La noche de los “Cuchillos Largos”, también llamada Operación Colibrí, fue una purga que tuvo lugar en la Alemania nazi entre el 30 de junio y el 2 de julio de 1934, cuando el régimen nazi llevó a cabo una serie de asesinatos políticos en importantes ciudades de Alemania, como Berlín y Múnich. Hitler había sido nombrado canciller el 30 de enero de 1933, al frente de un gabinete mayoritariamente conservador y para afianzarse en el poder, atacó directamente a cuantos defendían otras ideas y no seguían su posición antisemita.
Foto de izq. a dcha.: Miguel Tellado, Teresa Mallada, Elías Bendodo y Álvaro Queipo
Ayer un diario regional, abrió en canal el PP al revelar la comida que tuvieron el señor Cascos con el secretario general del PP, Álvaro Queipo en Castropol. Este paroxismo que existe actualmente en dicho partido viene motivado por dos razones principalmente, la proximidad de las elecciones autonómicas y municipales (28 de mayo del 2023) y la falta de un candidato solvente que permita tener opciones de obtener un buen resultado electoral. Ante este escenario que existe actualmente, se mueven los intereses desde dos bandos principalmente, los que quieren un cambio de cartel electoral para las próximas elecciones (directiva nacional y algún submarino de Asturias como el señor Álvaro Queipo) y los que reclaman poder optar a una última oportunidad después de haberse comido años de oposición avinagrada, con más pena que gloria (Teresa Mallada y afines). El señor Feijóo desde que llegó a la presidencia del PP se ha caracterizado por adoptar múltiples posturas con los territorios en función de tres escenarios, el primero es “dejar hacer” a los barones del territorio, cuando estos consiguen ganar las elecciones en sus comunidades autónomas de forma nítida sin necesidad de pactos. Dos ejemplos donde se ve claramente dicha situación son, Madrid y Andalucía, con Ayuso y Moreno Bonilla. La segunda posición adoptada con los territorios es aquella donde han ganado las elecciones, pero han necesitado pactar con la ultraderecha (Vox), como Castilla-León. En este escenario se ha optado por mantener una postura de distancia con el gobierno autonómico, tapándose la nariz ante el hedor que desprenden las políticas implantadas por dicho gobierno, ya que están condicionadas por la ultraderecha. Y por último está el escenario donde el PP está en la oposición, ahí el señor Feijóo “mete la cuchara” buscando un cambio que conlleve una doble finalidad, primero que la persona que pone sea de su máxima confianza y segundo que tenga la opción de poder obtener un buen resultado electoral. En Asturias, la fidelidad a Feijóo está garantizada con Teresa Mallada, no así el resultado electoral si es cartel electoral de las próximas elecciones.
Una cuestión importante que tiene que debe ser tenida en cuenta es la siguiente, ayer nos enteramos por la prensa de la comida del señor Cascos y el número dos del PP en Asturias Álvaro Queipo. Hoy, la prensa recoge abiertamente la guerra de nervios que existe dentro de dicha formación política ante dicha situación, yo me pregunto, ¿Dónde estaba Teresa Mallada cuando su número dos se iba a comer con un personaje como Cascos y “no se enteró” hasta que se publicó en prensa?, o ¿Acaso lo sabía y mientras no trascendió guardaba silencio para la batalla que se avecina en el congreso de su partido en otoño?, ¿Es esta la lealtad y coherencia política que se guardan los responsables de dicha formación política entre sí ante un escenario como él electoral? Así las cosas, lo que parece evidente es que ante dichos hechos cuando uno abre la caja de Pandora el resultado es impredecible. Un ejemplo de idéntica situación a la que se vive actualmente en el PP asturiano sucedió en el PP del País Vasco, cuando el mismo era dirigido por el señor Alfonso Alonso. Pablo Casado fulminó a Alfonso Alonso porque dicho político vasco pedía un PP con perfil propio. Para ello forzó la salida de este y puso al frente de dicha formación al “acordeonista”, Carlos Iturgaiz. Si en las elecciones del 2016 el señor Alonso obtuvo 9 diputados en el parlamento vasco, la abrupta tormenta desatada por el señor Casado para echar a Alonso y colocar a Iturgaiz, dio como fruto que en las elecciones del 2020 el PP obtuviera 5 diputados regionales más 1 de Ciudadanos. Este fue el peor resultado electoral del PP en dicho territorio https://cutt.ly/zXgb8cV
El PP es un partido presidencialista, donde las atribuciones de las que goza su presidente condicionan cualquier postura que adopte un responsable regional si la misma lleva a una confrontación entre ambos. Un ejemplo de esto lo vimos con la anterior presidenta del PP en Asturias, Mercedes Fernández, la cual tuvo que abandonar la presidencia después de que Pablo Casado forzase su salida pese a que la misma no quería abandonar https://cutt.ly/fXhjXLA Se le buscó acomodo en el Senado y una vez “colocada” entró la señora Mallada. Por lo tanto, el partido que intenta disputar la señora Mallada ya está decidido antes de empezar a disputarse. El devenir político en estos últimos años de la señora Mallada ha sido completamente inoperante, inexistente y errático con los problemas de los asturianos. La ausencia de propuestas unido a los pactos inconfesables como el que mantiene en el gobierno municipal de Llanes con un partido “tribu”, VecinosxLlanes, y tres tránsfugas, han demostrado a la ciudadanía, por si había alguna duda, que lo importante son los intereses de la señora Mallada. Sabedora de que este puede ser el último tren que coja, se aferra a presentar candidatura pese a saber que lo tiene prácticamente imposible obtener un buen resultado, aquí hay que aplicar la moraleja de la carrera de la liebre y la tortuga para entender cuál es el problema que atenaza al PP y la señora Mallada en particular.
Llama la atención la situación en otras fuerzas políticas del ámbito de la centroderecha asturiana, como es el caso de Foro, un partido con orientación regionalista que se ha encontrado con este “pastel” en el PP y que por lo que nos muestra hoy la prensa, su idea era pactar de cara a las próximas elecciones municipales y autonómicas. Foro no lo tiene fácil después del calvario que tuvo con el señor Cascos, pero aliarse y pactar con partidos que se encuentran en una fase de voladura controlada como es el PP en Asturias, es una apuesta demasiado arriesgada para obtener algún beneficio electoral. La señora Carmen Moriyón tendrá que hilar muy fino sino quiere verse envuelta en la tormenta que se desencadenará en el centroderecha, ya que, si hasta ahora era Ciudadanos la opción que estaba sentenciada según lo que muestran los estudios demoscópicos, Foro tiene que marcar perfil propio alejándose de la implosión del PP y la descomposición del partido naranja.
Para terminar el post, quiero decir que la ciudadanía extrae sus conclusiones cuando observa y ve como los egoísmos personales afloran en algunos políticos y partidos según se van acercando las elecciones y ven peligrar sus sillones. Una de las cuestiones que la ciudadanía no perdona a una formación política, son las rencillas y el navajeo entre candidatos, que lejos de aportar soluciones a la ciudadanía en sus problemas y por el que perciben un estupendo salario, dirimen sus cuitas como mercaderes en un mercado persa… Realizando un chalaneo indecente.
Ya lo dijo Aristóteles: “Algunos creen que para ser amigos basta con querer, como si para estar sano bastara con desear la salud”.
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