Ayer se publicaba en la prensa regional que el gobierno municipal de Villaviciosa aprobaba la modificación de las ordenanzas fiscales para el año 2026, con la actualización del IBI urbano, que pasa del 0,58% al 0,60%, lo que supone un incremento del 2,2%. El recibo medio será de 234 euros, seis más que el año anterior.
El alcalde, Alejandro Vega (PSOE), destacó que el tipo sigue por debajo de la media asturiana (0,66%) y muy inferior al máximo legal (1%). En comparación con otros municipios asturianos:
- Llanes: 0,75%
- Cangas de Onís: 0,83%
- Piloña: 0,68%
- Cangas del Narcea: 0,75%
- Corvera: 0,95%
Además, se actualizará un 2,5% la tasa de abastecimiento de agua y alcantarillado.
El tipo del IBI en Llanes (0,75%) se encuentra entre los más altos de Asturias. Aquí está una comparación basada en los datos más recientes (2024) del Principado de Asturias y de los ayuntamientos asturianos:
|
Municipio |
Tipo IBI urbano |
Observaciones |
|
Llanes |
0,75% |
De los más altos de la región. |
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Cangas de Onís |
0,83% |
Muy alto, uno de los mayores de Asturias. |
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Corvera |
0,95% |
El más alto entre los de población media. |
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Piloña |
0,68% |
Medio-alto. |
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Villaviciosa |
0,60% (para 2026) |
Por debajo de la media. |
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Media asturiana |
≈0,66% |
Según el tesorero municipal de Villaviciosa. |
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Oviedo |
0,55% |
Moderado. |
|
Gijón |
0,53% |
Bajo. |
|
Avilés |
0,60% |
Medio. |
El IBI de Llanes (0,75%) está claramente por encima de la media (0,66%)
y solo lo superan unos pocos municipios como Cangas de Onís (0,83%) y Corvera
(0,95%). Por tanto, sí, Llanes tiene uno de los tipos de IBI más altos
de Asturias, especialmente si se compara con concejos de tamaño similar o
con capitales de comarca.
El IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles) tiene un impacto directo e indirecto sobre el mercado de la vivienda, y en un municipio como Llanes, donde existe un grave problema de acceso a la vivienda, su efecto es especialmente relevante.
A continuación te explico cómo y por qué influye:
1. Aumento de los costes de mantenimiento de la vivienda
- Un tipo del 0,75%, como el de Llanes, es alto en comparación con otros municipios asturianos.
- Esto significa que los propietarios pagan más cada año por tener una vivienda, tanto si es su residencia habitual como si está vacía o se usa como segunda residencia.
- En un municipio con muchas viviendas vacacionales o de segunda residencia, como Llanes, los propietarios suelen trasladar ese coste a los precios de alquiler o venta.
Consecuencia:
Suben los precios del alquiler y se encarece el acceso a la vivienda para
los residentes locales.
2. Desincentiva el alquiler de larga duración
- Muchos propietarios de segundas residencias prefieren mantenerlas vacías o alquilarlas en temporada turística, porque el IBI elevado y otros impuestos les resultan más soportables con los ingresos del turismo.
- Como el alquiler vacacional da beneficios rápidos, no hay incentivo para ofrecer alquileres anuales a precios accesibles.
Consecuencia:
Escasez de vivienda permanente para jóvenes, trabajadores y
familias locales.
Aumento de la despoblación en invierno.
3. Impacto en la vivienda habitual
- Aunque el tipo del IBI es el mismo para todos, los residentes permanentes sienten más el impacto, porque no lo compensan con rentas turísticas.
- Un IBI alto afecta al poder adquisitivo y puede hacer que familias con rentas modestas no puedan mantener su vivienda o trasladarse dentro del concejo.
Consecuencia:
Mayor presión sobre los hogares locales y riesgo de exclusión residencial
en zonas con alto valor catastral (por ejemplo, el centro de Llanes o zonas
costeras).
4. Efecto en la planificación urbana
- Los ingresos por IBI ayudan al Ayuntamiento a financiar servicios públicos y políticas de vivienda, pero si el dinero se destina a cubrir déficits (como ocurre en Villaviciosa o Llanes), no se invierte directamente en vivienda pública o alquiler social.
- Es decir, el alto IBI no siempre se traduce en soluciones habitacionales.
Consecuencia:
El Ayuntamiento recauda más, pero sin resolver el problema estructural de
falta de vivienda asequible.
En resumen
|
Efecto |
Consecuencia en Llanes |
|
IBI alto (0,75%) |
Mayor carga fiscal sobre viviendas |
|
Viviendas turísticas |
Se encarece el alquiler anual |
|
Viviendas vacías |
Se mantienen sin uso o solo en verano |
|
Residentes locales |
Dificultades para pagar o acceder a vivienda |
|
Recaudación municipal |
Aumenta, pero no siempre se invierte en vivienda asequible |
El IBI representa más del 40 % de los ingresos tributarios de la mayoría de los ayuntamientos españoles.
