GIJÓN, DE LA FOTO AL FIASCO: EL LEGADO DE UNA DERECHA SIN PROYECTO

 

La derecha y ultraderecha asturiana cada día se encumbra más con sus “portacoces” que pululan en vida pública asturiana. Ayer y hoy he podido leer en la prensa asturiana las declaraciones de los lumbreras que hay en el Consistorio de Gijón y me he detenido a poner las cosas en su sitio teniendo como guion y fuente lo que ya conocemos por la hemeroteca.

La portavoz municipal de Vox en Gijón, Sara Álvarez Rouco (la sobrina del cardenal), rechazó de manera tajante la participación del Ayuntamiento en proyectos de vivienda colaborativa, y lo hizo vinculando este modelo con esquemas comunistas y con experiencias que, según afirmó, habrían supuesto un retroceso en la calidad de vida”. Con estas declaraciones quiso fijar su postura ante una iniciativa del PSOE, que propone impulsar un proyecto de vivienda colaborativa en suelo municipal mediante un concurso público, y también frente a otra propuesta de IU, que incluye este modelo dentro de un paquete de medidas para ampliar la oferta de vivienda protegida.


 Foto: gobierno de Moriyón en sus comienzos con Foro, PP y Vox... Eran tiempos felices, la politica como el vino tambien se avinagra cuando se abandona

Álvarez Rouco argumentó que la vivienda colaborativa no responde a una aspiración mayoritaria de la sociedad y que se trata de un sistema fracasado históricamente asociado —según su relato— a situaciones de necesidad extrema en regímenes comunistas, donde distintas personas o familias sin relación debían compartir vivienda. Añadió que, si alguien desea vivir de ese modo, puede hacerlo libremente sin necesidad de programas públicos que, en su opinión, condicionen al resto de la sociedad”.

La portavoz encuadró además su rechazo en un diagnóstico más amplio sobre la política de vivienda, defendiendo que la solución pasa por derogar la Ley de Vivienda de 2023, reducir impuestos y trabas administrativas, combatir la okupación ilegal y aumentar la oferta, pero no por intervenir los precios ni promover modelos residenciales alternativos como el cooperativo en cesión de uso.

En resumen, Vox rechaza frontalmente la vivienda colaborativa, la equipara a prácticas asociadas al comunismo y se distancia tanto de las propuestas de vivienda protegida y social del resto de grupos como de la idea de utilizar suelo público para promover alternativas residenciales distintas al mercado tradicional.

La vivienda colaborativa es una forma de habitar que propone otra manera de acceder y vivir en la vivienda, diferente de la propiedad individual tradicional o del alquiler especulativo. En este modelo, las personas se agrupan en una cooperativa y son copropietarias colectivas del edificio o conjunto residencial. En lugar de comprar una vivienda individual, los miembros adquieren un derecho de uso a largo plazo, lo que les garantiza estabilidad sin necesidad de endeudarse con hipotecas convencionales.

Las viviendas son privadas —cada familia o individuo tiene su propio espacio—, pero el proyecto se concibe para fomentar una vida comunitaria voluntaria y organizada, con espacios comunes como lavanderías, salas polivalentes, talleres, huertos, comedores compartidos, zonas infantiles o habitaciones para invitados. Estos elementos se gestionan entre todos, reduciendo costes y facilitando una red de apoyo mutuo.

A diferencia de los modelos asistenciales del pasado, la vivienda colaborativa no consiste en compartir piso por obligación ni en imponer convivencias forzadas. Se trata de un proyecto elegido libremente por quienes buscan una forma de vida más social, sostenible y asequible. Es un modelo ampliamente extendido en países como Dinamarca, Alemania, Países Bajos o Uruguay, donde ha demostrado ser útil para personas mayores, jóvenes, familias monoparentales o colectivos que buscan estabilidad sin especulación.

El objetivo principal es crear comunidades estables, donde la toma de decisiones se realiza de manera participativa y donde el coste de acceso a la vivienda se mantiene bajo, ya que el suelo suele provenir de cesiones públicas o modos cooperativos que evitan la especulación inmobiliaria.

