El PSOE de Llanes ha denunciado que el gobierno municipal —formado por VecinosxLlanes y el PP— ha impedido la aprobación de una declaración institucional de condena a la tragedia humanitaria en Gaza. La moción, registrada en septiembre por el PSOE, permaneció semanas paralizada por falta de acuerdo del bipartito, que mostró resistencia a respaldar una condena explícita. Según los socialistas, sólo la presión continua permitió que los portavoces municipales se sentaran a debatirla. Durante ese encuentro, el PSOE afirma que PP y Vecinos x Llanes propusieron una versión alternativa del texto que sustituía la expresión “condena del genocidio” por “lo que para unos es un genocidio”, una fórmula que, según los socialistas, diluiría la gravedad del conflicto y negaría la contundencia de la acusación. Los socialistas ofrecieron concesiones en aspectos simbólicos —por ejemplo, retirar el punto que solicitaba colgar la bandera palestina en la fachada del Ayuntamiento— con tal de mantener una condena firme y sin ambigüedades al genocidio. El PSOE recuerda que en noviembre de 2023 ya se aprobó una declaración institucional promovida por ellos que condenaba los atentados de Hamás contra Israel y rechazaba toda violencia, subrayando que han mantenido una postura constante de condena a cualquier tipo de violencia. Mientras tanto, el Ayuntamiento de Llanes no ha emitido pronunciamiento institucional alguno sobre la crisis en Gaza. En contraposición, decenas de vecinos se concentraron frente al Casino de Llanes para exigir justicia y expresar su solidaridad con el pueblo palestino eldiariodeasturias.com+1 En redes sociales, el PSOE local también ha manifestado públicamente su decepción por la falta de compromiso del gobierno municipal para sumarse a una condena internacional contra las violaciones a los derechos humanos en Gaza.
Si hacemos un breve resumen de lo sucedido en Gaza desde que el gobierno israelí decidió borrar del mapa a Gaza sería el siguiente. Desde el lanzamiento del ataque por parte de Hamas el 7 de octubre del año 2023, Israel respondió con una ofensiva militar sostenida que incluyó bombardeos, operaciones terrestres y un bloqueo sobre la Franja de Gaza. Grandes zonas resultaron devastadas: se destruían infraestructuras esenciales como hospitales, viviendas, redes de agua y saneamiento.
A lo largo del conflicto, las cifras de bajas oficiales palestinas superan los 67.000 muertos en Gaza (incluyendo un alto porcentaje de mujeres y niños), con miles más heridos o desaparecidos bajo los escombros. Israel reconoce pérdidas militares y algunos civiles muertos por ataques de Hamas, y declara que sus acciones están dirigidas a eliminar infraestructura militar y líderes de las fuerzas hostiles. Durante el conflicto ha habido momentos de tregua negociada: una de esas treguas fue efectiva entre el 19 de enero y el 18 de marzo de 2025, con intercambios de rehenes y prisioneros entre Israel y Hamas, hasta que Israel reanudó agresiones con una ofensiva sorpresa en marzo. En octubre de 2025 se alcanzó un nuevo acuerdo de alto el fuego parcial: Israel acordó retirarse parcialmente del territorio, y Hamas procederá a liberar 48 rehenes (unos pocos todavía están vivos) a cambio de la liberación de prisioneros palestinos por parte de Israel. El impacto humanitario es crítico: hambruna, malnutrición, atención médica colapsada, desplazamientos masivos y falta de acceso a alimentos, agua, combustible y medicinas. Mientras tanto, civiles han sufrido disparos incluso al acercarse a sitios de distribución de ayuda, lo que ha provocado nuevas víctimas.
