especulativos.
· Si Quirón compró barato y luego negocia en alto, esto se habría evitado.
Ø Efecto 4: Quirón seguiría pudiendo construir su hospital, pero:
- Tendría que buscar otro suelo privado, o
- Pedir al Ayuntamiento cesión o concesión pública mediante procedimiento competitivo, no mediante acuerdo bilateral.
Ø Efecto 5: Se evita el riesgo de “urbanismo a la carta”
· Es decir, que una empresa se posicione para obtener ventajas futuras.
Ø ¿Podría la expropiación generar consecuencias negativas para el Ayuntamiento?
A nivel realista:
· Reclamación económica por elevación del justiprecio
Poco probable si se valora bien.
· Recurso judicial de Quirón contra la expropiación
Lo podrían intentar, pero sin base sólida, porque el uso sanitario público justifica plenamente la medida.
· Clima político o mediático tenso
Sí, habría polémica, pero jurídicamente es defendible.
Conclusión clara sobre dicha expropiación:
· Sí, el gobierno de Moriyón podía haber expropiado las cuatro parcelas.
· Sí, era legal y viable.
· No habría impedido el hospital privado, solo le habría quitado a Quirón la ventaja negociadora de la que goza ahora.
La expropiación habría evitado la permuta desproporcionada actual, y probablemente habría obligado a Quirón a competir o buscar otra localización sin recibir suelo público valioso.
Foto: parcela del Nuevo Gijón donde se construira el nuevo hospital de QuirónPara terminar quiero manifestar que lo ocurrido en Gijón no es fruto de la casualidad, ni de la inevitabilidad administrativa, ni de un simple lío urbanístico. Es el resultado directo de una decisión política consciente: no ejercer los derechos que la ley otorgaba al Ayuntamiento para proteger el interés general, y en su lugar construir una coartada para justificar un trato preferente a un actor privado como Quirón.
El gobierno de Moriyón —Foro y sus “mulilleros” del PP— lejos de utilizar la herramienta más lógica, más justa y más económica para la ciudadanía gijonesa, la expropiación por utilidad pública, prefirió envolver su inacción con excusas de mal pagador, disfrazando como necesidad técnica lo que en realidad fue una renuncia deliberada a defender lo público. No fue incapacidad: fue voluntad política. Había alternativas legales claras, pero eligieron no tomarlas.
En vez de proteger los recursos municipales, el Ayuntamiento terminó generando —consciente o inconscientemente— una ventaja económica monumental para Quirón, una empresa que solo podía jugar tan fuerte porque alguien desde dentro le abrió la puerta y le entregó la llave. En lugar de actuar como garante del patrimonio de toda la ciudadanía de Gijón, el gobierno municipal de la derecha extrema actuó como facilitador de una operación asimétrica que sitúa el interés privado muy por encima del público.
Este episodio es solo una pieza más de un patrón bien conocido: cuando llega la hora de elegir entre la defensa del interés general o el acomodo a los intereses de una minoría pudiente, la derecha vuelve a colocarse donde siempre se ha sentido más cómoda: de perfil, mirando hacia otro lado mientras el beneficio se concentra y el coste lo asume el conjunto de la ciudadanía. Lo de Quirón no es una anécdota urbanística: es el último ejemplo de cómo la protección del bien común se sacrifica sin rubor ante la oportunidad de favorecer a quienes menos lo necesitan.
Una expropiación habría puesto a todo el mundo en su sitio: al Ayuntamiento como defensor del patrimonio público, y a Quirón como un actor privado más, obligado a competir en igualdad de condiciones. Pero no fue así. Y esta renuncia deja claro, una vez más, quién defiende a la ciudadanía y quién la utiliza como escudo mientras trabaja para otros intereses.
En Cabueñes, la derecha extrema de Foro y PP tuvo la oportunidad de actuar con firmeza y responsabilidad. Eligió otra cosa… Y hoy las consecuencias están a la vista de todos.
Y lo más grave de todo esto es que no sorprende. Segundas partes nunca fueron buenas, tampoco en política, y la vuelta de Moriyón al gobierno municipal lo ha confirmado con creces. Ahí están los hechos: el pacto con la ultraderecha de Vox pese a prometer lo contrario en campaña electoral; la condena del Tribunal de Cuentas por cobrar lo que no le correspondía; el fracaso en proyectos clave para Gijón como el vial de Jove o la construcción de vivienda pública en una ciudad de las más tensionadas de Asturias; y ahora, esta operación con Quirón que vuelve a situarla del lado equivocado.
Gijón merecía una gestión valiente, clara y orientada al bien común. Lo que ha recibido, una vez más, es la senda de lo indefendible. Y eso también quedará en la memoria colectiva de los gijoneses.
Ya lo dijo Demócrito: “La ley protege a todos por igual; lo injusto es aplicarla en beneficio de unos pocos.”



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