En definitiva, la vivienda colaborativa es una alternativa habitacional sostenible, democrática y asequible, basada en la cooperación entre quienes viven en ella. Mantiene la privacidad de cada hogar pero suma los beneficios de la comunidad, reduciendo costes y fortaleciendo las relaciones entre vecinos.

Por qué la vivienda colaborativa entra en conflicto con la visión de Vox

El cohousing o vivienda colaborativa se basa en principios como:

  • Gestión comunitaria y cooperativa.
  • Cesión de uso en lugar de propiedad especulativa.
  • Intervención pública mediante cesión de suelo o apoyo institucional.
  • Acceso a la vivienda como bien social, no como simple producto de mercado.
Foto: la sobrina del cardenal, Sara Álvarez Rouco, cada día se luce más por sus declaraciones

Estos rasgos se alejan de la concepción de vivienda que Vox defiende en su doctrina política, porque este partido fascista defiende los siguientes postulados:

  1. Prioriza un mercado inmobiliario sin regulación fuerte:
    Sostiene que la vivienda debe regirse por oferta y demanda, reduciendo impuestos y normativas, y sin controles de precio (la ley de la selva del mercado).
  2. Rechaza modelos alternativos a la propiedad privada individual:
    Cualquier fórmula que no sea “comprar” o “alquilar” en el mercado es vista como una injerencia pública.
  3. Identifica la intervención pública en la vivienda con ideologías de izquierda:
    De ahí que su portavoz en Gijón calificara la vivienda colaborativa como “propia de esquemas comunistas”, pese a que en Europa es un modelo plenamente implantado en países socialdemócratas, conservadores e incluso liberales (la ignorancia con mandil de la sobrina del cardenal).
  4. Considera que el Estado no debe facilitar modelos cooperativos:
    Para Vox, si un grupo quiere organizarse así, debe hacerlo sin apoyo público, mientras que la filosofía de la vivienda colaborativa sí contempla la intervención institucional para evitar la especulación y garantizar el acceso.

El choque ideológico: mercado vs. acceso social a la vivienda

La fricción no tiene que ver con el comunismo, sino con dos visiones distintas sobre el papel de lo público:

  • En la vivienda colaborativa, la vivienda se entiende como un derecho que debe ser facilitado mediante fórmulas cooperativas, precios no especulativos y apoyo del Estado para garantizar estabilidad y accesibilidad.
  • En el planteamiento de Vox, la vivienda es un bien de mercado cuyo acceso debe depender sobre todo de la capacidad económica individual, reduciendo el peso del Estado en su provisión o regulación. (Los más desfavorecidos de la sociedad tienen los puentes para vivir debajo de ellos).

Por eso, la crítica de Vox no se orienta tanto al contenido real del cohousing, sino a lo que simbólicamente representa:
una ruptura del paradigma de mercado puro, en el que la capacidad de pagar determina el acceso a la vivienda.

El modelo colaborativo intenta precisamente lo contrario:
desvincular el acceso a un hogar de la especulación y del enriquecimiento inmobiliario, algo que partidos de orientación ultraliberal o fascista consideran una interferencia ideológica.

En resumen la oposición de Vox no se explica por razones históricas o por un vínculo real con el comunismo —una asociación retórica sin fundamento—, sino porque la vivienda colaborativa es un modelo que cuestiona la primacía absoluta del mercado y plantea alternativas colectivas, participativas y no especulativas.
Esa es la raíz del choque político, dejar al mercado campar a sus anchas o poner limites al capitalismo salvaje.


En otra noticia publicada se informa sobre la tercera reunión del “Think Tank” (laboratorio de ideas) de la economía azul de Gijón, celebrada en la Escuela de Marina Civil y presidida por la vicealcaldesa y concejala de Economía, Ángela Pumariega. En su intervención, Pumariega animó a los participantes a construir conjuntamente un proyecto capaz de generar empleo, innovación y nuevas oportunidades, situando a Gijón en la senda de la sostenibilidad y de la transformación económica vinculada al mar.

