FORO Y PP CONVIERTEN EL PROBLEMA DE LA VIVIENDA EN UN CIRCO: GIJÓN PAGA LA ENTRADA

Las tensiones políticas y económicas en torno a la vivienda volvieron a escena en Gijón tras el anuncio del consejero de Ordenación del Territorio, Urbanismo, Vivienda y Derechos Ciudadanos, Ovidio Zapico, de construir 300 viviendas públicas en la ciudad, para lo que pidió al Ayuntamiento la cesión de terrenos. El gobierno local había acusado días antes al Principado de boicotear el fallido Plan Llave al negarse a subir el precio del módulo de vivienda protegida, lo que habría provocado que la convocatoria quedara desierta. En este contexto, el presidente del PP de Gijón, Andrés Ruiz, cargó con dureza contra el consejero Zapico, afirmando que sus políticas intervencionistas están “destrozando” el mercado de la vivienda de protección oficial y utilizando la presión como método de actuación. También criticó la Ley de Vivienda por, según él, tensionar aún más el mercado del alquiler y dificultar el acceso de jóvenes y familias. A la protesta convocada por APROVIJ contra la prórroga de la suspensión de desahucios se sumó igualmente Vox, que acusó al Gobierno asturiano y a la izquierda de atacar la propiedad privada https://tinyurl.com/y6h82bmb


Foto: Los payasos del circo en que han convertido el PP el problema de la vivienda en Gijón

En paralelo a esta confrontación política, los datos del Ministerio de Vivienda muestran que la situación del mercado inmobiliario español sigue marcada por un encarecimiento sostenido. En la última década el precio medio de la vivienda en España ha aumentado un 40 %, superando en 2025 los 2.000 euros/m² por primera vez desde 2008, mientras que en Asturias el incremento ha sido del 24 %, situándose en 1.578 euros/m², por debajo de la media estatal. La falta de oferta frente a una demanda creciente continúa elevando los precios y dificultando la emancipación de los jóvenes. Las mayores subidas se concentran en Baleares, Madrid y Canarias, mientras que Extremadura se mantiene como la región más barata y la que menos ha encarecido sus precios.

Ambas noticias convergen así en un mismo punto: un mercado de la vivienda cada vez más tenso, donde las disputas políticas por la regulación, los precios del módulo y la intervención pública chocan con una realidad económica dominada por la escasez de oferta, la escalada de precios y las dificultades crecientes para acceder a un hogar https://tinyurl.com/mrhjy8ch

La situación vivida en Gijón refleja una polarización extrema que, lejos de resolver el problema de acceso a la vivienda, lo agrava. La confrontación entre Ayuntamiento y Principado ha convertido un asunto básico —garantizar que la población pueda vivir dignamente— en un pulso político donde cada parte defiende su modelo como dogma, sin que ello se traduzca en mejoras reales para la ciudadanía.

1. Un debate político convertido en bloqueo

La derecha municipal (PP) y Vox sostienen un discurso que prioriza los intereses del mercado y de los promotores privados, defendiendo que la subida del precio del módulo es la única vía para que los constructores participen. Esta postura, repetida incluso cuando los proyectos no avanzan, demuestra una dependencia total del sector privado, aunque este haya demostrado no responder a convocatorias como el Plan Llave.

Por otro lado, el Gobierno autonómico defiende que la intervención pública es necesaria, pero sus iniciativas, como el anuncio de 300 viviendas públicas, chocan con un escenario político donde la falta de cooperación institucional hace que cualquier medida avance con dificultad.

2. Resultado: la ciudadanía continúa igual o peor

Mientras unos discuten por subir precios y otros por quién debe ceder terrenos, la situación real empeora:

  • Los jóvenes no pueden emanciparse.
  • Los precios suben año tras año.
  • La oferta sigue siendo insuficiente.
  • Planes y convocatorias se quedan desiertos.
  • Las tensiones políticas retrasan cualquier solución.

El debate se centra en quién tiene razón, no en cómo resolver el problema.

Análisis comparativo de modelos de política de vivienda

A. Modelo centrado en el mercado (defendido por PP y Vox)

Principios:

  • Protagonismo del promotor privado.
  • Menos intervención pública.
  • Adaptación del precio del módulo para garantizar beneficio empresarial.

Ventajas teóricas:

  • Mayor agilidad si el sector privado responde.
  • Posible dinamización del sector de la construcción.
  • Menos carga financiera para la administración.

Limitaciones evidentes en Gijón:

  • Si los constructores no consideran rentable el proyecto, no participan, como sucedió con el Plan Llave.
  • No garantiza precios asequibles: el mercado tiende a maximizar beneficio.
  • Favorece que la vivienda siga siendo tratada como un activo económico más que como un derecho social.

