El próximo martes 2 de diciembre, el Principado de Asturias y el Ayuntamiento de Gijón mantendrán una reunión clave para tratar de impulsar un plan coordinado de vivienda pública, después de varias semanas de desencuentros entre ambas administraciones. La alcaldesa Carmen Moriyón ha aceptado la petición del consejero de Vivienda, Ovidio Zapico, quien insiste en que el Principado cuenta con los medios técnicos y financieros para promover al menos 300 nuevas viviendas públicas en la ciudad.
El conflicto surgió tras quedar desierta la primera licitación del Plan Llave, el proyecto municipal para construir vivienda protegida. El Ayuntamiento achaca el fracaso a la falta de actualización del módulo de VPO, competencia del Gobierno regional. A raíz de ello, Zapico solicitó la cesión de parcelas municipales para que el Principado pudiera construir directamente vivienda pública, un ofrecimiento que el Consistorio rechazó mientras no haya presupuesto y plazos concretos. Aun así, el consejero defiende que un acuerdo es imprescindible para evitar que “Gijón se quede atrás”, recordando ejemplos de colaboración ya satisfactorios con Oviedo y Avilés.
Este debate local se enmarca en un problema de vivienda más amplio en toda Asturias, sobre el que reflexionó el presidente autonómico Adrián Barbón en el Foro España 360. Barbón subraya que la vivienda es un desafío complejo y multifactorial, agravado por la especulación, la tensión del mercado y la existencia de 21.000 viviendas vacías en la región. El Ejecutivo regional prevé sacar 1.500 viviendas públicas durante esta legislatura, con especial atención al alquiler joven, y desarrolla el programa “alquilámoste”, que busca introducir en el mercado alquileres privados hoy desocupados garantizando el cobro a los propietarios.
El presidente también destacó las medidas contra la expansión de la vivienda turística, que considera otro factor de presión sobre los precios, defendiendo la introducción de una tasa turística municipal voluntaria y restricciones que ya han expulsado parte del parque turístico irregular.
En ambos niveles, regional y municipal, emerge la misma conclusión: la necesidad de grandes acuerdos políticos para afrontar una crisis de vivienda marcada por la escasez de oferta pública, la especulación, la presión turística y la falta de coordinación institucional. Tanto Zapico como Barbón coinciden en que sin cooperación entre administraciones —y sin superar la confrontación partidista— no será posible dar respuesta a una de las mayores preocupaciones sociales en Asturias.
Durante esta legislatura, el Gobierno del Principado de Asturias ha impulsado la construcción de vivienda pública en varios municipios, aunque con ritmos y grados de avance diferentes. Los proyectos más destacados se concentran en Avilés, Oviedo y Siero, y se están intentando articular nuevas promociones en Gijón y otros concejos donde el acceso a la vivienda se ha convertido en una preocupación creciente.
En Avilés, el Principado ha puesto en marcha una de las actuaciones más ambiciosas: la construcción de 235 viviendas públicas en la zona de La Grandiella, una operación valorada en más de 30 millones de euros y considerada un ejemplo de colaboración entre administraciones. En Oviedo, se ha alcanzado también un acuerdo para levantar 305 viviendas en el entorno de Las Campas, dentro de una estrategia para ampliar el parque público de alquiler en la capital asturiana.
En Siero, aunque la promoción corresponde a una fase anterior, se entregaron recientemente 36 viviendas públicas en Pumarabule, consolidando uno de los pocos ejemplos recientes de vivienda social terminada en la comarca del Nora. Casos como el de Morcín, con actuaciones puntuales, o el interés del Principado en activar vivienda en concejos periurbanos, muestran un intento de reequilibrar la oferta más allá de las grandes ciudades.
El Principado sostiene que dispone de los recursos técnicos y financieros necesarios para seguir ampliando el parque público y plantea un objetivo total de 1.500 viviendas durante esta legislatura, combinando construcción nueva y programas de movilización de vivienda vacía como “Alquilámoste”. Sin embargo, muchos proyectos dependen de la cesión de parcelas municipales, lo que ha generado tensiones políticas, como ocurre en Gijón, donde el Gobierno regional insiste en que podría promover al menos 300 viviendas si el Ayuntamiento facilita suelo en condiciones similares a las acordadas en Oviedo o Avilés.