Este laboratorio de ideas fue creado el 20 de junio y está compuesto por actores públicos, privados, científicos y sociales del entorno marítimo y costero, celebraba en esta ocasión su tercera sesión con el fin de fortalecer la colaboración y el conocimiento mutuo entre los socios. Según la concejal regatista, Pumariega, durante estos meses se ha avanzado en cohesionar al grupo, identificar prioridades estratégicas y establecer un marco compartido para impulsar la especialización territorial de la ciudad en economía azul. La vicealcaldesa destacó además que la diversidad del sectorrepresentado en el foro por empresas, instituciones, centros de investigación, industria naval, infraestructuras portuarias y servicios marítimos— constituye uno de los principales activos del “ecosistema azul” gijonés.

En su discurso, Pumariega subrayó que el trabajo del grupo es estratégico para el Ayuntamiento, ya que se sustenta en el conocimiento experto y en la experiencia directa de sus integrantes. También mencionó varios retos que afronta el sector: la brecha de talento, el relevo generacional, la fuga de profesionales cualificados y la burocracia que a veces frena la innovación. Aun así, aseguró que el futuro de la economía azul en Gijón se está construyendo en este espacio de colaboración.

Durante la jornada, organizada por la Cátedra Milla del Conocimiento: Gijón Azul de la Universidad de Oviedo y Gijón Impulsa, se llevaron a cabo presentaciones de diferentes proyectos de los socios y dinámicas participativas orientadas a potenciar el intercambio de ideas y la interacción dentro del grupo. La noticia nos proporciona una bonita foto de Pumariega con un selecto grupo de participantes de dicho “Think Tank”, pero nada más que sea tangible en hechos concretos… Y queda menos de media legislatura.

Quiero hacer una exposición de lo que es la economía azul y de cuáles son los agujeros que hoy presenta el proyecto del gobierno municipal de Moriyón (Foro, PP y un tránsfuga). La economía azul es un modelo de desarrollo que reconoce el enorme valor del mar y de las zonas costeras, no solo como espacios de extracción de recursos, sino como ecosistemas vivos que sostienen la biodiversidad, regulan el clima y ofrecen oportunidades económicas si se gestionan de manera responsable. Su premisa es sencilla pero ambiciosa: aprovechar el potencial económico de los océanos sin comprometer su salud, de modo que el crecimiento económico y la conservación avancen juntos.

Foto: Ángela Pumariega con su "performance" de  Naval Azul" en la Escuela Superior de la Marina Civil

Un programa que se sustenta en este concepto integra varias líneas de acción estrechamente relacionadas. En primer lugar, exige una planificación y gobernanza claras, basadas en la ciencia y en la coordinación entre instituciones. Esto implica ordenar los usos del espacio marino —pesca, energía, conservación, transporte— para reducir conflictos y asegurar que cada actividad se realice allí donde cause el menor impacto. También requiere actualizar marcos legales, vigilar la actividad pesquera e implementar sistemas de vigilancia que eviten la pesca ilegal y la contaminación.

Otro eje fundamental es la protección y restauración de los ecosistemas marinos. La economía azul reconoce que los recursos costeros son finitos; por ello impulsa la creación y gestión efectiva de áreas marinas protegidas, la recuperación de hábitats degradados —como manglares, praderas marinas o dunas costeras— y la lucha contra la contaminación, especialmente la derivada de residuos plásticos. Restaurar estos entornos no solo protege la biodiversidad, sino que mejora la resiliencia frente al cambio climático y sostiene actividades tan importantes como la pesca.

Dentro de este modelo, la pesca y la acuicultura adquieren una dimensión especial. La pesca solo puede ser verdaderamente productiva si es sostenible, por lo que los programas de economía azul suelen incluir límites de captura basados en evidencia científica, vedas y medidas de control. Al mismo tiempo, buscan empoderar a la pesca artesanal, mejorar la trazabilidad de los productos y fomentar técnicas de acuicultura respetuosas con el entorno, minimizando escapes, enfermedades y contaminación.

La economía azul también impulsa la transición hacia un sistema energético más limpio. Las energías renovables marinas —como la eólica offshore o la energía de las olas— se presentan como oportunidades de crecimiento industrial y empleo, siempre que su implantación respete la biodiversidad. Igualmente, los puertos y las flotas se modernizan para reducir emisiones mediante electrificación, combustibles alternativos y mejoras logísticas.

