Los vecinos de La Borbolla y de las siete localidades que conforman la parroquia de Pría, decidieron la pasada semana declinar la propuesta de transformar las antiguas escuelas en vivienda pública de alquiler, previa cesión al Principado. En ambos concejos, uno celebrado en la Casa de Cultura del Valle de San Jorge y otro en la Casa Concejo de La Borbolla, los vecinos se mostraron contrarios a la cesión a la Consejería de Ordenación de Territorio, Urbanismo, Vivienda y Derechos Ciudadanos.
La iniciativa partió inicialmente del gobierno fascista de VecinosxLLanes y PP del Ayuntamiento de Llanes (como de costumbre para eludir sus responsabilidades como se fija en la Ley 7-1985, de 2 de Abril, reguladora de las Bases del Régimen Local en el artículo 25), que valoraba esta posibilidad de ceder este inmueble para que realizara las obras pertinentes para destinarlo a vivienda de alquiler. El gobierno fascista tiene dinero para teatros y otro tipo de festejos, pero para arreglos de las instalaciones que dependen del municipio no hay un euro. Tiene que venir el Gobierno del Principado a socorrer a vagos y maleantes del gobierno municipal que han encontrado en la política un sustento que han sido incapaces de encontrar en la vida civil. Sin embargo, el talibán que hoy ocupa la alcaldía, Enrique Riestra, presente en los concejos públicos, manifestaba “que veníamos a estos concejos para escuchar a los vecinos, con la clara voluntad de que fueran ellos los que decidieran sobre este patrimonio común de sus pueblos, tal y como ha sido”. “Estoy muy satisfecho de ver cómo, después de años, se cambian tendencias y dinámicas. Por poner un ejemplo, cuando años atrás parte del colegio, en uso, de la localidad de Póo se convirtió en ‘centro de artesanía’, sólo usaron el concejo público para informar a los vecinos de lo que ya se iba a hacer”. Ahora, se escucha, y los vecinos saben que son parte esencial del devenir de sus pueblos. La demagogia del gobierno fascista no tiene parangón si vemos la mochila de atropellos que arrastra tras algo más de diez años de incompetencia y negligencia con los intereses de los llaniscos.
Foto: concejales del partido ultra VecinosxLlanes, sicarios de la asociacion de enemigos de Llanes (AVALL)
El alcalde también incidió en que “es la misma diferencia que existe entre poner a los alcaldes de barrio ‘a dedo’ o dejar que el pueblo decida quién los representa; por eso creo firmemente, viendo la gran afluencia a los concejos, que ahora los vecinos saben que su participación y su opinión son tenidas en cuenta. Esto lo he visto en primera persona, y me he comprometido a abordar la petición que los vecinos de Pría han querido para su escuela. No puedo sino agradecer su implicación”. Hombre, habría que preguntar a dicho talibán, ¿A quien consulto de los llaniscos para endeudarlos en un teatro por importe de 6,5 millones de euros a pagar en el próximo decenio? Deuda que por otro lado excede el mandato para el que fue elegido, cuatro años, pero que dejará a los ediles que gobiernen cuando el salga del Ayuntamiento y se vaya a tomar por culo a ganarse la vida en la vida civil, trabajando de verdad y no castigando a los llaniscos como lo hace ahora.
Desde el año 2015 el Ayuntamiento de Llanes, gobernado por la coalición fascista de Vecinos x Llanes con apoyo del PP, ha acumulado una serie de omisiones y decisiones que explican la situación actual en materia de urbanismo y vivienda. Durante casi una década no se logró aprobar un PGOU plenamente operativo, por lo que el municipio funcionó con un planeamiento obsoleto que generó inseguridad jurídica, ralentizó y bloqueó el desarrollo urbano, paralizó promociones públicas y obligó a depender de autorizaciones sectoriales puntuales. Ese retraso en la ordenación territorial ha sido un factor estructural: sin un instrumento claro y vigente es difícil planificar ni ejecutar políticas de vivienda a escala municipal. Cuando finalmente se aprobó un nuevo PGOU hace unos días, lo hizo con un porcentaje de vivienda protegida (VPO) del 4%, un porcentaje muy bajo en términos asturianos que, en la práctica, no corrige la presión del mercado ni contribuye a la creación de un parque de vivienda asequible suficiente para la población residente.