B. Modelo de intervención pública (defendido por el Principado)

Principios:

  • Construcción directa de vivienda pública.
  • Papel activo de la administración en la regulación y oferta.
  • Intento de ampliar el parque público para frenar el alza de precios.

Ventajas teóricas:

  • Mayor capacidad de garantizar precios bajos y estables.
  • Reduce la dependencia del promotor privado.
  • Permite generar un parque permanente que amortigüe futuras crisis.

Limitaciones prácticas:

  • Necesita colaboración municipal (cesión de terrenos, cooperación técnica).
  • Requiere más inversión pública y plazos más largos.
  • Puede generar tensiones políticas si las administraciones no cooperan.

Conclusión crítica

El choque entre ambos modelos en Gijón no responde a un debate constructivo, sino a una guerra política donde cada bando utiliza la vivienda como arma arrojadiza. El Ayuntamiento defiende casi exclusivamente los intereses del sector privado, incluso cuando este no cumple expectativas, mientras que el Principado insiste en una intervención que se ve limitada por la falta de cooperación local.

Foto: Carmen Moriyón y Jesús Martínez Salvador, principales responsables de Foro con el problema de la vivienda en Gijón.

El resultado es que la ciudadanía, especialmente los jóvenes y las familias con menos recursos, queda atrapada entre discursos enfrentados y soluciones que no llegan. El problema no es solo qué modelo elegir, sino la incapacidad de ambas partes para combinar lo mejor de cada enfoque y dar una respuesta real a un mercado que lleva una década tensionado.

Comparación internacional de modelos de vivienda

(mercado vs. intervención pública)

A continuación se comparan tres modelos usados en distintos países y qué resultados han obtenido.

1. Modelo de mercado predominante

Ejemplo: Estados Unidos

  • El mercado es el principal generador de vivienda.
  • La vivienda pública es muy limitada (menos del 2 % del parque total).
  • El precio de la vivienda se ha disparado en las últimas décadas, especialmente en grandes ciudades.
  • Los alquileres son volátiles y dependen casi por completo del sector privado.

Resultado:

  • Mucha construcción privada, pero…
  • Acceso muy desigual.
  • Encarecimiento extremo en zonas urbanas.
  • Dependencia total de los promotores.

Lección para Gijón: Si el mercado decide no construir porque no le salen las cuentas —como ocurrió con el Plan Llave— no hay plan que funcione.

2. Modelo de intervención pública fuerte

Ejemplo: Viena (Austria), considerada la ciudad con mejor política de vivienda del mundo

  • 60 % de la población vive en vivienda pública o cooperativa.
  • Alquileres estables y muy por debajo de los precios de mercado.
  • El Ayuntamiento construye y gestiona directamente viviendas desde hace décadas.

Resultado:
✔️ Acceso asequible para la mayoría.
✔️ Poca especulación.
✔️ Estabilidad del alquiler.
Requiere inversión pública constante.

Lección para Gijón: Una estrategia pública sostenida en el tiempo sí frena la inflación del mercado, pero necesita coordinación institucional y recursos.

3. Modelo mixto (público-privado equilibrado)

Ejemplo: Países Bajos y Alemania

  • Fuerte parque público o semipúblico (cooperativas).
  • Incentivos y regulación moderada del sector privado.
  • Mecanismos de control de alquileres en zonas tensionadas.
  • La vivienda social convive con la privada sin conflictos.

Resultado:
✔️ Mercado más estable.
✔️ Mejor acceso para clases medias y jóvenes.
✔️ Promotores privados que siguen construyendo.
Requiere planificación estable y resistencia a vaivenes políticos.

Lección para Gijón: La clave no está en elegir entre mercado o Estado, sino en combinarlos con reglas claras y estables.

Propuesta equilibrada para Gijón (realista y basada en evidencia)

A partir de los modelos anteriores, aquí tienes una hoja de ruta viable para la ciudad, que no dependa de la pelea política ni del bloqueo institucional:

1. Parque público estable y creciente (modelo Viena)

  • Construcción pública directa de vivienda protegida, año tras año.
  • No depender de si el promotor privado cree rentable o no la operación.
  • Garantizar alquileres asequibles a largo plazo.

Objetivo realista para Gijón:
Aumentar el parque público del ~2 % actual al 10 % en diez años.

2. Incentivos razonables al sector privado (modelo Alemania)

  • Actualización controlada del precio del módulo, vinculada al IPC y costes reales.
  • Bonificaciones fiscales a cambio de entregar parte de las viviendas a alquiler asequible.
  • Convenios con promotoras y cooperativas, no solo con constructoras tradicionales.