Otro conjunto de acciones se relaciona con la economía circular, especialmente en la gestión de residuos. Los programas basados en la economía azul suelen promover sistemas de reciclaje, la responsabilidad ampliada del productor, la retirada de plásticos del medio marino y políticas que reduzcan el uso de materiales que terminan contaminando los océanos. De esta forma, se busca romper el ciclo que convierte los mares en vertederos.

La innovación (I+D) ocupa también un papel central. Se fomenta la investigación en biotecnología marina, nuevos materiales, tecnologías de monitorización y soluciones digitales para mejorar la trazabilidad, gestionar recursos y planificar actividades económicas de manera más eficiente. Muchos países acompañan estos programas con incubadoras de empresas, programas de financiación preferente o incentivos fiscales. Este es un flanco que hoy el gobierno municipal de Moriyón no puede cubrir salvo que intervengan otras administraciones con mayor musculo financiero que tengan programas de investigación y desarrollo vinculados al mar. Un ejemplo de los que hoy hay en marcha dentro del Estado español y la Unión Europea son los siugientes:

1) Plan Complementario de Ciencias Marinas — Subvenciones I+D+i

Programa de ayudas específico para proyectos de investigación, desarrollo e innovación en ciencias marinas, convocado por el Ministerio de Ciencia e Innovación en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. La Administración al Día

2) Ayudas para tecnologías renovables marinas

Orden TED/1204/2022: ayudas para impulsar plataformas de ensayo, prototipos y soluciones tecnológicas en eólica marina, energías de las olas y tecnologías hibridas, así como adaptación de infraestructuras portuarias para estas tecnologías. BOE Estas ayudas son convocadas por la Administración española y están específicamente dirigidas a I+D+i vinculada al mar y la energía marina.

3) Plan Nacional de I+D+i (PNA) — Proyectos marinos

El Plan Nacional de I+D+i (parte del Sistema Español de Ciencia y Tecnología) financia numerosas líneas de investigación marina, incluyendo oceanografía, ecosistemas marinos, acuicultura sostenible y tecnología marina aplicada en universidades y centros públicos (no es un “programa” único sino un conjunto de convocatorias).
(contexto general extraído de búsquedas relacionadas, ej. centros como CACYTMAR que usan PNA) Wikipedia

Programas e Iniciativas de I+D a Nivel de Unión Europea

4) Horizon Europe — Investigación marina / océanos

Marco de investigación e innovación de la UE (2021–2027). Incluye:

  • La Misión “Restore our Ocean and Waters by 2030”: investigación y soluciones para la salud de océanos y aguas.
  • Convocatorias temáticas sobre ciencias marinas, energías marinas, pesca sostenible, etc.
    (Horizonte Europa es el sucesor de Horizonte 2020 y financia proyectos marinos en toda la UE). Oceans and fisheries

5) European Maritime, Fisheries and Aquaculture Fund (EMFAF)

Fondo estructural de la UE que cofinancia proyectos de I+D y desarrollo sostenible en pesca, acuicultura y economía azul, con importantes asignaciones para España (1.12 B en 20212027). guiafc.es

6) EMODnet — European Marine Observation and Data Network

Red financiada por la UE para observación marina, datos interoperables y servicios científicos, destinada a investigación, políticas públicas y gestión marina. Oceans and fisheries

7) BlueInvest Initiative

Iniciativa de la Comisión Europea para acelerar tecnologías y emprendimiento en la economía azul, con apoyo a innovación y acceso a financiación para empresas y start-ups del sector marino. Research and innovation

8) Copernicus Marine — National Collaboration Programme

Programa de colaboración para desarrollar servicios y aplicaciones basados en datos de Copernicus Marine, relevante para investigación marina y oceanográfica en España y otros estados miembros. Copernicus Marine

Redes/Plataformas de I+D europeos (no financiadores directos pero relevantes para I+D)

9) CSA Oceans / JPI Oceans

Consorcio de países de la UE que coordina agendas de investigación marina y marítima entre estados miembros, organizaciones de financiación y centros de investigación. JPI Oceans

10) Common Information Sharing Environment (CISE)

Iniciativa de intercambio de datos para vigilancia marítima integrada entre autoridades europeas, con implicaciones de desarrollo tecnológico y de investigación aplicada en sistemas de información marítima. en.wikipedia.org

Por supuesto, ningún programa de economía azul puede prosperar sin financiación sostenible. Por ello se introducen instrumentos como los bonos azules, fondos mixtos público-privados o subsidios ligados al cumplimiento ambiental. Estos mecanismos dirigen el capital hacia actividades que generen beneficios económicos sin deteriorar el entorno, y al mismo tiempo excluyen o encarecen aquellas que son dañinas.