- Es un impuesto directo que grava la propiedad o posesión de inmuebles, tanto urbanos como rústicos.
- Se aplica a todas las viviendas, locales, garajes, terrenos, etc., lo que lo convierte en una fuente estable y predecible de ingresos.
📊 Ejemplo general:
- En municipios medianos (como Llanes, Villaviciosa, o Cangas de Onís), el IBI suele aportar entre 35 % y 50 % de los ingresos propios.
- En grandes ciudades (Madrid, Barcelona), puede suponer incluso más del 60 % de la recaudación por impuestos municipales.
2. Por qué es tan importante
El IBI:
- Se recauda anualmente y tiene poca morosidad, lo que asegura liquidez al Ayuntamiento.
- Financia servicios locales: alumbrado, limpieza, mantenimiento de calles, parques, seguridad ciudadana, personal municipal, etc.
- No depende de la actividad económica (como el impuesto de plusvalías o el de construcciones), por lo que garantiza estabilidad incluso en crisis.
3. En el caso de Llanes
Aunque no se ha publicado la cifra exacta de 2024, los presupuestos municipales muestran que:
- El IBI urbano (tipo 0,75 %) es una de las principales fuentes de ingresos del Ayuntamiento.
- Con una población de unos 13.500 habitantes y miles de segundas residencias y viviendas turísticas, Llanes recauda gran parte de su presupuesto anual a través del IBI.
- Esto le permite financiar gastos estructurales (personal, servicios urbanos, mantenimiento turístico, etc.).
4. Ventajas y desventajas
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Aspecto |
Efecto |
|
Ventaja |
Aporta ingresos estables para mantener servicios públicos locales. |
|
Ventaja |
Su recaudación es fácil de gestionar y controlar. |
|
Desventaja |
Penaliza a los residentes permanentes si los valores catastrales son altos. |
|
Desventaja |
Puede agravar el problema de vivienda si se aplica un tipo elevado (como en Llanes, 0,75 %). |
En resumen, el IBI es la base financiera más importante de los ayuntamientos españoles. En Llanes, con su tipo del 0,75 %, es el pilar central de la recaudación municipal y la herramienta fiscal clave para sostener los servicios locales, aunque a costa de encarecer la vivienda y la presión fiscal sobre los vecinos.
Lo curioso de esta situación es que los servicios públicos de Llanes como son: el suministro de agua, alcantarillado, la dependencia, etc., son de los peores de Asturias pese a tener uno de los IBI más elevados de los ayuntamientos asturianos. de Asturias. Es una contradicción muy relevante desde el punto de vista fiscal y político. Lo explico brevemente por qué ocurre y qué consecuencias tiene:
1. Desajuste entre presión fiscal y calidad del servicio
- En teoría, un IBI alto debería traducirse en mejores servicios públicos, porque aporta más recursos al Ayuntamiento.
- Sin embargo, en Llanes, pese a tener un tipo del 0,75 % —uno de los más altos de Asturias—, muchos vecinos denuncian deficiencias graves en servicios básicos:
- Averías frecuentes o cortes en el suministro de agua.
- Red de alcantarillado antigua y con problemas en parroquias y núcleos rurales.
- Falta de inversión en dependencia, mantenimiento urbano y limpieza.
Esto muestra que la recaudación no se traduce en mejora de los servicios, lo que genera una pérdida de confianza ciudadana.
2. Posibles causas
- Mala gestión o falta de planificación presupuestaria: el dinero recaudado puede destinarse a cubrir déficits o gastos de personal en lugar de inversiones en servicios.
- Dependencia del turismo: Llanes concentra su economía en la temporada alta, por lo que gran parte del gasto se destina a servicios turísticos y no a infraestructuras permanentes.
- Dispersión territorial: el concejo es muy amplio, con muchos núcleos rurales, lo que encarece el mantenimiento y dificulta ofrecer servicios homogéneos.
- Privatización de servicios (como el agua o la basura), que puede generar costes altos sin una mejora clara en la calidad.
3. Consecuencias sociales y políticas
- Los vecinos perciben injusticia fiscal: pagan mucho y reciben poco.
- Aumenta el malestar ciudadano y la crítica a la gestión municipal.
- En el largo plazo, puede provocar despoblación en zonas rurales y rechazo a futuros incrementos de impuestos.
En
Llanes, se da una paradoja: uno de los IBI más altos de Asturias (0,75%)
coexiste con unos servicios públicos entre los más deficientes de la región.
Esto refleja ineficiencia en la gestión municipal y una desconexión
entre la recaudación y la calidad del gasto público, lo que erosiona la
confianza ciudadana y agrava el malestar fiscal.