Clave:
El privado participa siempre que asuma obligaciones sociales.

3. Control y “zonas tensionadas” donde los precios suben sin freno

  • Límites al incremento del alquiler en barrios tensionados.
  • Mayor vigilancia antiespeculación.
  • Penalización a viviendas vacías de largo plazo si hay demanda acreditada.

Resultado esperado:
Menor presión en barrios saturados y más rotación hacia alquileres asequibles.

4. Colaboración real entre administraciones

(la parte que en Gijón está fallando)

  • Acuerdos marco entre Ayuntamiento y Principado para la cesión de suelo.
  • Compromisos plurianuales que no cambien con cada ciclo electoral.
  • Mesas técnicas, no solo debates políticos.

Sin esta pieza, cualquier plan se bloquea.

5. Transparencia y participación ciudadana

  • Registro público de suelo disponible y proyectos en curso.
  • Participación de asociaciones de inquilinos, propietarios y cooperativas.
  • Evaluaciones anuales del mercado.

Da confianza y reduce la confrontación partidista.

Conclusión crítica y comparativa

Lo que ocurre en Gijón no es un problema único:
es la consecuencia de apostar solo por uno de los dos modelos (privado o público), cuando la experiencia internacional demuestra que:

  • El mercado por sí solo no garantiza vivienda asequible.
  • La intervención pública aislada tampoco basta si no hay cooperación con el sector privado.

Mientras el debate local siga en clave de confrontación —esto es culpa del Principado vs. esto es culpa del Ayuntamiento—, la ciudadanía seguirá atrapada entre discursos y sin soluciones reales.

Gijón necesita menos ideología y más estrategia: una combinación inteligente de parque público sólido + sector privado regulado e incentivado + coordinación entre administraciones.

A partir de todo lo expuesto, los ciudadanos de Gijón y de Asturias pueden sacar varias conclusiones muy claras sobre los gobiernos municipales que utilizan “el mercado” como justificación para no resolver el problema de la vivienda. Estas consecuencias no son teóricas: se reflejan en la vida cotidiana, en la dificultad para alquilar o comprar, y en la falta de alternativas reales.

¿Qué consecuencias sacan los ciudadanos cuando un gobierno se escuda en “el mercado” para tapar su incapacidad?

1. El ciudadano ve que “el mercado” sirve como excusa para no actuar

Cuando un gobierno dice que "no puede hacer más porque los constructores no participan", en realidad está admitiendo dos cosas:

  • Que depende totalmente del sector privado.
  • Que no tiene un plan alternativo cuando el mercado no responde.

El ciudadano siente que su acceso a la vivienda está supeditado a si al promotor le sale rentable o no.
Si no les interesa construir, no se construye. Y el gobierno lo acepta.

2. Se confirma que el Gobierno prioriza los intereses empresariales sobre los sociales

En el caso de Gijón se ve claramente:

  • PP y Vox insisten en subir el precio del módulo solo para atraer empresas, aunque eso encarezca la vivienda protegida.
  • No hablan de estabilidad, ni de derechos, ni de control del precio.
  • Hablan del negocio de la vivienda, no de la necesidad social de la vivienda.

El ciudadano concluye:

“Mi necesidad de tener un hogar pesa menos que el margen de beneficio de un promotor.”

3. Se evidencia que no tienen un plan propio

Un gobierno que se escuda en el mercado está diciendo indirectamente:

  • “Yo no voy a construir”.
  • “Yo no voy a intervenir”.
  • “Yo no voy a regular”.
  • “Yo no voy a asumir responsabilidad”.

Solo esperan que el sector privado lo haga todo.

Cuando el Plan Llave quedó desierto, se vio claramente que no hay plan B.
Y un gobierno sin plan B es un gobierno sin capacidad real de gestión.

4. El ciudadano entiende que los precios seguirán subiendo

Un gobierno que deja todo al mercado sabe que:

  • El mercado nunca bajará precios voluntariamente.
  • La vivienda es un activo financiero, no un derecho.
  • Si la demanda es alta y la oferta es baja, el precio seguirá subiendo.

Esto manda un mensaje muy claro a la ciudadanía:

“Resígnate: cada año será más caro, no vamos a hacer nada para impedirlo.”

Y esa percepción genera frustración, desconfianza y sensación de abandono.

5. Se profundiza la idea de que los jóvenes no tienen futuro aquí.

Cuando se ve que:

  • Los alquileres suben.
  • No hay obra pública nueva.
  • No se amplía parque público.
  • El mercado no se regula.
  • Los sueldos no acompañan.