La actuación del gobierno israelí en Gaza ha sido objeto de denuncias y procedimientos ante instancias judiciales internacionales, aunque con desafíos legales complejos. Desde el año 2021, la Corte Penal Internacional (CPI / ICC) abrió una investigación formal sobre la “situación en el Estado de Palestina”, y en febrero de ese año una Sala Preliminar decidió que la CPI tiene jurisdicción en los territorios ocupados, incluyendo Gaza y Cisjordania. icc-cpi.int+2icc-cpi.int+2 El 21 de noviembre de 2024, los jueces de la CPI emitieron órdenes de arresto contra dos altos cargos israelíes —el primer ministro Benjamin Netanyahu y el exministro de Defensa Yoav Galant— por presuntos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, entre ellos el uso del hambre como método de guerra. Human Rights Watch+3Amnesty International+3Wikipedia+3 Israel, no siendo Estado parte del Estatuto de Roma, rechaza la jurisdicción de la CPI y ha solicitado que se retiren esos mandatos, pero en julio de 2025 los jueces de la Corte rechazaron esa petición mientras siguen revisando los argumentos de jurisdicción. Reuters Además, por separado, en diciembre del año 2023, Sudáfrica presentó un caso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ / ICJ) en base a la Convención para la Prevención del Genocidio, acusando a Israel de actos genocidas en Gaza. Este procedimiento se centra en las obligaciones estatales bajo el derecho internacional público, no en la responsabilidad penal individual.
Con este currículo del gobierno israelí por su actuación en Gaza, nos encontramos en nuestro país con la derecha extrema del PP, , o la ultraderecha de Vox o VecinosxLlanes que intentan correr un tupido velo sobre esta barbarie que se ha cometido en Gaza por el gobierno israelí acompañado de la mano de Donald Trump con su complicidad explicita.
Durante la administración de Donald Trump (2017–2021), Estados Unidos brindó a Israel un apoyo sin precedentes en lo militar, diplomático y político, consolidando una de las etapas más favorables para el gobierno israelí en décadas. Aunque el conflicto de Gaza se intensificó principalmente después (a partir de 2023), las políticas de Trump fortalecieron la posición de Israel y sentaron las bases de ese respaldo posterior. Aquí está un resumen detallado por áreas donde la Administración Trump presto su apoyo:
1. Apoyo diplomático y político en la ONU
·
Bloqueo
sistemático de resoluciones críticas con Israel:
Estados Unidos, bajo Trump, utilizó su veto en el Consejo de Seguridad
para impedir condenas o sanciones contra Israel, especialmente las relacionadas
con los asentamientos en Cisjordania y las operaciones militares en Gaza.
·
Reducción
del apoyo a organismos internacionales:
Trump retiró la financiación a la UNRWA (Agencia de la ONU para los
Refugiados Palestinos), debilitando el principal sistema de asistencia
humanitaria para Gaza.
·
Deslegitimación
de la causa palestina:
Washington cerró la oficina diplomática de la OLP (Organización para la
Liberación de Palestina) en EE. UU. y trasladó la embajada estadounidense
de Tel Aviv a Jerusalén, reconociéndola como capital de Israel
(diciembre de 2017).
Esto rompió con décadas de neutralidad estadounidense y fue interpretado como
un reconocimiento político del control israelí sobre Jerusalén Este.
2. Apoyo militar y logístico
·
Aumento
en la ayuda militar directa:
Trump ratificó y amplió el paquete de asistencia militar acordado bajo
Obama, que garantizaba a Israel 38.000 millones de dólares en diez años
(2019–2028).
Buena parte de estos fondos se destinaron a sistemas de defensa como el Domo
de Hierro (Iron Dome), David’s Sling y Arrow-3, todos usados
intensamente en Gaza a partir de 2023.
·
Venta
de armamento avanzado:
Se autorizaron exportaciones de municiones guiadas de precisión,
helicópteros Apache y cazas F-35, además de tecnología de vigilancia y
drones.
Estas transferencias reforzaron la superioridad aérea israelí y su
capacidad para ataques selectivos en entornos urbanos densos como la Franja de
Gaza.
3. Política regional y aislamiento palestino
·
“Acuerdos
de Abraham” (2020):
Trump promovió la normalización de relaciones entre Israel y varios países
árabes (Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Sudán y Marruecos).
Esto rompió el aislamiento diplomático de Israel en Oriente Medio y
redujo el apoyo político tradicional que los palestinos recibían del mundo
árabe.