El municipio de Llanes presenta una profunda contradicción fiscal y política. A pesar de aplicar uno de los tipos de IBI más altos de Asturias (0,75%), la calidad de los servicios públicos —como el suministro de agua, el alcantarillado, la dependencia o el mantenimiento urbano— se encuentra entre los más deficientes de la región. Este desequilibrio entre una alta presión fiscal y una baja calidad de los servicios ha generado un creciente malestar entre los vecinos, que sienten que sus impuestos no se traducen en mejoras tangibles en su día a día.
Foto: estos son los mangantes y "kinkis" que hoy están saqueando a los llaniscos con sus políticas fiscales
A esta situación se suma un elemento especialmente polémico: las elevadas retribuciones de los cargos liberados del Ayuntamiento. En un concejo de poco más de 13.500 habitantes, los sueldos del alcalde y de los concejales con dedicación exclusiva o parcial destacan por su cuantía (lo curioso es que muchos de ellos carecen de ocupación en la vida civil donde perciban dichas retribuciones), situándose entre los más altos de municipios de similar tamaño en Asturias. Mientras tanto, el municipio arrastra problemas estructurales en servicios básicos, infraestructuras obsoletas y un déficit de inversión social, problemas severos como la vivienda, etc.
Este contraste, se genera una imagen de injusticia fiscal y mala gestión pública, donde los vecinos perciben que el dinero del IBI, lejos de revertir en el bienestar colectivo, sostiene una estructura política sobredimensionada. La “foto” institucional de altos cargos bien remunerados frente a calles deterioradas y servicios deficientes sonroja a cualquier llanisco y simboliza una gestión alejada de las necesidades reales del municipio.
En definitiva, Llanes es hoy el ejemplo claro de cómo una presión fiscal elevada sin una administración eficiente no garantiza el progreso, sino que erosiona la confianza ciudadana y agrava la sensación de desigualdad entre los contribuyentes y sus representantes.
El caso del municipio de Llanes ilustra con claridad una de las mayores contradicciones del discurso fiscal contemporáneo. El Partido Popular, tradicionalmente autoproclamado defensor de la reducción de impuestos y de una menor carga fiscal para los ciudadanos, gobierna en el municipio de Llanes aplicando uno de los tipos de IBI más altos de Asturias (0,75%), un nivel que recae principalmente sobre las familias trabajadoras y residentes locales.
Esta situación revela una brecha entre el discurso político y la práctica de gobierno, donde las promesas de alivio fiscal se diluyen frente a la realidad de una gestión que aumenta la presión tributaria sobre las clases medias y bajas. Mientras tanto, los servicios públicos —agua, alcantarillado, dependencia o mantenimiento urbano— continúan mostrando deficiencias notables, lo que agrava la percepción de injusticia fiscal entre los vecinos.
El caso de Llanes puede entenderse como un ejemplo de fiscalidad regresiva, en la que los impuestos locales afectan más a quienes tienen menos capacidad económica, mientras las rentas altas o las propiedades turísticas soportan un impacto menor en proporción a su patrimonio. Este modelo, además de incoherente con la retórica liberal de reducción de impuestos, evidencia un uso ineficiente de los recursos públicos y una prioridad política centrada en el sostenimiento institucional más que en la redistribución y el bienestar ciudadano.
Para terminar el post, quiero manifestar que el municipio de Llanes vive hoy sumido en un auténtico caos fiscal, económico y social, fruto de una gestión que ha perdido el rumbo político y la sensibilidad ciudadana. La coalición de VecinosxLlanes y PP mantiene una estructura administrativa pesada, con altos costes salariales y un modelo tributario asfixiante, mientras los servicios públicos se deterioran y el acceso a la vivienda se convierte en un lujo. La recaudación del IBI, que debería servir para modernizar infraestructuras y aliviar la vida de los vecinos, se disuelve entre la ineficiencia, la improvisación y la falta de una estrategia de desarrollo real. Llanes recauda impuestos como en Luxemburgo, pero funciona como un municipio de Africa sin dirección y orden fiscal.
A este desorden se suma el silencio cómplice del PSOE, una oposición que parece incapaz de ejercer un control firme ni de ofrecer una alternativa sólida al modelo actual, que vive anclada en sus sueños pasados. Su pasividad ante el incremento de la desigualdad y el abandono de los servicios esenciales refuerza la sensación de que en Llanes la política se ha vuelto un ejercicio de complacencia más que de compromiso público. El resultado es un concejo atrapado en la parálisis institucional, donde los vecinos pagan más que nunca, pero reciben menos que nadie.
Ya lo dijo Montesquieu: “La democracia debe guardarse de dos excesos: el espíritu de desigualdad, que la conduce a la aristocracia, y el espíritu de igualdad extrema, que la conduce al despotismo”.

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