Esa misma incapacidad estructural se traduce en la ausencia absoluta de promociones municipales de vivienda pública en los diez años anteriores: Llanes no ha impulsado obras públicas de vivienda, ni ha desarrollado estrategias para vivienda joven, social o de alquiler asequible. Todo ello tiene mayor impacto porque Llanes es uno de los municipios con el precio por metro cuadrado más elevado de Asturias y con un mercado inmobiliario altamente tensionado; la combinación de mercado caro y falta de oferta protegida agrava la exclusión de la población local frente a la turistificación y la demanda de segundas residencias. En ese contexto, la idea de reconvertir las antiguas escuelas en vivienda pública surge como respuesta tardía a una necesidad real, pero aislada y reactiva: no aparece integrada en un plan municipal de vivienda ni acompasada con políticas de suelo o medidas para frenar la especulación.
La propuesta municipal de ceder esos inmuebles de titularidad del concejo al Principado para que financie obras y gestione alquileres revela varias cuestiones relevantes. Primero, supone un traslado de responsabilidades: la conservación y uso del patrimonio y la política de vivienda son, en la práctica, competencias municipales; ceder edificios para que sea la administración autonómica la que asuma costes y ejecución es un reconocimiento tácito de la incapacidad de gestión local. Segundo, la cesión se plantea como una solución puntual, no como parte de una planificación integral: la iniciativa parece improvisada frente a la necesidad de un plan estructural de vivienda. Tercero, políticamente pone de manifiesto tensiones en el uso de la participación: la convocatoria de concejos para decidir sobre la cesión contrasta con la ausencia de consultas ciudadanas en decisiones estratégicas anteriores (por ejemplo, la compra a deuda del Cinemar), lo que sugiere un uso selectivo de los mecanismos participativos.
La incoherencia entre el discurso de mayor participación y las prácticas reales es evidente. El alcalde ultra Riestra ha destacado que ahora se “escucha” a los vecinos mediante concejos abiertos, pero a la vez decisiones de gran envergadura y carácter estructural—la definición del PGOU, la estrategia de vivienda o la contratación de deuda a largo plazo—no han sido sometidas a procesos de participación comparables. Esa selectividad debilita la credibilidad del discurso participativo y deja la sensación de que la participación se activa cuando resulta políticamente rentable, en lugar de ser una herramienta permanente para definir el rumbo urbanístico y social del municipio de Llanes. La transparencia es una virtud a la que este gobierno fascista le tiene alergia, la opacidad ha reinado como forma de ocultación de todo lo que puede ofrecer luz sobre una gestión municipal ruinosa.
Foto: concejales del PP en el gobierno ultra del Ayuntamiento de Llanes
El PGOU aprobado hace escasos días por el gobierno fascista con solo un 4% de VPO, encaja mal con cualquier política que pretenda priorizar la vivienda asequible: un porcentaje tan reducido no corrige el precio del suelo ni genera un parque protegido suficiente para responder a la demanda local; al contrario, perpetúa un modelo urbanístico que favorece la turistificación y la ocupación por segundas residencias y protege en la práctica intereses inmobiliarios privados por encima del acceso de los residentes. Por tanto, la transformación puntual de escuelas en vivienda social, aunque positiva en sí misma, no resuelve, ni compensa, ni corrige la falta de medidas estructurales que afectan al acceso a la vivienda en Llanes.
En suma, la cesión de las antiguas escuelas al Principado aparece como una ocurrencia aislada y tardía dentro de un marco de políticas municipales insuficientes: diez años sin promociones públicas, un PGOU bloqueado hasta fechas recientes y finalmente aprobado con una tasa de VPO marginal, y una utilización selectiva de la participación ciudadana. Esa combinación explica por qué la medida de las escuelas no arregla el problema de fondo: no prioriza la vivienda asequible, no interviene sobre el precio del suelo, no crea parque público suficiente y mantiene un modelo urbanístico orientado al mercado turístico e inmobiliario privado. Para que la reconversión de escuelas deje de ser parche y se convierta en parte de una política coherente sería necesario integrar estas actuaciones en un plan municipal de vivienda, revisar las determinaciones del PGOU relativas a suelo y porcentajes de VPO, y establecer políticas activas de suelo público, promoción directa y control de la presión turística sobre el mercado residencial.
