El sentimiento de vergüenza ha sido, y quizás siga siendo, un elemento central en el control y regulación del comportamiento social. La vergüenza se refleja en el rostro y atenaza las acciones de una persona cuando piensa lo que los demás pueden pensar si actuamos de una determinada forma que no es socialmente aceptable. No pasa desapercibido que no todo el mundo siente vergüenza o la siente con la misma fuerza o de la misma forma. Ser un o una sinvergüenza puede aplicarse a numerosos individuos, el político es un campo donde más se percibe dicha situación. La vergüenza tiene un componente personal de conciencia y autoconciencia, pero también, y, sobre todo, un componente social. La vergüenza es un sentimiento principalmente social. ¿Qué hace, pues, que un país pueda llegar a concentrar tanta cara dura entre su clase política? Uno se refiere a la acción de aparecer en público, mostrando la cara ante miles o millones de personas, siendo cómplice y partícipe de variadas prácticas corruptas, sin vergüenza alguna. Sin duda, por definición del sentimiento de vergüenza, debería tratarse de una total ausencia de temor y de indiferencia a lo que los demás puedan pensar de la improcedencia de nuestras acciones. Se trata, sin duda, de fondo personal, de un rostro despersonalizado (valga la contradicción en plazos -rostro = careta = persona) deviene ante la incapacidad de mostrar o sentir vergüenza. El fondo del político puede indicar la falta de conciencia de que sus acciones sean improcedentes y que, por tanto, puedan enturbiar su imagen o lo que sus conciudadanos piensen de ellos. No se ponen rojos frente a estos pensamientos. También puede indicar, por tratarse de un sentimiento social, la falta de percepción, por parte del político y también del ciudadano, de la improcedencia del comportamiento. Lo normal, lo socialmente aceptado no puede ser percibido como un acto vergonzoso. Nadie pensará mal de nosotros. Las sutilezas de la cara dura, las caras de la desvergüenza, son muchas y variadas. Mostrarse descarado ante el público, controlando o evacuando toda emoción, puede hacer pensar que no hay motivo, si no ha sido claramente público (te han pillado in fraganti), para sentir vergüenza. Soy inocente. La pregunta que le surge al sinvergüenza es, ¿Por qué debo sentirme un sinvergüenza si estoy convencido de que cualquiera en mi sitio, de haber podido, habría hecho lo mismo? Puedo tener descaro porque no soy más sinvergüenza que cualquiera en mi situación. Es una cuestión de poder. Además, el poderoso no se avergüenza de lo que puedan pensar los demás de su comportamiento porque se siente que está por encima de los demás ciudadanos. El rostro es la imagen pública y no todos los públicos tienen igual valor. Ante la carencia de fondo del político, el mejor antídoto contra dicha situación es sentir vergüenza ajena. Sentir vergüenza ajena en este caso implica que no nos comportemos con indiferencia, sino con indignación. Como el sentimiento de vergüenza es doloroso para él que lo sufre y no podemos apartarnos de la escena pública que lo provoca, la persona debe esforzarse por apartarse del hecho que la produce, no existe alternativa. Con esta acción se restituye a la vergüenza su poder de regular la vida social.
Hoy se publica en un diario regional un capítulo más del vodevil en que se ha convertido el gobierno actual el PGOU de Llanes que está tramitando. La noticia, “El Plan General de Llanes recibe 1.100 alegaciones pese a ser “el mismo de 2019” https://cutt.ly/32wsXWX, se nos informa a la ciudadanía llanisca de la opinión de la persona que encabeza dicho planeamiento urbanístico. En la misma su visión de lo que lleva aconteciendo hasta la fecha es vergonzoso por el argumento que emplea para justificar la tropelía que pretende cometer con sus compañeros de gobierno. En la noticia nos la concejal trásfuga de Urbanismo de Llanes, que la cantidad de alegaciones es un hecho “curioso” en el que ve un trasfondo político. Ósea que las alegaciones de la gente a la que se perjudica en sus intereses y necesidades están manejadas políticamente, no nos dice, ¿por quién?, ¿ni para qué? Lo que nos deja entrever con su razonamiento es que las alegaciones molestan a un planeamiento que ha sido hecho “ac hoc” a intereses completamente alejados de las necesidades de los llaniscos y más cercanos a personas que no representan a la mayoría de los ciudadanos que viven en Llanes. Argumenta la concejal trásfuga que las 1.100 alegaciones que se presentaron es inferior a las 1.400 alegaciones que se presentaron en el año 2019. A este hecho, yo me pregunto qué hubiese pasado si se hubiese prolongado hasta el 14 de enero que pedía la oposición del gobierno en el ayuntamiento de Llanes, ¿hubiese habido más o menos alegaciones de las registradas en el año 2019? No lo sabemos por el momento, pero aquellas personas que no pudieron alegar en esta fase del proceso todavía tendrán la posibilidad de hacerlo en un trámite posterior cuando llegue a la CUOTA. Hay que tener en cuenta, que las alegaciones que no reciban una contestación satisfactoria en alguna de las fases del proceso pueden ir a los tribunales, lo cual haría que el mismo encallara a la espera de que estos resuelvan dichas alegaciones que se judicializaron.