Finalmente, la economía azul pone un énfasis creciente en el desarrollo humano y la equidad social. Las comunidades costeras y los sectores tradicionales deben beneficiarse de este modelo, no ser desplazados por él. Programas de formación, acceso a nuevos mercados, participación en la gobernanza y distribución justa de beneficios son esenciales para evitar desigualdades y fortalecer la cohesión social.

En conjunto, la economía azul no es solo un listado de actividades relacionadas con el mar; es una visión integrada que combina conservación, innovación, crecimiento económico y justicia social. No busca explotar más, sino explotar mejor; no busca ocupar el mar, sino convivir con él, entendiendo que su salud es inseparable del bienestar humano y del futuro de la economía.

El espacio de Naval Azul en Gijón reúne, sobre el papel y por su localización histórica, varios de los requisitos físicos y estratégicos que justifican su encaje en una apuesta por la economía azul; sin embargo, la documentación pública disponible y la evolución reciente del proyecto también muestran lagunas institucionales y de viabilidad económica que, si no se resuelven, hacen que hoy no pueda considerarse todavía un proyecto plenamente alineado con los principios operativos de la economía azul. A continuación expongo, sin conjeturas, los hechos relevantes y el razonamiento que permite sacar esa conclusión.

Primero, los hechos que favorecen la vinculación con la economía azul. El área de Poniente ocupa terrenos costeros que fueron históricos astilleros y están junto al puerto y al puerto deportivo, es decir, tiene una posición litoral y una preexistencia industrial vinculada al mar, condiciones materiales útiles para actividades como reparaciones navales, fabricación de componentes marinos o actividades de I+D vinculadas al sector marítimo. La playa de Poniente y la franja que ocupaban antiguas instalaciones navales son datos consolidados en la cartografía urbana y en la memoria histórica de la zona. Turismo Asturias+1

Segundo, existe voluntad política y trámites municipales para transformar esa área en un polo ligado a la llamada “Naval Azul”, marcado por la propia alcaldía como una apuesta por la economía azul

El Ayuntamiento ha iniciado la tramitación de un Plan Especial y la alcaldía ha divulgado la intención de convertir la zona oeste en un foco de actividad azul, con referencias públicas a planes de impulso industrial y a la atracción de empresas tecnológicas. Es decir, hay diagnóstico político y documentos de inicio de planeamiento que constituyen la fase administrativa imprescindible para cualquier proyecto de este tipo. Ayuntamiento de Gijón+1

Tercero, hay señales de proyectos concretos asociados a usos de economía azul (por ejemplo, la referencia a instalaciones para la fabricación de grandes componentes de eólica marina en documentación de planeamiento del puerto), lo que muestra que técnicamente la zona puede acomodar actividades propias del sector azul, como la cadena de suministro de offshore wind. Esto es relevante porque la economía azul exige encadenamientos productivos y anclajes industriales que generen empleo y valor añadido. documentos.gijon.es

Hasta aquí, los elementos materiales y administrativos que constituyen las premisas (localización litoral con infraestructura previa, voluntad política y propuestas sectoriales) existen y están documentados. No obstante, para que un proyecto del tipo “Naval Azul" cumpla realmente con los requisitos de un programa de economía azulmás allá del discurso— hacen falta otros elementos que, en la evidencia pública reciente, no están todavía resueltos o están en duda.

