INACCIÓN, IMPROVISACIÓN Y COSTE: LA TRIPLE CONDENA DE LLANISCOS Y GIJONESES

 

Hoy podemos leer en la prensa que pese a las inversiones en nuevos contenedores, campañas de concienciación y reparto de folletos, el gobierno municipal del Ayuntamiento de Gijón continúa estancado en la separación de residuos bajo las riendas de la derecha extrema, Foro y PP. En el año 2024 se recogieron 106.508.821 kg de residuos, de los cuales solo 38.318.181 kg (≈ 36 %) fueron separados para reciclaje, muy lejos del 55 % exigido por la Unión Europea.

Ante esta situación, el Ayuntamiento ultima la aprobación del Plan Municipal de Residuos Cero 2025–2030, que incluye 31 medidas para mejorar las tasas de reciclaje y reducir la generación de residuos. El concejal de Medio Ambiente del gobierno de Moriyón, Rodrigo Pintueles (PP), admite que, aunque Gijón presenta mejores cifras que otros grandes municipios asturianos, la ciudad sigue muy lejos de los objetivos europeos, con consecuencias ambientales, legales y económicas.

En 2024, Gijón pagó 6,4 millones de euros a COGERSA por el vertedero de Serín. Según el Ayuntamiento, casi el 90 % de las 80.000 toneladas depositadas en la fracción resto podrían haberse reciclado si los ciudadanos las hubieran separado correctamente, evitando así costes que deben repercutirse en la tasa de basuras.

La recogida de orgánica disminuye de 3.999.060 kg en 2024 a 3.717.260 kg en 2025, descenso que Emulsa atribuye al cambio de cerraduras en los contenedores marrones. Pese a la bajada, se reduce también la presencia de impropios, pasando del 30 % al 10 %.

                       Foto: gestión de la basura de Gijón

También descienden las recogidas selectivas de envases y vidrio, mientras que la del cartón aumenta ligeramente. En general, el estancamiento afecta a todas las fracciones.

Emulsa trabaja en nuevas medidas para mejorar la situación, como la ampliación de la recogida de restos de poda y siega, el inicio de un proyecto de compostaje comunitario en La Camocha, el aumento de contenedores para ropa usada y la instalación de contenedores de vidrio con sistema VACRI para hostelería bit.ly/4a6gIZo

Datos de reciclaje del Ayuntamiento de Llanes del año 2024. Fuente: COGERSA bit.ly/4iMj1CV

La foto del año 2024 con los datos que proporciona COGERSA en la tabla anterior, si los comparamos con los objetivos de la Comisión Europea para este año 2025, la situación del gobierno fascista de Vecinos y PP es la siguiente:

1. Composición de los residuos gestionados en el año 2024 (Ayto. de Llanes)

Total residuos gestionados 2024: 10.837,35 t

Porcentaje de cada flujo sobre ese total:

  • Residuos urbanos (mezcla): ≈ 89,3 % 9.682,18 t
  • Papel y cartón: ≈ 2,3 % 252,63 t
  • Vidrio: ≈ 2,1 % 231,88 t
  • Otros residuos (RCD pequeños, especiales, etc.): ≈ 2,1 % 223,96 t
  • Muebles (madera + otros materiales): ≈ 1,3 % 137,98 t
  • Envases ligeros (plástico, metal, brik): ≈ 1,5 % 166,54 t
  • Vegetales y estiércol: ≈ 1,1 % 122,45 t
  • Fracción orgánica (biorresiduo en contenedor marrón): ≈ 0,1 % 9,74 t

Además, la propia tabla indica que los residuos separados sobre el total son solo un 10,57 % en 2024, frente a un 10,67 % en 2023 (ligero empeoramiento).

Ø  Conclusión rápida: casi 9 de cada 10 toneladas siguen yendo como residuo urbano mezclado, y la recogida separada tiene aún un peso infimo

2. Comparación con los objetivos de la Comisión Europea para 2025

Objetivos (simplifico lo que pones):

  • 70 %: metales ferrosos y residuos de vidrio
  • 65 %: envases
  • 75 %: papel y cartón
  • 50 %: plásticos y aluminio
  • 25 %: madera

Problema: los datos no dicen cuánto de cada material se recicla respecto a lo generado, solo cuánto pesa cada flujo dentro del total municipal. Aun así, usando esos porcentajes como indicio, se puede sacar una conclusión clara:

  • Vidrio
    • Solo representa ≈ 2,1 % del total gestionado.
    • Para llegar a un 70 % de vidrio reciclado, necesitaría que la mayor parte del vidrio generado estuviera en esta fracción separada, cosa poco creíble cuando el vidrio apenas pesa en el total y la fracción mezclada es tan alta.
      Muy lejos del objetivo del 70 %.
  • Envases ligeros (plástico + metal + brik)
    • 1,5 % del total.
    • Objetivo UE: 65 % de envases y 50 % de plásticos y aluminio reciclados.
    • Con tan poco peso de envases separados y tanto residuo urbano mezclado, es prácticamente imposible estar cerca de esos porcentajes reales de reciclaje.
      Muy por debajo del objetivo.
  • Papel y cartón
    • 2,3 % del total.
    • Objetivo UE: 75 % reciclado.
    • De nuevo, con tan poca separación específica y tanto residuo mezclado, el Ayuntamiento difícilmente se aproxima al 75 %.
      Lejos del objetivo del 75 %.
  • Madera (parte de muebles + otros residuos)
    • Muebles ≈ 1,3 %; una parte de esto será madera, más algo de madera en “otros residuos”.
    • Objetivo UE: 25 % de madera reciclada.
    • El peso de esa fracción es muy bajo, así que la probabilidad de estar cerca del 25 % real de reciclaje de madera es igualmente baja.
      Probablemente también muy por debajo del objetivo.
  • Metales ferrosos
    • No aparecen desglosados; en teoría irían mezclados en envases ligeros, muebles, otros residuos y chatarra que pueda entrar por puntos limpios.
    • Sin datos específicos, no se puede calcular, pero viendo la baja tasa de recogida separada, lo razonable es pensar que tampoco se alcanza el 70 %.