·
Plan
de Paz 2020 (“Acuerdo del Siglo”):
Presentado por Trump y su yerno Jared Kushner, reconocía amplios territorios de
Cisjordania como parte de Israel, dejando a Gaza en una posición subordinada
sin soberanía ni control real de fronteras.
4. Consecuencias a largo plazo
El
resultado fue un Israel diplomáticamente fortalecido, militarmente protegido
y estratégicamente legitimado por el gobierno norteamericano.
Esa red de apoyo facilitó que, tras los ataques de Hamás en 2023, EE. UU. —bajo
la administración Biden— mantuviera el mismo esquema de asistencia militar y
defensa diplomática iniciado por Trump, especialmente en foros
internacionales donde Israel enfrenta acusaciones de crímenes de guerra.
Sin embargo, pese a todos los hechos cometidos en Gaza, hay indicios de partidos o figuras con posturas más favorables a Israel o menos contundentes en su condena con el genocidio cometido, veamos algunos ejemplos:
· El Partido Popular (PP) ha tendido a enfatizar la condena a los atentados de Hamás y la legitimidad de la defensa israelí, en vez de usar términos como genocidio. Newtral+1
· Vox también ha adoptado discursos duros hacia Palestina y ha propuesto limitar actos públicos de solidaridad con Gaza. El País
· En el ámbito autonómico, Isabel Díaz Ayuso (PP, Comunidad de Madrid) ha manifestado apoyo explícito a Israel y ha rechazado que lo ocurrido en Gaza sea “genocidio”, según declaraciones suyas públicas.
· En Cataluña, el partido Junts ha mostrado cierta ambigüedad: aunque no se ve un apoyo absoluto a Israel, el partido ha intentado equilibrar su discurso para no desligarse completamente de posturas favorables al Estado israelí.
La
explicación política, ideológica, geoestratégica y cultural de la
tibieza y protección de la derecha extrema y la ultraderecha de nuestro país
con el genocidio es la siguiente. La tibieza —o falta de condena explícita hacia
las acciones del gobierno israelí en Gaza no es casual: responde a una
combinación de intereses diplomáticos, narrativas ideológicas y cálculo
político.
Aquí te detallo las principales razones:
1. Identificación ideológica con el gobierno israelí
Los gobiernos de derecha y extrema derecha en Occidente —incluido Israel bajo Netanyahu— comparten una visión nacionalista, securitaria y antiislamista del mundo.
· Consideran que Israel es una barrera frente al islamismo radical, y por tanto un aliado natural.
· Equiparan a Hamás con el terrorismo yihadista (como Al Qaeda o Estado Islámico), por lo que tienden a justificar las acciones militares israelíes como “defensa legítima”.
· En su narrativa, Israel representa a Occidente, y Palestina a un “enemigo cultural” o civilizatorio.
2. Intereses estratégicos y militares occidentales
· Israel es un aliado geopolítico clave de EE. UU. y la OTAN en Oriente Medio, por su tecnología militar, inteligencia y posición geográfica.
· Los partidos de derecha suelen alinearse con la política exterior estadounidense, y EE. UU. históricamente protege a Israel en la ONU y en foros internacionales.
· Condenar abiertamente a Israel por genocidio implicaría cuestionar la legitimidad de un aliado militar y poner en riesgo relaciones diplomáticas y comerciales.
3. Herencia del discurso “antiterrorista”
Desde los atentados del 11-S, la derecha europea ha construido su identidad política alrededor del miedo al terrorismo islámico.
· En ese marco, cualquier acción contra grupos como Hamás se percibe como parte de una “guerra justa contra el terrorismo”.
· Este enfoque simplifica el conflicto, borrando las dimensiones humanitarias o coloniales, y convierte cualquier crítica a Israel en una supuesta “defensa del terrorismo”.
4. Cálculo electoral y comunicación política
· Condenar a Israel podría alienar a votantes conservadores o pro estadounidenses, así como a sectores empresariales con vínculos comerciales con Israel.
· Además, la derecha teme ser acusada de antisemitismo, algo políticamente explosivo en Europa. Por eso, muchos líderes prefieren hablar de “tragedia humanitaria” o “conflicto”, evitando la palabra “genocidio”, que tiene implicaciones legales graves bajo el Derecho Internacional.