A continuación explico, con base en fuentes públicas, cuáles son esos déficits críticos que hoy todavía el gobierno populista de Moriyón no ha resuelto:

  1. Competencias y viabilidad jurídica/portuaria: los espacios portuarios y su uso están regulados por el Plan de Utilización de los Espacios Portuarios y por decisiones de la Autoridad Portuaria (y, en última instancia, por Puertos del Estado). Cualquier transformación significativa del uso de un ámbito como Poniente exige acuerdos con la autoridad portuaria y adecuación a la delimitación de usos portuarios aprobada por normativa. La existencia del trámite municipal no suple esa necesidad de coordinación jurídica y administrativa. BOE+1
  2. Tracción privada y financiación: la economía azul se sostiene con proyectos que combinan capacidad pública y compromisos privados o financiación mixta (bonos, inversión industrial, contratos). La información pública más reciente muestra anuncios y fases iniciales, pero también noticias sobre actuaciones reducidas en alcance (por ejemplo, la ejecución de un paseo provisional mientras la urbanización económica y empresarial queda en el aire). Eso sugiere que hoy faltan o no están firmes los compromisos empresariales y financieros necesarios para que la iniciativa pase de obra visible puntual a un polo productivo consolidado. miGijón+1
  3. Coherencia técnica y ambiental: un verdadero proyecto de economía azul requiere evaluación ambiental, planificación espacial marina y criterios de sostenibilidad aplicados a cada actividad (evaluaciones de impacto, medidas de restauración, planes de convivencia uso/espacio público). Si bien hay referencias a la intención de desarrollar eólica marina u otros usos, la documentación disponible relaciona propuestas generales y memorias de planeamiento, pero no presenta (al menos en las fuentes públicas consultadas) un programa completo y aprobado que asegure la compatibilidad ambiental y social de todas las actividades previstas. documentos.gijon.es+1
  4. Riesgo de expectativas frente a resultados concretos: la propia prensa local registra titulares sobre la promesa reducida del proyecto y la transformación que, de momento, se ha quedado en medidas visibles pero de escasa profundidad productiva. Un proyecto azul que quede en reformas urbanas o en actuaciones estéticas sin consolidar cadenas productivas y gobernanza compartida no cumple con las características esenciales del modelo (innovación, empleo azul sostenible, gobernanza multinivel). miGijón+1

Por tanto, si se exige una respuesta categórica sobre si el espacio de "Naval Azul" encaja en la economía azul según los criterios operativos del concepto (sostenibilidad ambiental y social, anclaje productivo y financiero, gobernanza efectiva y compatibilidad jurídica), la respuesta basada en la evidencia pública actual es que las premisas materiales y la voluntad política inicial existen, pero no están satisfechos de forma completa los requisitos institucionales, financieros y de planificación ambiental que harían al proyecto plenamente operativo y sostenible. Dicho de otra manera: hay fundamentos para aspirar a que "Naval Azul" forme parte de una estrategia de economía azul, pero hoy el proyecto está en una fase incompleta y enfrenta riesgos que podrían convertirlo en un proyecto fallido si no se corrigen.

Qué implican, concretamente, esas correcciones (sin especular, solo a partir de los déficits identificados):

  • Asegurar acuerdos formales con la Autoridad Portuaria y conformidad con la delimitación y normativa de espacios portuarios. puertogijon.es+1
  • Cerrar compromisos de inversión y encadenamientos industriales (contratos marco, empresas tractoras, financiación pública-privada), más allá de anuncios y fases parciales. www.diariodelpuerto.com+1
  • Completar los instrumentos de planeamiento con evaluaciones ambientales, planificación espacial y medidas de mitigación/restauración que garanticen sostenibilidad. documentos.gijon.es+1
  • Definir mecanismos de gobernanza y distribución de beneficios que incluyan a la comunidad local y a la pesca artesanal, para evitar desigualdades y lograr aceptación social. (la prensa y comunicados municipales aluden a una visión “de ciudad” pero las pruebas documentales de medidas concretas aún no son completas). Gijón Radio TV+1

La conclusión especular sería que el espacio de "Naval Azul" puede encajar en una iniciativa de economía azul porque cumple con condiciones físicas e históricas favorables que ha iniciado trámites. No obstante, según la documentación y la cobertura periodística disponible, el proyecto no cumple todavía los requisitos operativos ni dispone de las garantías institucionales y financieras necesarias. Si esos huecos no se cubren con acuerdos portuarios, compromisos privados robustos, evaluaciones ambientales y una gobernanza real, la probabilidad objetiva de que el proyecto termine siendo una promesa estética o parcial —es decir, un proyecto fallido respecto a sus objetivos de economía azul— es alta. BOE+3Turismo Asturias+3documentos.gijon.es+3