En conjunto, el mapa de la vivienda pública en Asturias refleja un esfuerzo notable por parte del Gobierno del Principado, pero también las dificultades estructurales que aparecen en muchos municipios: falta de suelo municipal disponible, licitaciones desiertas por costes desactualizados y necesidad de acuerdos estables entre administraciones. La situación de concejos como Siero o Morcín evidencia que la demanda de vivienda asequible es un fenómeno extendido, y que el reto de aumentar el parque público solo puede abordarse con cooperación y planificación a largo plazo entre administraciones.
Con la información pública disponible hasta hoy, y ciñéndonos a esta legislatura autonómica (2023-2027), se pueden identificar estas promociones de vivienda pública de nueva construcción impulsadas por el Principado (muchas en colaboración con ayuntamientos y Estado):
- Gijón (Xixón)
- 250 viviendas públicas de alquiler asequible en el solar de la antigua Escuela de Peritos.
- Obra ya en marcha, con entrega prevista para junio de 2026.actualidad.asturias.es+2La Voz de Asturias+2
- Oviedo
- ≈300 viviendas públicas de alquiler asequible previstas entre Las Campas / La Florida y San Claudio (las cifras que se repiten en las fuentes son 270 + 30, y el Principado habla de 300–305 viviendas).
- Proyecto acordado con el Ayuntamiento, con licitación prevista en 2026; todavía no están construidas, pero forman parte del paquete de esta legislatura.actualidad.asturias.es+2La Voz de Asturias+2
- Avilés
- 235 viviendas públicas para alquiler asequible en la zona de La Grandiella.
- Promoción anunciada oficialmente en noviembre de 2025, con más de 30 millones de inversión. Principado de Asturias
- Llanera (Lugo de Llanera / La Estación)
- 24 viviendas públicas de alquiler asequible.
- Licitadas en 2024, con un plazo de obra de 18 meses y fecha de finalización fijada para el 30 de junio de 2026. actualidad.asturias.es+2actualidad.asturias.es+2
- San Martín del Rey Aurelio (Sotrondio)
- 30 viviendas públicas destinadas al alquiler asequible en Sotrondio.
- Anunciadas en noviembre de 2025; la ejecución está prevista a partir de 2026. actualidad.asturias.es+2La Voz de Asturias+2
Cosas importantes a tener en cuenta
- El propio Barbón y la Consejería hablan de 1.500 viviendas públicas a poner en marcha en esta legislatura, pero eso incluye:
- viviendas en construcción,
- viviendas en licitación o proyecto,
- y parte de las futuras que aún no tienen municipio cerrado o cifra detallada. actualidad.asturias.es+1
- No existe (al menos accesible online) un listado oficial único y cerrado con todas las promociones de esta legislatura desglosadas por concejo y sólo contando las ya terminadas.
- Otros casos que suelen salir en el debate, como las 36 viviendas de Pumarabule (Siero) o las promociones Passivhaus de Muros del Nalón, son anteriores a esta legislatura, aunque siguen siendo parque público y se usan mucho como referencia en la discusión sobre vivienda.Club Calidad+1
En contraste con lo que está ocurriendo en muchos municipios del centro y del occidente de Asturias, donde ya se están construyendo promociones de vivienda pública de forma más visible y con cifras elevadas, la situación en los municipios del oriente asturiano es bastante distinta. Allí, el Principado ha comenzado a anunciar proyectos y comprometer futuras actuaciones, pero la presencia de vivienda pública real, construida y disponible, sigue siendo ínfima o testimonial.
En concejos como Colunga o Onís se han dado pasos concretos: en el primero está prevista la construcción de unas treinta viviendas protegidas, y en el segundo se ha anunciado un pequeño edificio de diez pisos para alquiler asequible en Benia. También se han mencionado posibles actuaciones en Parres, Llanes y Ribadesella, dentro de un plan más amplio del Gobierno regional para extender la vivienda pública a zonas que tradicionalmente habían quedado al margen de estas políticas. Sin embargo, la mayor parte de estos proyectos están todavía en fase de anuncio, estudio o tramitación, y dependen de que los ayuntamientos pongan suelo municipal a disposición del Principado, algo que no siempre está resuelto como sucede en el principal municipio del Oriente, Llanes.