La existencia de inmuebles públicos abandonados como —antiguas escuelas, edificios municipales en desuso o infrautilizados— en un contexto donde la población mayor según los datos más recientes disponibles del padrón municipal del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el municipio había en el año 2024 un total de 13.598 habitantes, de los cuales 3.783 tenían 65 años o más (27,8%) Población Urbana
Por otro lado como vemos en las estadísticas de población, la dependencia en el municipio aumenta y el municipio destina recursos mínimos a atención social, lo cual revela una desconexión absoluta entre las necesidades reales de la ciudadanía y las prioridades presupuestarias del Ayuntamiento.
Llanes no sólo afronta un problema de vivienda: afronta también un déficit grave de servicios de proximidad para personas mayores, y esto debería situarse en el centro del debate vecinal. Ante ello, los llaniscos tienen base más que suficiente para reclamar al Ayuntamiento:
1. Uso social prioritario del patrimonio público abandonado
Antes de ceder estos edificios al Principado para vivienda —una medida razonable, pero no necesariamente prioritaria en todas las parroquias— los vecinos deberían exigir al gobierno municipal que:
- recupere y rehabilite estos inmuebles para equipamientos de proximidad,
- dote a cada parroquia de espacios para mayores, centros de día ligeros o salas multiactividad,
- garantice que los edificios municipales se ponen al servicio de quienes los han financiado: los propios vecinos.
El abandono de edificios públicos no es sólo desperdicio material: es abandono de derechos y servicios.
2. Exigir un plan municipal de dependencia y envejecimiento activo
Un servicio municipal de dependencia que dedica 30.000 € al año para sus mayores como sucede en Llanes — es una cifra simbólica e irrisoria para un concejo del tamaño y riqueza fiscal de Llanes— no puede atender ni de lejos las necesidades reales de:
- transporte adaptado,
- acompañamiento domiciliario,
- teleasistencia avanzada,
- actividades y apoyo preventivo,
- respiro familiar,
- espacios de socialización para evitar el aislamiento.
La desaparición de la partida para 2026 agrava la situación: indica falta de prioridad política y falta de compromiso con uno de los colectivos más vulnerables del concejo.
Los vecinos tienen legítimo derecho a reclamar:
- una partida estable y suficiente, no una cifra simbólica,
- programas estructurados, no ayudas puntuales,
- evaluación anual de necesidades,
- corresponsabilidad entre concejo y Principado, sin renunciar a las competencias municipales.
Bien es cierto, que los llaniscos no son prioridad de los ultras que hoy gobiernan en el municipio de Llanes. Su única prioridad como está acreditado tras algo más de diez años de gobierno es el cobrar unas retribuciones que no perciben en la vida civil, como ha quedado acreditado con los 8 liberados que hoy tiene el gobierno municipal.
3. Garantizar equipamientos accesibles en las parroquias rurales
Llanes es un concejo disperso y envejecido. Por ello, no basta con centralizar servicios en la villa: es necesario llevarlos a barrios y localidades.
Un centro social rehabilitado en cada parroquia:
- evita el aislamiento de los mayores,
- permite talleres, clubs de lectura, reuniones, teleasistencia presencial,
- actúa como punto de encuentro y cohesión,
- reduce la dependencia de transporte y la soledad no deseada,
- mejora la calidad de vida y la salud comunitaria.
Las antiguas escuelas cumplen perfectamente esta función: son edificios pequeños, próximos, simbólicos y adaptados históricamente al tejido social.
4. Reclamar una auditoría de inmuebles municipales
Los vecinos pueden exigir transparencia total:
- cuántos edificios municipales están en desuso,
- cuál es su estado real,
- qué costaría rehabilitarlos,
- por qué no se han usado en diez años,
- y qué criterios se siguen para decidir su destino.
Sin esta información, no puede haber participación real: solo decisiones unilaterales justificadas a posteriori como viene siendo habitual con estos talibanes que hoy gobiernan en el municipio.
5. Priorizar las necesidades sociales antes de decisiones cosméticas o grandilocuentes
Mientras el servicio municipal de dependencia dispone de 30.000 €, el Ayuntamiento ha comprometido 6,5 millones de euros para El Cinemar, y ahora plantea ceder edificios al Gobierno del Principado porque no puede rehabilitarlos.