El mensaje que reciben los jóvenes es:

“Si quieres independizarte, búscate otra ciudad o quédate con tus padres.”

La falta de políticas reales hace que la gente vea a su propia tierra como un lugar donde no puede progresar.
Y esa es una consecuencia política grave.

6. El ciudadano comprende que la confrontación política es más importante que la solución

En Gijón el espectáculo es claro:

  • El Ayuntamiento culpa al Principado.
  • El Principado culpa al Ayuntamiento.
  • Ambos se señalan.
  • Nadie asume responsabilidades.

 El ciudadano interpreta:
“Aquí se gobierna para quedar bien con el votante, no para resolver problemas.”

7. Cuando un gobierno se refugia en el mercado, demuestra incapacidad para gestionar lo público

El mensaje implícito es:

  • No sabemos construir vivienda pública.
  • No sabemos planificar suelo.
  • No sabemos coordinar administraciones.
  • No sabemos intervenir precios.
  • No sabemos controlar la especulación.
  • No sabemos hacer una política de vivienda integral.

Por eso se esconden detrás del mercado, porque es más fácil decir:

“No se construye porque el mercado no quiere.”

que admitir:

“No sabemos o no queremos gestionar la vivienda pública.”

Conclusión final

Los ciudadanos de Gijón y Asturias pueden ver con claridad que un gobierno que se esconde tras el mercado no está reconociendo la realidad social ni actuando para resolverla.
Las principales conclusiones son:

·         Que no tienen un proyecto real de vivienda.

·         Que priorizan beneficios privados sobre necesidades sociales.

·         Que usan el conflicto político como cortina de humo.

·         Que no ofrecen alternativas cuando el mercado falla.

·         Que la situación de precios seguirá yendo a peor.

·         Que la juventud queda abandonada.

En resumen:

Cuando un gobierno como él de Gijón de Foro y PP  se refugia en “el mercado”, lo que realmente está diciendo es que no sabe gestionar lo público y que no quiere asumir responsabilidades. Y el ciudadano acaba pagando el precio de esa incapacidad.

Para terminar el post quiero manifestar que al final, lo que queda de toda esta confrontación política es un retrato nítido de quienes hoy gobiernan Gijón. Un retrato incómodo, pero necesario: el de unos responsables públicos más preocupados por encadenar excusas que por encarar soluciones; más dedicados a proteger la comodidad del mercado que a garantizar el derecho básico de su ciudadanía a tener un hogar. Mientras el concejal, el alcalde o el portavoz de turno se enredan en discursos grandilocuentes, la realidad —la de verdad, la de la calle— sigue empeorando.

Porque, conviene recordarlo, un gobierno no está para mirar, ni para esperar, ni para quejarse, sino para gobernar. Para actuar. Para tomar decisiones.
Y cuando quienes deberían hacerlo se escudan detrás del mercado, cuando repiten que “no se puede hacer más”, cuando justifican su parálisis echándole la culpa a otros, lo que están confesando no es falta de recursos: es falta de capacidad.

Gijón no les paga el sueldo para que posen ante las cámaras, para que repitan consignas vacías o para que conviertan la política municipal en un circo improductivo.
Se les paga para gestionar, para planificar y para resolver.
Y nada de eso está sucediendo.

Hoy, la vivienda en Gijón es un problema que se agrava cada día, y quienes deberían estar liderando soluciones se han limitado a un triste papel: el de espectadores pasivos que actúan como si el Ayuntamiento fuera una tertulia televisiva y no una institución que afecta directamente a la vida de más de 270.000 personas.

Mientras tanto:

  • Los jóvenes siguen sin poder emanciparse.
  • Las familias ven cómo el alquiler se dispara.
  • La oferta no crece.
  • Los proyectos se bloquean por inútiles batallas políticas.
  • Y la ciudad avanza sin rumbo porque quienes mandan están más pendientes del titular que del resultado.

Por eso, es necesario decirlo con claridad: Gijón merece gobernantes, no figurantes.
Gestores, no portavoces del mercado. Servidores públicos, no políticos que hacen el ganso un día sí y otro también a costa de los intereses de los gijoneses.

La ciudadanía no es un decorado ni un voto asegurado. La ciudadanía es quien les paga, quien les sostiene y quien tiene derecho a exigirles que dejen de esconderse detrás de excusas y empiecen, de una vez por todas, a trabajar. Porque gobernar no es quejarse. Gobernar es servir. Y hoy, en Gijón, hace demasiado tiempo que no vemos a nadie sirviendo de verdad.

Ya lo dijo Platón: “La degradación del Estado comienza cuando se recompensa más a los políticos que a los sabios”.

 

 

 

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