Además, en el Oriente la presión turística tiene un impacto determinante: la enorme proliferación de viviendas vacacionales —más de 2.500 registradas en la comarca— hace que gran parte del parque residencial quede orientado al turismo y no al alquiler estable. Esto limita aún más la capacidad de los jóvenes y trabajadores locales para acceder a una vivienda asequible y convierte a la vivienda pública en un recurso especialmente necesario, pero que avanza a paso tortuga para lo deseado por parte de la población.
En conjunto, puede afirmarse que, mientras en Avilés, Oviedo o Siero las promociones ya están en obra o próximas a ejecutarse, en el Oriente predomina un escenario de intenciones y compromisos, con muy pocas viviendas todavía construidas. El Gobierno asturiano ha empezado a mover ficha en la comarca, pero la oferta real aún es prácticamente nula y la solución al problema habitacional avanza con mucha mayor cautela, condicionada por la disponibilidad de suelo, la complejidad administrativa y la elevada presión del mercado turístico.
Frente a esta realidad, en la que el Principado impulsa promociones de vivienda pública por toda Asturias y comienza a activar proyectos también en el Oriente, el gobierno de la ultraderecha de, Vecinos x Llanes y PP, ha puesto proa a la nada. Tras más de diez años al frente del Ayuntamiento, su balance en materia de vivienda es prácticamente inexistente: ni han promovido nuevas viviendas públicas, ni han cedido suelo al Principado, ni han articulado un plan municipal que responda a la creciente dificultad de acceso a la vivienda en el concejo.
Mientras otros municipios avanzan, firman acuerdos, licitan obras o, al menos, preparan el terreno para futuras promociones, Llanes se ha mantenido al margen de cualquier estrategia estructural. El resultado es una década perdida en uno de los ámbitos que más preocupan a la ciudadanía llanisca, especialmente a la población joven, expulsada del mercado residencial por la presión turística y la falta de oferta asequible.
En lugar de liderar soluciones, el gobierno local ha optado por dilatar decisiones, rechazar propuestas y aplazar compromisos, dejando a Llanes fuera de las dinámicas que están transformando el acceso a la vivienda en otros concejos. El contraste con municipios como Avilés, Oviedo, Colunga u Onís es cada vez más evidente: allí se avanza; en Llanes, simplemente no se hace nada.
Frente al avance que se está produciendo en buena parte de Asturias en materia de vivienda pública —con promociones en marcha en Avilés, Oviedo, Siero, Llanera o San Martín del Rey Aurelio, y con proyectos iniciándose incluso en municipios del Oriente como Colunga u Onís—, el caso de Llanes resulta especialmente llamativo por su absoluta parálisis. El gobierno municipal fascista formado por los partidos de, Vecinos y PP, lleva más de una década al frente del Ayuntamiento, pero su balance en una de las áreas más sensibles para la ciudadanía es, sencillamente, devastador: no existe ni una sola promoción de vivienda pública impulsada desde el Consistorio.
La situación es todavía más grave si se tiene en cuenta que Llanes es uno de los concejos más tensionados de toda Asturias. El propio Principado llegó a identificar hasta siete zonas tensionadas por el precio del alquiler y la escasez de vivienda, un diagnóstico que no deja lugar a dudas sobre la magnitud del problema. A esta realidad se suma una constatación repetida por vecinos y organizaciones locales: hoy, en Llanes, el acceso a una vivienda digna y asequible es el mayor problema del concejo, especialmente para jóvenes y trabajadores que no pueden competir con los precios marcados por el mercado turístico.
Sin embargo, en toda su trayectoria, el gobierno de Vecinos y PP no ha sido capaz de articular una respuesta. No han promovido vivienda pública, no han cedido suelo al Principado para que éste pudiera construirla, y no han desarrollado un plan municipal que permita abordar el problema estructural que sufre el concejo. Ni siquiera el nuevo planeamiento urbanístico ofrece una solución: las reservas de suelo para vivienda asequible son ridículas —apenas unas 200 viviendas en suelo urbanizable y unas 32 en suelo urbano no consolidado— cifras totalmente insuficientes para un municipio con tanta presión inmobiliaria.