5. Contraste con la izquierda
Mientras la izquierda suele poner el foco en los derechos humanos y el derecho internacional, la derecha enfatiza la seguridad, la soberanía nacional y la defensa del orden. Esto explica por qué la izquierda habla abiertamente de “genocidio” o “crímenes de guerra”, mientras la derecha lo considera un exceso retórico o una amenaza a un aliado estratégico.
6. Hay una clara influencia ideológica y diplomática
Aunque no hay financiación comprobada, sí se han detectado vínculos de afinidad política, contactos diplomáticos y apoyo discursivo:
· Vox ha mantenido relaciones con organizaciones proisraelíes y figuras vinculadas al Lobby AIPAC (American Israel Public Affairs Committee) y al Likud, el partido de Netanyahu.
o Santiago Abascal visitó Israel en 2021 y se reunió con diputados del Likud, declarando que “Israel es el frente de Occidente contra el terrorismo islámico”.
· PP mantiene tradicionalmente una relación fluida con la Embajada de Israel en Madrid, sobre todo en materia de cooperación en seguridad y tecnología militar.
o Isabel Díaz Ayuso, presidenta madrileña, ha recibido apoyo institucional del embajador israelí en varios actos oficiales, defendiendo públicamente “el derecho de Israel a defenderse”.
· En algunos casos, fundaciones o think tanks conservadores con conexiones internacionales (como la FAES, presidida por José María Aznar) han participado en foros con lobbies proisraelíes en EE. UU.
No hay pruebas de:
· Financiamiento directo de Israel o lobbies judíos a partidos españoles.
Pero sí hay:
· Coincidencia ideológica (nacionalismo, antiislamismo, apoyo a “Occidente”).
· Contactos diplomáticos y mediáticos con instituciones proisraelíes.
· Intereses compartidos en materia de seguridad y tecnología militar.
El resumen es que la derecha y la extrema derecha son tibias con el genocidio israelí porque:
· Comparten ideología con el gobierno israelí (nacionalismo y anti islamismo).
· Quieren mantener alineamiento con EE. UU. y la OTAN.
· Ven a Israel como bastión occidental frente al islam político.
· Tienen miedo a las consecuencias diplomáticas y al uso del término “genocidio”.
· Y, sobre todo, porque su narrativa prioriza la seguridad y la defensa frente a la empatía humanitaria.
La posición del PP en esta cuestión se transmite desde Genova a todas las sucursales del partido en todo el Estado español, y al “taliban” Queipo en Asturias también. Este por supuesto lo transmite a los cortijos pequeños como el de Llanes. Como al frente del gobierno municipal de Llanes tenemos a un partido fascista, VecinosxLlanes (sicarios de AVALL), que no tienen más brújula que cobrar del erario público, pues el PP le impone no condenar el genocidio si quiere seguir cobrando… Y ellos encantados de seguir cobrando de la cartera de los llaniscos.
Para entender la brecha moral y política que se abre entre quienes califican la ofensiva israelí como genocidio y quienes, sobre todo desde la derecha y extrema derecha, evitan hacerlo, tenemos el siguiente razonamiento político y moral:
1. Razonamiento político
a) Alineamiento geoestratégico
Los partidos de derecha y extrema derecha en Europa (PP, Vox, conservadores en general) se alinean con la política exterior de Estados Unidos y la OTAN, donde Israel es un aliado esencial en Oriente Medio.
- Condenar oficialmente un “genocidio” supondría romper con Washington y cuestionar la narrativa occidental de “autodefensa” frente al terrorismo.
- Por eso, prefieren usar expresiones como “tragedia humanitaria” o “exceso militar”, evitando el término “genocidio”, que tiene implicaciones legales y diplomáticas graves.
En política
internacional, las palabras son armas:
Decir “genocidio” implicaría aceptar la jurisdicción del Tribunal Penal Internacional (TPI) y admitir que un Estado aliado (Israel) ha cometido crímenes de guerra y de lesa humanidad. Eso sería, en la práctica, romper con Israel y EE. UU., algo que estos partidos no están dispuestos a hacer.
b) Simbolismo ideológico
La derecha occidental ve a Israel como el baluarte de Occidente frente al islamismo.
