En Asturias, el acceso a una vivienda digna se ha convertido en uno de los desafíos sociales más urgentes, reflejo de un problema que estalla a nivel nacional pero que en el Principado adquiere matices propios. La reciente reunión de la mesa de vivienda dentro de la concertación social —donde coincidieron Gobierno regional, sindicatos, Fade y la patronal de la construcción— volvió a poner en evidencia la dificultad para llegar a acuerdos sobre la actualización del módulo de la vivienda protegida.
El Gobierno del Principado ofreció a los promotores una subida inferior al 20% que el sector reclama como mínimo para compensar el incremento real de los costes de construcción. A cambio, el Gobierno planteó complementar esa subida con líneas de financiación del nuevo Plan Estatal de Vivienda, que prevé movilizar 220 millones en Asturias hasta 2030. Pero la propuesta, lejos de zanjar el conflicto, dejó la mesa sin acuerdo y con la necesidad de seguir dialogando, pendientes de que el Gobierno central concrete el plan antes de fin de año.
Foto: Barbón y Ovidio Zápico en una visita a una promoción pública de vivienda protegida
Mientras tanto, el precio máximo de la vivienda protegida en Asturias permanece en los 2.124 euros por metro cuadrado, sin actualizar desde enero de 2023. Para los empresarios, este desfase es uno de los principales motivos que frena la puesta en marcha de nuevas promociones. Sin una subida que equilibre la viabilidad económica con el cumplimiento del mandato constitucional de garantizar una vivienda digna y evitar la especulación, el modelo comienza a hacer aguas.
A esta parálisis se suma la urgencia municipal. Gijón, que prepara una nueva licitación del Plan Llave para movilizar suelo para 339 viviendas protegidas, el gobierno municipal de Gijón encabezado por la derecha extrema de Foro y PP insisten en que la actualización del módulo autonómico es imprescindible para avanzar. Hay que recordar que la tasa de inflación según el INE del año 2023 fue del 3,1%, la del año 2024 fue del 2,8% y la del año 2025 hasta los últimos datos conocidos de octubre ha sido del 3,1%. Por lo tanto, el desfase desde que no se actualizado el precio del metro cuadrado hasta hoy debería de incrementarse en un 9% en el acumulado, lejos del 20% que piden los promotores y constructores para hacer la vivienda protegida que patrocinan políticos como los que hoy gobiernan en el Ayuntamiento de Gijón. Desde el Gobierno regional, el consejero Ovidio Zapico reclama colaboración al Ayuntamiento para la cesión de suelo que permita construir 300 viviendas públicas asequibles y evitar que la ciudad quede rezagada en materia habitacional bit.ly/484xVzy
Pero el problema de fondo es más amplio y no puede desvincularse del contexto estatal. El mercado inmobiliario español vive un momento de polarización extrema: casi una de cada cuatro viviendas supera ya el medio millón de euros, y apenas un 29,5% cuesta menos de 150.000. Las franjas intermedias —las que en teoría deberían atender a la clase media— se desvanecen, y las zonas costeras y grandes capitales concentran los precios más prohibitivos. Baleares es el caso más extremo, con más del 67% de sus inmuebles por encima del medio millón, seguida de Madrid y Canarias. Frente a ello, provincias del interior como Teruel, Jaén, Zamora o Ávila mantienen la mayor parte de su oferta por debajo de los 150.000 euros, configurando un mapa dividido entre territorios tensionados y territorios “refugio”. Si tenemos en cuenta que las rentas del trabajo según la Instituto Nacional de Estadística (INE) en el año 2023 anualmente por trabajador fue de 28.049,94 euros y el salario medio bruto mensual se situó en 2.273 euros, difícilmente se pueden plantear comprar una vivienda con los precios existentes en el mercado Instituto Nacional de Estadística+1 En Asturias según el INE la renta media por hogar en 2024 se situó en 35.784 euros. Si una vivienda de 80 metros cuadrados con los precios sin actualizar que hoy tenemos en el mercado inmobiliario para la vivienda protegida se situaría en 169.920 euros, con las rentas que existen en el mercado laboral más mantenerse (comida, luz, agua, teléfono, movilidad, etc.) no parece que los asturianos lo tengan muy fácil para adquirir una vivienda protegida bit.ly/4oNu8hq
Asturias se encuentra a medio camino en esta dinámica: no sufre los precios desorbitados de las grandes metrópolis, pero sí una falta clara de oferta en zonas urbanas clave, lo que tensiona el acceso a la vivienda. Para combatirlo, el Gobierno autonómico ha intensificado la promoción pública: Sotrondio (de tamaño similar en población a Llanes) será escenario de una nueva promoción de 30 viviendas de alquiler asequible cuya construcción arrancará en 2026, con una inversión total que superará los cinco millones de euros. Esta actuación se suma a los proyectos desplegados en Langreo, Laviana, Sobrescobio o San Martín del Rey Aurelio, enmarcados en el objetivo de movilizar 25 millones de euros en la comarca del Nalón durante la legislatura.