Resulta especialmente revelador que, mientras se aprueban planes y moratorias destinados a regular la vivienda turística, no se ha dado ni un solo paso para incrementar la oferta de vivienda social o asequible. Es como si el gobierno municipal fascista hubiese decidido combatir los síntomas —la proliferación de viviendas vacacionales— sin tratar en absoluto la enfermedad de fondo: la falta crónica de vivienda para los residentes. Incluso han surgido denuncias de que el gobierno municipal estaría ocultando o evitando clasificar suelo potencialmente útil para vivienda protegida, lo que demuestra una resistencia activa a que Llanes disponga de parque público.
Esta inacción tiene consecuencias devastadoras. Llanes se está convirtiendo en un concejo expulsivo: los jóvenes se marchan, las familias tienen serias dificultades para asentarse, los trabajadores temporales no encuentran alquileres dignos y el tejido social se debilita. Mientras otros ayuntamientos colaboran con el Principado para levantar viviendas y garantizar el derecho a un hogar, Llanes permanece varado, como si la vivienda pública no fuese un asunto municipal sino un problema ajeno.
Tras más de diez años gobernando, Vecinos y PP, han llevado al concejo a una situación límite: una década perdida, sin planificación, sin estrategia y sin voluntad política real para garantizar vivienda asequible. En un momento en el que toda Asturias avanza en la misma dirección, Llanes destaca únicamente por su inmovilismo. Y eso no es simple descoordinación: es incompetencia, una negligencia política que hoy pagan los vecinos que ya no encuentran un lugar donde vivir en su propio concejo.
Para terminar el post quiero manifestar que la radiografía de la vivienda en Asturias deja una imagen clara y, al mismo tiempo, profundamente inquietante. Mientras el Principado intenta, con más o menos acierto, levantar un parque público de 1.500 viviendas, corregir la deriva especulativa del mercado, poner freno al abuso de la vivienda turística y activar programas como Alquilámoste para movilizar pisos vacíos, el mapa regional muestra un contraste brutal: allí donde las administraciones locales asumen su parte de responsabilidad, hay suelo, proyectos, licitaciones y, aunque tarde, viviendas; allí donde miran para otro lado como sucede en Llanes, sólo queda la retórica vacía y la expulsión silenciosa de quienes no pueden pagar.
Y en ese contraste, Llanes se ha convertido en el ejemplo más descarnado de lo que ocurre cuando un Ayuntamiento renuncia a ejercer su papel. El gobierno municipal de Vecinos y PP ha decidido, en la práctica, abandonar a su suerte a los sectores más vulnerables del concejo: jóvenes que no pueden emanciparse, trabajadores que encadenan temporadas sin encontrar un alquiler digno, familias que encajan maletas una y otra vez porque su casa “de siempre” pasa a ser un alojamiento turístico más. No hay promociones públicas, no hay cesión de suelo, no hay estrategia, no hay voluntad. Sólo un urbanismo cicatero como el de Vecinos (patrocinado por la asociación enemiga de Llanes, pérfida y caciquil de AVALL) con la vivienda asequible y una política obsesionada con gestionar el escaparate turístico mientras se deja caer el derecho básico a un techo.
El resultado es demoledor: un concejo objetivamente tensionado, con siete zonas señaladas por el propio Principado, sin una sola respuesta estructural desde el gobierno municipal fascista. Llanes no es pobre en recursos ni en oportunidades; es pobre en decisiones valientes por parte de sus gobernantes del municipio. En lugar de ponerse del lado de quienes más sufren la crisis de vivienda, su gobierno ha preferido parapetarse en excusas, bloquear alternativas y esconder suelo que podría destinarse a vivienda protegida. Ha sido, en resumen, un poder municipal ausente donde más falta hacía que estuviera presente.
Mientras Asturias discute cómo repartir esfuerzos, cómo combinar construcción pública, regulación turística y movilización de viviendas vacías, Llanes permanece anclado en la grisura de la omisión. Nada hay más devastador que comprobar que, en uno de los concejos más tensionados de la región, quienes tenían en sus manos la capacidad de cambiar el rumbo han elegido no hacer nada. Esa es la verdadera dimensión del problema: no sólo hay una crisis de vivienda, hay también una crisis de responsabilidad política por un gobierno de golfos y mangantes políticos. Y esa, hoy, la están pagando muy caro los llaniscos y llaniscas que ya no saben si podrán seguir viviendo en su propio pueblo pese a las alabanzas que lanzan algunos diarios regionales afines a dicho fascismo como algún cronista de la LNE en el oriente asturiano.
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