- El discurso dominante es que “Israel lucha por nuestra civilización” contra Hamás, que se asocia al terrorismo y al extremismo islámico.
- Desde esa óptica, criticar a Israel sería “debilitar a Occidente” o “apoyar a los enemigos de la libertad”.
Por eso, estos partidos tienden a justificar la violencia israelí como un “mal necesario” dentro de una guerra contra el terrorismo. No hay matiz humanitario porque su marco moral es securitario y civilizacional, no pacifista.
c) Cálculo electoral
- Estos partidos tienen bases de votantes conservadores, pro estadounidenses y, en muchos casos, religiosos que ven en Israel una nación con “valores cristianos-judíos” frente al islam.
- Condenar el genocidio podría ser interpretado por sus seguidores como una “traición” o una concesión a la izquierda “antisionista” o “islamófila”.
- Además, usar el término “genocidio” puede asociarse con el lenguaje de partidos como Podemos, Sumar, ERC o Bildu, y la derecha evita aparecer en el mismo campo moral que sus adversarios políticos.
2. Razonamiento moral
a) Relativismo moral
Su discurso suele centrarse en “condenar toda la violencia venga de donde venga”, equiparando los ataques de Hamás y las represalias israelíes. Esa simetría moral neutraliza la noción de víctima y verdugo. “Ambos cometen atrocidades, por tanto no hay genocidio, sino guerra.” Este razonamiento diluye la responsabilidad del más fuerte (el Estado con ejército y control territorial) y sirve para justificar la inacción política.
b) Defensa del “derecho a defenderse”
Desde el punto de vista ético, estos partidos sostienen que Israel tiene derecho a proteger a su población, incluso mediante fuerza desproporcionada, si considera que su seguridad está amenazada.
- Esto se fundamenta en una moral de seguridad, no en una moral humanitaria.
- Por eso aceptan la muerte masiva de civiles como “efecto colateral” y no como crimen de intención.
c) Negación del genocidio como “arma política”
Muchos líderes de derecha consideran que la palabra “genocidio” se usa de forma políticamente interesada por la izquierda y el movimiento pro-palestino.
- Argumentan que aplicar ese término banaliza el Holocausto judío.
- Por tanto, ven su rechazo al término no como insensibilidad, sino como defensa del rigor histórico y jurídico.
En resumen
Dimensión |
Razonamiento |
Política |
Mantener alianza con EE. UU. y evitar confrontar a Israel. |
Ideológica |
Considerar a Israel parte de la defensa de Occidente frente al islamismo. |
Electoral |
No perder base conservadora ni coincidir con la izquierda. |
Moral |
Justificar la violencia como defensa y negar el genocidio como manipulación política. |
En palabras sencillas:
La derecha extrema y la ultraderecha no niega las muertes, pero niega la intención genocida, porque aceptarla implicaría condenar a un aliado, cuestionar su propio marco ideológico y asumir una culpa moral que desestabilizaría su relato político.
En definitiva, la actitud del gobierno municipal de Llanes —formado por VecinosxLlanes y el PP— frente al genocidio israelí en Gaza refleja una falta de sensibilidad moral y compromiso humanitario preocupante. Su negativa a condenar con claridad la masacre, amparándose en eufemismos y ambigüedades, no solo los aleja del sentir solidario de gran parte de la ciudadanía llanisca, sino que los sitúa del lado de la pasividad cómplice ante un crimen ampliamente documentado y reconocido por instancias internacionales. Condenar el genocidio no significa justificar los atentados de Hamás, cuya brutalidad también merece repulsa; significa mantener la coherencia ética y el respeto por el derecho internacional, algo que este gobierno local ha decidido eludir por cálculo político o por sumisión ideológica. En un momento histórico donde el silencio es también una forma de violencia, la tibieza del bipartito de Llanes frente a la tragedia de Gaza representa una renuncia vergonzosa a los valores universales de justicia, dignidad y humanidad.
Ya lo dijo Eduardo Galeano: “El código moral del fin del milenio no condena la injusticia, sino el fracaso”.
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