El alcalde de San Martín del Rey Aurelio subraya que estos nuevos pisos no solo ofrecerán un recurso habitacional esencial, sino que también contribuirán al asentamiento de población, un reto que el concejo ha comenzado a revertir en los últimos meses. Actuaciones paralelas, como la reactivación de obras paralizadas desde la crisis de 2008 o las remodelaciones de edificios municipales, refuerzan esta estrategia de regeneración residencial bit.ly/488hxyc
Sin embargo, el acceso a la vivienda no puede analizarse sin abordar otro fenómeno que golpea directamente a los hogares asturianos: la carestía de la vida. Asturias sufre desde hace meses una inflación más persistente y elevada que la media nacional, especialmente en alimentos. Los últimos datos del INE reflejan un aumento interanual del 3,2% en la región, por encima del promedio estatal. Productos básicos como el café, los huevos, la carne de vacuno, las legumbres o la leche han experimentado incrementos muy acusados, mientras que las bajadas de precios —como la del aceite de oliva tras la sequía— no compensan el encarecimiento generalizado de la cesta de la compra.
Aunque los salarios en Asturias han crecido más que la media nacional —un 4,7% en 2023 y un 3,9% en 2024—, lo han hecho de forma insuficiente para contrarrestar una inflación que erosiona progresivamente el poder adquisitivo. Al mismo tiempo, los incrementos retributivos han sido irregulares y no terminan de aliviar la presión sobre las familias, que ven cómo el encarecimiento simultáneo de vivienda, energía y alimentación limita cada vez más su margen económico.
En conjunto, el panorama asturiano dibuja un círculo preocupante: vivienda protegida que no arranca por falta de consenso, mercado inmobiliario tensionado por la escasez de oferta asequible, un empuje insuficiente de la promoción pública y una inflación alimentaria que castiga con especial dureza a los hogares de la región. El reto pasa por coordinar políticas, acelerar la construcción pública, actualizar herramientas como el módulo de vivienda protegida y desplegar medidas que alivien la presión económica cotidiana. Solo así Asturias podrá garantizar que el derecho a un hogar digno no quede relegado a un ideal constitucional, sino que se convierta en una realidad accesible para su población bit.ly/43Atona
Pero si la situación descrita anteriormente es difícil, en el municipio de Llanes es un completo caos. Llanes vive hoy una crisis urbanística y residencial sin precedentes, resultado directo de más de diez años de políticas municipales fascistas que han dejado al concejo sin planeamiento, sin vivienda pública, sin inversiones y sin una estrategia territorial mínima. La anulación del PGOU, la ausencia de un nuevo plan y la incapacidad de presentar alternativas sólidas han provocado una parálisis total del mercado inmobiliario, con consecuencias económicas y sociales y económicas devastadoras para los llaniscos.
1. Un mercado inmobiliario
muerto por falta de planeamiento
Desde 2015, Llanes no ha aprobado ni una sola herramienta urbanística capaz de
ordenar su territorio. Esta ausencia de planeamiento ha tenido efectos
devastadores:
- Cero nuevas promociones públicas de vivienda en más de una década.
- Ningún desarrollo urbanístico de escala media o grande en suelo urbano o urbanizable.
- Decenas de expedientes bloqueados por falta de criterio técnico y por inseguridad jurídica.
- Retrasos de varios años en licencias que deberían resolverse en meses, según la propia normativa autonómica.
Mientras concejos del entorno como Cangas de Onís, Ribadesella, Parres, Siero o Nava han levantado nuevas viviendas, captado fondos europeos o desarrollado suelos urbanizables, Llanes permanece estancado, sin capacidad de atender la demanda local.
2. Una década sin inversión
en vivienda pública
Llanes no solo no ha captado inversiones externas: tampoco ha ejecutado
iniciativas propias.
- 0 euros destinados a la creación de parques públicos de vivienda en alquiler.
- 0 promociones municipales para jóvenes, familias o trabajadores del sector turístico.