Esto abre una pregunta legítima:
¿En qué punto dejó de priorizarse a los vecinos para priorizar proyectos simbólicos de interés particular a los intereses de los que hoy gobiernan en el Ayuntamiento de Llanes?
La política municipal debe volver a mirar a los mayores, que sostuvieron el concejo durante décadas y hoy reciben recursos mínimos. Los vecinos están ante un momento clave: o permiten que el patrimonio público se siga deteriorando y perdiendo función social, o reclaman con firmeza que se ponga al servicio de quienes más lo necesitan.
En un concejo envejecido, con servicios municipales de dependencia entre los peores de Asturias y con presupuestos que reflejan prioridades muy discutibles, la recuperación de las antiguas escuelas para convertirlas en espacios comunitarios, centros de reunión, servicios de día o puntos de apoyo para mayores no es un lujo: es una obligación institucional que los talibanes de Vecinos y PP pretenden vender a los llaniscos, como que les están haciendo un favor, diciendo que son los llaniscos los que deciden mientras ellos meten sus manos en los bolsillos y dejan que se deterioren.
Si el Ayuntamiento no quiere o no puede, asumir estas competencias básicas que recoge la ley y que les obliga, la ciudadanía tiene pleno derecho a exigir:
- uso social inmediato del patrimonio público,
- financiación digna para la dependencia,
- participación real en la toma de decisiones,
- y coherencia presupuestaria entre lo que se dice y lo que se hace.
Porque un municipio que abandona sus edificios y a sus mayores no sufre falta de recursos: sufre falta de prioridades.
A continuación pongo un comunicado para todos los llaniscos con respecto a la negligencia y engaño de este gobierno que hurta los derechos a los llaniscos, principalmente a sus mayores:
COMUNICADO VECINAL: POR UN USO SOCIAL DE LAS ANTIGUAS ESCUELAS Y UN MEJOR SERVICIO DE DEPENDENCIA EN LLANES
Los vecinos y vecinas de nuestras parroquias queremos recordar una realidad que afecta directamente a nuestro bienestar: Llanes es hoy uno de los municipios más envejecidos de Asturias, con casi un 28% de población mayor de 65 años. Sin embargo, el Ayuntamiento destina solo 30.000 € a dependencia en 2025 y no ha reservado ni un euro para 2026.
Mientras tanto, las antiguas escuelas y otros inmuebles municipales siguen abandonados, sin uso social y sin mantenimiento. Estos edificios podrían servir como:
- Centros de reunión para personas mayores
- Espacios comunitarios
- Actividades de envejecimiento activo
- Servicios de apoyo y prevención de la dependencia
Por eso, los vecinos reclamamos:
- Que los inmuebles públicos abandonados se rehabiliten para uso social, antes de ser cedidos o vaciados de contenido.
- Un plan municipal real de atención a la dependencia, con financiación estable y suficiente.
- Transparencia sobre el estado y destino de los edificios municipales.
- Servicios de proximidad en cada parroquia, evitando el aislamiento y la soledad.
Los mayores de Llanes han sostenido este concejo durante generaciones. Hoy merecen espacios dignos, servicios adecuados y un Ayuntamiento que los ponga en el centro de sus prioridades.
Por un Llanes que cuide a quienes lo han construido.
Foto: residencia de mayores de Llanes
Para terminar el post quiero
manifestar que un municipio que abandona sus edificios públicos y recorta en
dependencia no es un municipio sin recursos: es un municipio sin
prioridades.
El gobierno municipal de Llanes no puede permitirse seguir mirando hacia otro
lado mientras sus mayores, casi un tercio de la población, carecen de
espacios dignos y servicios básicos.
Ha llegado el momento de que el patrimonio público vuelva a servir
al público, y de que las decisiones municipales reflejen, por fin, las
necesidades reales de quienes viven aquí.
Porque un concejo que no cuida a sus mayores renuncia a su propio futuro.
Ya lo dijo Hubert H. Humphrey: “La prueba moral de un gobierno es cómo trata a quienes están en el amanecer de la vida, a quienes están en el ocaso de la vida y a quienes viven en las sombras de la vida.”