Desde hace años, la ciudad de Gijón arrastra una larga lista de proyectos clave para su desarrollo urbano y de infraestructuras que, tras anuncios a bombo y platillo por políticos pusilánimes, debates políticos y grandes titulares, no han llegado a materializarse como obras completas o soluciones eficaces. Uno de los casos más emblemáticos recientemente es el Vial de Jove, una infraestructura prevista para mejorar las conexiones entre la zona oeste de la ciudad y el puerto de El Musel que, tras años de tramitación, no se construyó y fue descartada por el Ministerio de Transportes en el año 2024 tras múltiples retrasos y falta de consenso técnico, vecinal y entre administraciones. El papel jugado por Moriyón y el consejero del ramo en el gobierno del Principado de Asturias, Alejandro Calvo, fue para enmarcar tras ir dos veces a la sede del ministerio con las manos en los bolsillos esperando que les dieran el aguinaldo, mientras manejan unos presupuestos millonarios en sus áreas. No tuvieron, ni la vergüenza ni la decencia, de llevar al secretario de Estado, José Antonio Santano, una propuesta alternativa a la propuesta del ministerio… Bueno sí, la alcaldesa Moriyón lo único que alcanzó a atisbar fue a irse de “manifa” con sus socios del PP y los comparsas de los “monchitos” del PSOE en la oposición, mientras los sufridos vecinos de La Calzada que llevan años aguantando el paso de camiones, mientras se consumen viendo la incompetencia política que abanderan los responsables públicos en el Ayunamiento de Gijón. Por cierto, en Somió donde vive la alcaldesa eso no pasa.

Esa frustración acumulada ha marcado el discurso político y la sensibilidad de la ciudadanía respecto a grandes proyectos que se anuncian con aspiraciones transformadoras, pero que enfrentan dificultades prácticas para concretarse. En este contexto aparece Naval Azul, la iniciativa municipal para transformar los terrenos de los antiguos astilleros de Naval Gijón en un polo vinculado a la llamada economía azul, con un paseo frente al mar, espacio para oficinas, innovación y recuperación urbana. La propia alcaldesa Moriyón ha defendido públicamente el proyecto como uno de los vectores de modernización de la zona oeste de Gijón y ha iniciado la tramitación correspondiente. Ayuntamiento de Gijón+1

No obstante, la realidad sobre el terreno muestra que, hasta ahora, lo más visible del proyecto es un paseo frente al mar y actuaciones urbanísticas iniciales, mientras que los aspectos que mayor impacto económico y productivo —como la instalación de empresas o el desarrollo de un distrito económico vinculado al mar— siguen sin materializarse con claridad. El proyecto "Naval Azul", tal como lo describen reportajes recientes, acumula incertidumbres: el plan urbanístico (PERI) aún no está redactado, la descontaminación y consolidación del suelo no se ha completado, y algunos de los actores claves (como la Autoridad Portuaria o empresas privadas como PYMAR) no tienen todavía un papel definido ni acuerdos firmes en la ejecución concreta de la iniciativa. miGijón

Además, el desarrollo municipal de "Naval Azul" ha puesto de manifiesto tensiones institucionales y de coordinación, incluso entre los propios partidos que sostienen el gobierno municipal (Foro y PP). Informes locales destacan que el proyecto se ha gestionado con fuerte protagonismo de Foro, a veces sin coordinación interna previa, lo que ha generado dudas sobre la cohesión y la planificación estratégica compartida de la iniciativa. miGijón Vamos, que lo único que preocupa a la coalición de gobierno municipal de Gijón, Foro y PP, es quien sale en la foto en mejor postura, no el contenido del proyecto que dicen abanderar.

Este conjunto de hechos —la ausencia de resultados tangibles más allá de infraestructuras menores, la falta de acuerdos claros con instituciones clave, la ausencia de inversiones externas sólidas hasta la fecha y la experiencia reciente de otros proyectos urbanos que no culminarongenera una percepción fundamentada, y no meramente retórica, de que Naval Azul corre el riesgo de repetir el patrón de promesas que no se traducen en transformaciones visibles y de largo alcance.