- 0 proyectos financiados con fondos europeos Next Generation, pese a que otros concejos han aprovechado estas líneas para rehabilitación energética, regeneración urbana o vivienda social.
En contraste, el Gobierno del Principado ha promovido en estos años viviendas en concejos mucho menores: Sobrescobio, Caso, Laviana, Sotrondio, Tineo, Aller… mientras Llanes —con más población, más recursos y mayor potencial turístico— no ha presentado ni un solo proyecto competitivo.
3. Una administración
urbanística colapsada
La falta de personal técnico, la rotación constante de arquitectos y la
inexistencia de un sistema digital de expedientes han generado el peor
escenario posible:
- Más de 1.500 expedientes acumulados en distintos momentos del periodo 2015–2025.
- Silencios administrativos negativos que han hundido proyectos privados y reformas de particulares.
- Falta de transparencia, sin un sistema de consulta telemática, obligando a los vecinos a acudir presencialmente para obtener información básica.
Esta situación ha provocado un desplome de la actividad en sectores clave como la construcción, la rehabilitación y la obra privada, pilares económicos esenciales en un concejo turístico como Llanes.
4. Un municipio que pierde
población año tras año
La consecuencia social más grave es la pérdida de habitantes.
Mientras concejos similares crecen, Llanes lleva años en retroceso:
- El concejo ha perdido más de 800 habitantes en la última década, según los padrones municipales.
- La salida de jóvenes es constante ante la falta de vivienda accesible y oportunidades laborales estables.
- Las dificultades para emanciparse son mayores que en otros concejos del oriente debido al bloqueo urbanístico y a la falta total de vivienda asequible.
A este ritmo, Llanes corre el riesgo de convertirse en un municipio envejecido, sin relevo generacional y sin capacidad para mantener servicios básicos.
5. Una década perdida en
captación de inversiones
Lo más grave: Llanes ha quedado fuera del mapa de inversiones.
En estos diez años:
- No ha captado ni un solo gran proyecto empresarial, tecnológico, industrial o turístico financiado por administraciones superiores.
- No ha recibido fondos europeos significativos, mientras concejos vecinos han modernizado administración, digitalizado servicios y ejecutado rehabilitaciones integrales.
- No ha presentado proyectos competitivos a convocatorias autonómicas o estatales que otros municipios sí han aprovechado.
El contraste con el resto del oriente asturiano es evidente: mientras Parres o Cangas de Onís ganan población, abren suelos industriales y modernizan servicios, Llanes se ha limitado a la pasividad administrativa de la mano del fascismo de VecinosxLlanes con la colaboración inestimable de los sicarios del PP.
La conclusión es que Llanes
se encuentra hoy en un escenario crítico: sin plan urbanístico, sin
vivienda pública, sin digitalización de licencias, sin inversiones externas y
con un mercado inmobiliario completamente paralizado. La
década de gestión del actual bloque de la extrema derecha ha sumido al concejo
en un limbo administrativo y económico que afecta de lleno a los vecinos, a los
profesionales y a la actividad económica del municipio.
La pérdida de población, el bloqueo del acceso a la vivienda y el colapso
del área de Urbanismo no son hechos aislados: son las consecuencias
directas de diez años de inacción, desorganización y ausencia total de visión
estratégica.
Para terminar el post quiero manifestar que la situación de la vivienda en Asturias refleja una combinación de factores estructurales que, lejos de resolverse, se agravan año tras año. El Principado arrastra un déficit claro de vivienda asequible, una falta de actualización de los módulos de VPO y una presión inflacionista que golpea especialmente a los hogares con rentas medias y bajas. En este contexto general, dos realidades destacan con especial gravedad: Gijón, la mayor ciudad asturiana, y Llanes, uno de los principales municipios turísticos del oriente asturiano, ambos sumidos en modelos de gestión municipal que han dificultado el acceso a la vivienda y la activación de políticas públicas efectivas.
Asturias: una comunidad atrapada entre la falta de oferta y los precios crecientes
El precio máximo de la vivienda protegida, congelado en 2.124 €/m² desde enero de 2023, acumula un desfase cercano al 9% teniendo en cuenta la inflación de 2023, 2024 y 2025. Sin embargo, el sector reclama una actualización del 20%, argumentando que los costes reales de construcción se han disparado muy por encima de la evolución del IPC.
Los salarios asturianos, aunque han crecido por encima de la media nacional en 2023 (+4,7%) y 2024 (+3,9%), siguen muy lejos de compensar:
- los incrementos acumulados del coste de la vida,
- la inflación alimentaria superior al 3%,
- y los precios de vivienda protegida o libre.