Nos dice la concejal trásfuga que en Puertas de Vidiago, la acción de segregación que se planteaba en el Joyu l Agua, es producto de un “error” en el documento. Es curioso y llamativo dicho error y que una asociación sin ánimo de lucro que tiene su sede en Llanes, garante del urbanismo en Llanes haya permanecido en silencio con dicha situación anómala, quizás a la ciudadanía de Llanes y Asturias deberían de explicar el motivo de su silencio cómplice. Esta marcha atrás realizada por la concejal trásfuga se vuelve firme en su posición cuando se nombra a San Roque del Acebal, ¿Por qué será? En San Roque localidad donde es bien conocida la trásfuga concejal, nos dice que a la ciudadanía que allí fueron atendidas sus demandas de vivienda, de la petición de los vecinos de no más suelo industrial, de eso no nos dice nada ¿Por qué será?, quizás algún día nos lo cuente a la ciudadanía. No obstante, nos dice a la ciudadanía de Llanes que “el PGOU nunca va a ser perfecto ni a gusto de todos”, quizás es que este es más a gusto de ella y no de los vecinos de San Roque, ¿Por qué será? Para finalizar la noticia, la trásfuga concejal nos dice que hay mucha prisa por aprobar provisionalmente el plan, de esto hay que deducir que el actual gobierno municipal de, VecinosxLlanes, PP y trásfugas, concederán lo solicitado a aquellas alegaciones que no confronten con intereses no confesables, sin embargo, aquellas que si confronten con dichos intereses seguirán hacia delante sin ninguna concesión. Aquí situaría, por ejemplo, las alegaciones de San Roque del Acebal entre otras. Una prueba de la advertencia de lo que sucede en San Roque la da el partido Podemos de Llanes en una noticia que acompaña a la de la concejal trásfuga. Para la formación morada, existe “un posible defecto de tramitación” relacionado con el Procedimiento de Evaluación Ambiental Estratégica. Esto “podría derivar en su anulación o como mínimo en un alargamiento innecesario del tiempo de resolución”, señalan.
Para Podemos de Llanes existe también en el planeamiento en trámite un “agujero negro” con el problema del saneamiento. Cuestión esta, que no debe sorprende a nadie en Llanes sabiendo los antecedentes que arrastra este gobierno de vividores de la política. El problema de saneamiento público de 25 vecinos de Nueva es un buen ejemplo de cómo actúan dichos “mariachis” de la política, él problema estuvo más de 5 años en litigio en los tribunales pese a tener la condena el gobierno municipal por cuatro veces de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico. Este hecho parece que a dichos personajes no les importa mientras se pague con él dinero de los llaniscos sus aventuras como insumisos de la ley. Todavía a fecha de hoy los vecinos de Nueva han tenido que pedir al juez una orden de ejecución para que hagan dichas obras ya que en el periodo voluntario (dos meses desde que la sentencia es firme) no lo han hecho. Si uno va y ve el video del pleno que se celebró el 15 de septiembre en el Ayuntamiento de Llanes sobre dicho problema, verá al “trio calavera” de la política llanisca (Riestra (VL), Armas (PP) y la trásfuga Marián), decir que ellos respetan la ley y que dicha obra ya estaba proyectada y lista para ejecutar a falta de licitar la obra… Sin embargo, será el juez nuevamente el que les ponga las pilas de su incumplimiento con la ley. Nada nos tiene que sorprender a los llaniscos de este gobierno municipal. Su falta de vergüenza como nos acreditan los hechos que les anteceden nos tienen que poner en guardia ante todo tipo de tropelías, de aquí al 28 de mayo del 2023, que será cuando se celebrarán elecciones municipales que propicien su salida del pesebre público de personajes como, (Enrique Riestra, la trásfuga Marián de la Llana, el trásfuga Iván García, Xuan Valladares, Juan Carlos Armas o Marisa Elviro).
Para terminar el post, quiero decir que a diferencia de los sinvergüenzas que les pillan cometiendo la tropelía del comienzo del post, propiciando que se ponga colorados y rectifiquen, estos que anidan en la política de Llanes no. Es más, hacen gala de su tropelía ante la ciudadanía. La mentira y el engaño es el “mantra” que envuelve su acción de gobierno, lo hemos visto en plenos del Ayuntamiento de Llanes donde han mentido como bellacos. Lo bueno que tiene esta situación, es que la persona que vive en la mentira instalado como estos individuos, terminan sucumbiendo a una realidad que le es ajena… Con el PGOU de Llanes también sucederá, a pesar de los intereses que tiene alguna persona que está en política y no quiere renunciar a inhibirse pese a tener un claro conflicto de interés.
Ya lo dijo George Bernard Shaw: “Cuando un hombre estúpido hace algo que le avergüenza, siempre dice que cumple con su deber”.
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