No se trata de afirmar que "Naval Azul" esté condenado al fracaso, sino de reconocer que, sobre la base de cómo se han desarrollado las cosas hasta ahora, hay suficientes paralelismos objetivos con experiencias previas (como la del Vial de Jove) para justificar una evaluación crítica: sin compromisos firmes de socios institucionales y privados, sin cronogramas claros de ejecución y sin mecanismos de gobernanza compartidos que aseguren el avance de las fases productivas del proyecto, "Naval Azul" corre el riesgo de quedarse, otra vez, en una promesa con avances parciales pero sin impacto estructural significativo.

En definitiva, la historia reciente de proyectos estratégicos en Gijón —especialmente aquellos que requerían coordinación interinstitucional y compromisos de largo plazo— sugiere que no basta con buenos discursos o actos simbólicos para garantizar resultados, como la foto de la concejala  Pumariega en la Escuela Superior de la Marina Civil. Si "Naval Azulno supera los problemas de concreción, financiación y cooperación que hoy siguen abiertos, existe una base razonable para pensar que pueda acabar siendo otro proyecto con impacto limitado, más visible por su dimensión mediática que por su efecto real en la economía y el empleo local de Gijón.

La gestión reciente del gobierno municipal de Gijón (Foro y PP) —y, en general, de los representantes de la derecha y la ultraderecha asturiana— revela un patrón que se repite con una constancia preocupante: proyectos anunciados con grandes palabras, fotografías calculadas y gestos simbólicos, pero sin el trabajo técnico, administrativo y financiero que convierte una idea en una realidad que mejore la vida de la ciudadanía.


Foto: Carmen Moriyón y Álvaro Queipo de "manifa" mientras los agujeros de la gestión donde gobiernan cada día se abren más. 

Mientras se multiplican las apariciones públicas, la vivienda sigue sin despegar, con propuestas bloqueadas por razones ideológicas más que por argumentos de rigor. Se rechazan modelos consolidados internacionalmente —como el cohousing por los fascistas de Voxno por evaluar su utilidad, sino por un encasillamiento doctrinal que reduce cualquier alternativa al mercado puro a un eslogan partidista.

En el ámbito económico, la llamada “Naval Azul” muestra el mismo síntoma: anuncios, fotos, titulares… pero sin compromisos firmes, sin coordinación interinstitucional, sin garantías financieras y sin un plan maduro capaz de generar empleo, industria o innovación real. La economía azul, que en otros territorios avanza con precisión técnica y visión de futuro, en Gijón se usa como reclamo político mientras sus elementos imprescindibles —gobernanza, sostenibilidad, inversión y planificación— continúan en el aire.

La ciudadanía gijonesa y asturiana no necesita más decorados ni discursos grandilocuentes. Necesita gestión. Necesita soluciones. Necesita políticas públicas que se trabajen, no que se posen para la foto. Y sin embargo, muchos de los cargos públicos que hoy dicen representarla parecen más preocupados por el impacto mediático que por el impacto social, más atentos al relato que a los resultados.

El desgaste acumulado por proyectos eternamente prometidos y nunca ejecutados —como el Vial de Jove— no es casualidad: es la consecuencia directa de una forma de gobernar que prioriza la apariencia sobre la ejecución, el titular sobre la estrategia, el gesto sobre la responsabilidad.

Gijón y Asturias merecen algo mejor que esta política superficial.
Merecen instituciones que planifiquen, decidan, coordinen y cumplan.
Merecen representantes que, en vez de mirar al objetivo de la cámara, miren a los ciudadanos cuyos problemas siguen esperando respuestas.

Mientras esa premisa no cambie, los proyectos quedarán en maquetas, las soluciones en borradores y las oportunidades en manos de otros territorios que sí saben convertir sus discursos en futuro. Aquí en Asturias, de momento, demasiadas veces solo queda la foto… y la frustración de quienes pagan las consecuencias de tanta incompetencia.

Ya lo dijo George Orwell: “La verdadera división no es entre derecha e izquierda, sino entre los que quieren el poder para servir y los que lo quieren para servirse.”

 


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