La renta media por hogar en Asturias (35.784 euros en 2024) es insuficiente para afrontar, por ejemplo, una VPO de 80 m² que, incluso con el precio congelado, supera los 169.000 euros. Si se actualizara a los niveles que pide el sector, el precio rondaría los 200.000 euros, absolutamente inasumible para una familia asturiana media.
En un mercado donde más de un 23% de las viviendas en España superan los 500.000 euros y solo un 29,5% cuestan menos de 150.000, Asturias se enfrenta a su propia versión del problema: menos oferta nueva, salarios contenidos y costes crecientes.
Gijón: un municipio bloqueado por la falta de vivienda pública y la ausencia de colaboración institucional
Gijón sufre una de las situaciones más tensas en acceso a la vivienda en todo el Principado. Aunque no alcanza los precios de grandes capitales, el mercado gijonés vive un aumento constante de la demanda que no se acompaña de nueva oferta.
Los datos clave son:
- 339 viviendas protegidas pendientes en la nueva licitación del Plan Llave.
- Ningún avance real por parte del gobierno municipal de Foro y PP hasta que se actualice el módulo autonómico.
- Una brecha creciente entre salarios locales y precios de compra o alquiler.
- Continuas advertencias del Principado sobre la falta de suelo cedido por el Ayuntamiento para construir 300 viviendas públicas asequibles.
La falta de colaboración del gobierno gijonés no solo ralentiza proyectos, sino que coloca a la ciudad en riesgo de quedar fuera de los planes autonómicos de vivienda, agravando aún más el acceso a un hogar digno para miles de vecinos.
Llanes: el ejemplo extremo del bloqueo urbanístico y de la década perdida
Si en Gijón el problema es de insuficiente colaboración, en Llanes el problema es de parálisis total.
Tras más de 10 años sin planeamiento urbanístico válido, Llanes vive una situación insólita en Asturias:
- 0 viviendas públicas construidas o proyectadas en una década.
- 0 proyectos de vivienda en alquiler asequible.
- 0 captación de inversiones autonómicas, estatales o europeas para vivienda.
- Un mercado inmobiliario completamente muerto, con decenas de expedientes bloqueados.
- Más de 1.500 licencias retrasadas o paralizadas en distintos momentos del periodo 2015–2025.
- Pérdida acumulada de más de 800 habitantes, consecuencia directa de la falta de vivienda, oportunidades y planificación.
Foto: gobierno de vagos y maleantes que hoy están al frente del Ayuntamiento de Llanes
Mientras concejos como Laviana, Sobrescobio, Sotrondio, Tineo o Aller han recibido inversiones del Principado para construir o rehabilitar viviendas, Llanes —pese a ser uno de los municipios con mayor potencial turístico y económico de Asturias— no ha presentado ni un solo proyecto competitivo en una década para construir vivienda pública.
Llanes es hoy un símbolo de lo que ocurre cuando la política se gestiona sin planificación, sin criterio técnico y sin visión de futuro: una administración urbanística colapsada, un municipio sin suelo ordenado y una sociedad que ve cómo sus jóvenes se marchan por falta de vivienda y empleo.
Conclusión: Asturias necesita desbloquear su política de vivienda, y Gijón y Llanes muestran las dos caras del mismo problema
Lo que vive Asturias no es solo una crisis de precios, sino una crisis de modelo. Un modelo incapaz de generar oferta pública suficiente, de actualizar herramientas esenciales como el módulo de VPO y de garantizar que los municipios colaboren para que la vivienda asequible llegue realmente a quienes la necesitan.
- Gijón, paralizada por decisiones políticas y la falta de cesión de suelo.
- Llanes, detenido en el tiempo por una década de gestión sin rumbo, sin planeamiento y sin vivienda pública.
- Asturias, tratando de impulsar inversión y promoción pública, pero enfrentándose a la inflación, a la falta de renta y a la ausencia de planificación municipal en lugares clave.
La consecuencia Asturias es una comunidad donde cada año es más difícil emanciparse, donde el precio de un hogar se aleja más de los salarios y donde la vivienda —derecho constitucional— se ha convertido en un privilegio. Asturias no puede permitirse más años de bloqueo. Ni Gijón más retrasos. Ni Llanes otra década perdida.
Ya lo dijo Sócrates: “El secreto del cambio es enfocar toda tu energía, no en luchar contra lo viejo, sino en construir lo nuevo”.
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