3. Diagnóstico general

Con los datos de 2024 se puede decir:

  • El Ayuntamiento de Llanes está en una situación claramente insuficiente para cumplir los objetivos de reciclaje de la Comisión Europea para 2025.
  • El principal problema no es un flujo concreto, sino que la fracción mezcla (residuos urbanos) domina casi todo el sistema (≈ 89 %).
  • Las fracciones que sí permiten reciclar (vidrio, papel-cartón, envases ligeros, orgánica, etc.) tienen un peso muy reducido.

Si tuviéramos que hacer un resumen de,lo que lleva haciendo el gobierno fascista de, Vecinos y PP, con los intereses de los llaniscos con la recogida de la basura podría ser la siguiente: necesitas para un trabajo, en una frase:

En el año 2024, el Ayuntamiento de Llanes presenta una tasa de separación de residuos de apenas un 10,6 %, mientras que cerca del 89 % de los residuos siguen arrojándose como fracción mezclada. Con estos niveles de recogida selectiva, el municipio no es que esté lejos de los objetivos europeos para el año 2025: está en una situación completamente incompatible con cualquier estándar moderno de gestión ambiental. Este abandono prolongado de sus responsabilidades demuestra una absoluta falta de previsión, rigor y voluntad política. Y, como ocurre siempre, las consecuencias no recaerán sobre quienes gestionan, sino sobre la cartera de los vecinos de Llanes, que terminarán pagando en sanciones, tasas y pérdida de servicios la negligencia de un gobierno fascista de VecinosxLlanes y PP que ha elegido mirar hacia otro lado en lugar de ejercer su deber público.

Debo señalar también que las oposiciones socialistas en ambos ayuntamientos están mostrando una debilidad e incompetencia preocupante. En Gijón, la bancada del PSOE (los “monchitos”) parece limitada a ocupar espacio mientras los gijoneses soportan las consecuencias de las políticas de Moriyón y su coalición de Foro y PP. En Llanes, la situación no es muy distinta: una oposición desorientada, incapaz de reaccionar, que quedó retratada con crudeza en la aprobación del PGOU, donde optaron por la abstención pese al profundo perjuicio que supone para los vecinos con salarios más bajos y con una necesidad urgente de vivienda protegida.

Foto: Carmen Moriyón y Enrique Riestra, dos alcaldes a los cuales le viene muy grande el bastón de mando de los Ayuntamientos de Gijón y Llanes como vemos con su gestión

Para terminar el post quiero manifestar que lo sucedido en los Ayuntamientos de Gijón y en Llanes bajo gobiernos de la derecha extrema y la ultraderecha, durante todos estos años no puede describirse simplemente como una mala gestión: ha sido una renuncia consciente y sostenida a cumplir obligaciones legales, ambientales y económicas que todos los municipios de España conocían con años de antelación. Mientras Europa marcaba objetivos, España los incorporaba a sus leyes, y el MITECO trasladaba a los ayuntamientos instrucciones claras y cronogramas precisos, estos gobiernos locales optaron deliberadamente por una estrategia de inacción sistemática, confiando en que el tiempo, la desinformación o la resignación ciudadana taparían un problema que crecía a ojos de todos.

No se trató de falta de medios. No se trató de desconocimiento. Fue falta de voluntad política, pura y simple. Años para modernizar sistemas de recogida, y no lo hicieron. Años para implantar la orgánica, y la dejaron morir. Años para acercarse a los estándares europeos, y eligieron no mover un dedo. Y cada día que pasaba, el retraso se hacía más profundo y las consecuencias más caras para sus ciudadanos.

Mientras los ayuntamientos europeos avanzaban hacia modelos eficientes y sostenibles, Gijón y Llanes siguieron anclados en un modelo obsoleto, caro y contaminante, defendido con discursos vacíos y una autocomplacencia insultante. La realidad es que despreciaron las advertencias, ignoraron las leyes y despreciaron a los vecinos, porque sabían perfectamente que no serían ellos quienes pagasen el coste final.

Hoy, los números son inapelables:
– tasas de separación ridículas,
– fracciones mezcladas que devoran el sistema,
– millones de euros tirados literalmente a un vertedero,
– y un incumplimiento claro de las metas europeas que traerá sanciones y más tasas para la ciudadanía.

Las administraciones públicas están obligadas por ley —y por simple ética— a proteger el interés general. Pero estos gobiernos de la derecha extrema y ultraderecha eligieron lo contrario: esconder el problema bajo la alfombra, posponer decisiones incómodas y dejar que el tiempo corriera a costa del bolsillo y del futuro de sus vecinos.

Por eso, lo que hoy pagan Gijón y Llanes no es el precio del reciclaje:
es el precio de haber sido gobernados durante años por quienes decidieron que no hacer nada era más cómodo que hacer lo correcto. Y esa factura, como siempre, no la pagarán ellos.
La pagarán los ciudadanos de Gijón y Llanes. Todos. Durante años.

Ya lo dijo Aristóteles: “El que no sabe mandar tampoco sabe obedecer.”

 

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