El 23 de septiembre del 2019 se publicaba en prensa “Mercedes Fernández dimite como presidenta del PP de Asturias”, en la noticia se anunciaba que había presentado su renuncia ante la cúpula del partido en Madrid https://cutt.ly/fXlkORu El nuevo presidente del partido en Asturias en su momento fue elegido en una junta directiva regional, por lo que no se celebró un congreso para su elección. Pablo Casado, agradeció a Fernández su labor y le pidió que se incorporara a ayudar en Madrid ante las próximas elecciones, donde tendría un papel en este sentido que “está por decidir” según han señalaba citando fuentes de la agencia EFE. Posteriormente dicho papel fue mandarla al “cementerio de elefantes” del Senado, siendo sus seguidores y afines en el partido los sacrificados por aliarse con una perdedora. Tras meses de duros enfrentamientos, tanto con Mallada afeando sus malos resultados electorales y está, a la vez, afirmando que Pablo Casado la había felicitado, Fernández encontró su horma del zapato con el presidente Casado, el cual forzó su salida https://cutt.ly/sXlbxGG Todas estas desavenencias entre bandos llegaron a la opinión pública, con lo que la erosión electoral fue notable, sin embargo, esta situación forzó la necesidad de que Casado impusiese su poder y las prerrogativas de las que disponía forzando la derrota de Fernández en dicho enfrentamiento. Entonces, la dirección del partido en Madrid contó con una fiel colaboradora en el acoso y derribo de Mercedes Fernández, fue Teresa Mallada. Hoy vemos la misma situación, pero con Teresa Mallada de víctima.
Foto: Mercedes Fernández, Pablo Casado y Teresa Mallada
Hoy en un diario regional el número tres del PP a nivel nacional, Miguel Tellado, “cocinero” entre bastidores de dicho partido, ungido por Feijóo, nos deja frases como las siguientes, “Aún no se ha abierto el capítulo de la búsqueda de un candidato, todavía no se ha hecho el análisis”, “Cuando el partido esté preparado para convocar un congreso de unidad, se convocará”, “El objetivo de un partido no es celebrar congresos, sino ganar elecciones”. Todas estas frases coinciden en un sentido, el “tapado” para las elecciones del año que viene, no es Teresa Mallada. Sin embargo, dicha candidata cometió el error de postularse antes de conocer dentro de su partido si contaba con el apoyo de la dirección de Madrid, siendo vista su iniciativa de postularse a dirigir el partido como un desafío a lo que decidirá la organización en Madrid. El mismo error que cometió Mercedes Fernández en su momento cuando se desencadenaron las hostilidades con Casado, con consecuencias bien conocidas por todos.
La democracia directa de los afiliados a dicho partido, un afiliado (a) un voto para elegir a los miembros de la dirección, es un lujo del cual no disfrutan. En el PP existe el mecanismo de la delegación del voto en compromisarios, los cuales eligen a los órganos de dirección. Es un sistema de elección manifiestamente mejorable, que no proporciona las ventajas que si hace democracia directa. A veces genera sorpresas, como cuando los cuadros de dirección pretenden imponer a calzador sus intereses o candidatos y los afiliados deciden que no. Un claro ejemplo de esto último lo vimos con las primarias del PSOE, cuando Pedro Sánchez contra todo pronóstico sé impuso al aparato del partido con la candidata Susana Diaz. En el PP se otorga al presidente nacional unas prerrogativas que hacen que los territorios se vean completamente sometidos a la ejecutiva nacional en sus planteamientos. Esta mar de fondo ya nos permite ver como algunos cargos del PP empiezan a tomar posiciones ante lo que previsiblemente sucederá. Hoy nos desayunamos con las declaraciones del alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, el cual encuentra “normal” que el número dos del PP en Asturias se vaya a comer con Cascos y su presidenta se entere por la prensa. Dice el señor Canteli, “lo que no entiendo es el revuelo que se forma porque un señor del PP se junte con otro que estuvo en el partido hasta el otro día”. El “dedazo” es una práctica que viene muy arraigada en dicho partido, ha funcionado prácticamente desde su fundación, es un símil a lo que se vivía en el PRI mejicano. Hoy se enmaraña y envuelve todo lo que esta sucediendo con el argumento de “unificar él centroderecha”, pero bajo ese manto subyacen otra serie de cuestiones que nada tienen que ver con lo que realmente sucede… Saben que no tienen candidato que ofrezca un resultado ganador en las próximas elecciones.
Ante la realidad en que se encuentra el PP, los próximos días, semanas y meses veremos como se van “acuchillando” ambos bandos en las diferentes batallas que se abren en la contienda, sin embargo, al final sucederá como cuando la guerra de Mercedes Fernández, las víctimas de dicha guerra no serán Teresa Mallada y aliados, serán fundamentalmente sus aliados. A Teresa Mallada se le buscará un “puestín” como decimos en Asturias, para que languidezca plácidamente su nefasta carrera política, mientras los ciudadanos volveremos a oír sonar la misma música de siempre… Pero con la constatación de unos hechos como dice el refrán, “Muerto el perro se acabo la rabia”.
Ya lo dijo Epíteto: “El infortunio pone a prueba a los amigos y descubre a los enemigos”.
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