Ayer
dos diarios regionales nos dieron más pistas de lo que el señor Feijóo
piensa hacer en Asturias con la presidencia de Teresa Mallada y su
ejecutiva. Feijóo
reconoce que todavía no tienen claro quién será el candidato a las elecciones
autonómicas de 2023 en Asturias. “Después de valorarlo en septiembre, lo
haremos público”, detalla el presidente del PP, quien incide en que “tengo
mucho respeto por los partidos autonómicos, pero no puedo decir que el PP no es
un partido nacional”. “Los candidatos que ganan elecciones, en mi
opinión, deben de ser presidentes del partido; con los candidatos que no ganan
elecciones, nuestra obligación es medir si podemos mejorar o no los resultados
electorales y esto es lo que haremos”, explica https://cutt.ly/MX3rlLP
En cuanto a la forma de elegir a ese
candidato, Feijóo tiene clara su hoja de ruta. “Cuando tengamos
alguna propuesta en Asturias, la diremos, siempre hablando con el Partido
Popular de Asturias, pero sin renunciar a nuestra responsabilidad
como partido nacional”, asevera. Feijóo sostiene que Asturias está “dentro de los
compromisos de las próximas semanas para el PP. Somos un partido que cree en
las autonomías, pero somos un partido nacional”. El presidente del PP asegura que
hablará con el partido en Asturias para elegir al candidato a las elecciones de
2023 pero que lo hará “sin renunciar a nuestra responsabilidad como
partido nacional”. Respecto
a sus objetivos en el Principado, Feijóo reconoce que aspiran a “pasar de un pírrico
resultado de 10 diputados y de un pírrico resultado de 8 nuevos alcaldes”. “Estamos midiendo demoscópicamente
para saber qué ocurre en Asturias. ¿Hay posibilidades de ganarle al PSOE en
Asturias? Las encuestas nos dicen que sí, hemos de prepararnos para eso”,
concluye.
En otro diario hablando sobre la misma cuestión, nos dice Feijóo que, “Las encuestas nos dicen que podemos ganar al PSOE en Asturias, hemos de prepararnos para eso”. La frase de Feijóo, en una entrevista concedida a La Voz de Galicia no concreta con qué candidato o candidata maneja estas expectativas y avanza que en Asturias la fase en la que se encuentra el proceso interno, profundamente controvertido en el partido, es la de la “medición demoscópica” en busca de la mejor solución para su liderazgo. Feijóo pretende dialogar con el partido en Asturias, pero avisa a navegantes de que Génova se reserva la última palabra. “Cuando tengamos alguna propuesta, la diremos, siempre hablando con el PP de Asturias”, avanza, “pero sin renunciar a nuestra responsabilidad como partido nacional”.
El entorno de Mallada ante dichas palabras se agarra como el naufrago a la tabla de madera y afirma que las encuestas (la hecha por PP de Asturias bajo encargo) le dan unas perspectivas ganadoras, afirmando que al final debe pesar la experiencia y el paso al frente que Mallada dio en momentos “difíciles para el partido” cuando se prestó a propiciar la salida de Mercedes Fernández para que abandonase la presidencia del partido en Asturias. Hoy se repite la misma situación, pero la sacrificada es ella, el Judas es Álvaro Queipo. Para los seguidores de un cambio de candidato en la presidencia, las palabras de Feijóo son clarificadoras y dejan entrever, la secuencia de los acontecimientos y hechos que se producirán cuando haya una propuesta integradora y que sólo en caso de que ésta no se dé será Madrid quien tome decisiones. Es algo parecido al “Génova no intervendrá si no es absolutamente necesario” del vicesecretario de Organización, Miguel Tellado, y significa que se da margen, interpretan fuentes del sector más crítico con Mallada, a una solución consensuada y gestada en Asturias. En el arranque del curso político que celebró Núñez Feijóo en el municipio pontevedrés de Cerdedo-Cotobalde, no estuvo Mallada –de vacaciones, pero sí cuatro diputados afines a la presidenta popular. En plena pugna por el liderazgo del partido en la región y por los favores de la dirección nacional, asistieron y se fotografiaron con Feijóo y otros dirigentes Pablo Álvarez-Pire, Beatriz Polledo, Javier Brea y Reyes Fernández Hurlé. https://cutt.ly/zX3ro0S Los gestos, en el estado actual en el que se encuentra el PP de Asturias parece que lo son todo.
El 17 de marzo en Oviedo ante la plana mayor del PP de Asturias, Alberto Núñez Feijóo, habló en el teatro Campoamor anunciando la buena nueva de un partido que había olvidado completamente la crisis de febrero, la corrupción, el desastre en la gestión de su partido y la amenaza de Vox. Aventuró como un profeta a los afiliados y cargos públicos que llegaría a la presidencia del Partido Popular con cuatro mayorías absolutas en Galicia y anticipó que, si no necesitó de pactos entonces, tampoco los necesitará después. Se plantó en la capital asturiana y habló como candidato al gobierno de la nación, iniciando una campaña electoral aparentemente limpia, basada en las certezas y la experiencia en su gobierno, como una roca previsible e inamovible, inmune al desgaste en las tomas de decisiones. Sus acólitos le gritaban “¡presidente, presidente!”, el muerto al hoyo (Casado) y vivo al bollo (Feijóo). Habría que decirle al señor Feijóo que el escenario que tiene su partido en Asturias, es todo lo contrario a lo que necesita para llegar a donde ansía, la presidencia del Gobierno de España. La filial asturiana lleva años languideciendo después de sucesivas guerras intestinas sin contenido político, (programa y propuestas que puedan beneficiar a la ciudadanía asturiana). Aquí, lo único que se dilucida como nos mostró Elías Bendodo hace unos días en prensa con el congreso de urgencia que tienen previsto celebrar, es poner a la persona que creen puede arrimar la ascua a su sardina y no a la de los asturianos.
Lo que parece cierto, porque así lo corroboran sus estatutos del PP y así lo ha manifestado ayer sin titubeos y muy claramente para aquellos cuadros y afiliados que no lo saben, es que el candidato será el que el señor Feijóo designe. El presidencialismo que rige en dicho partido, es una losa para la libertad de escoger y para todos aquellos que intenten confrontar con la ejecutiva nacional, pero es una llave que abre todas las puertas que se resisten dentro de dicha organización. También hay que decir, en favor del señor Feijóo que poner a una “perdedora” como Mallada a las próximas elecciones es temerario después de los últimos resultados electorales. Los resultados los ha definido, precisa y correctamente el señor Feijóo, “PIRRICOS”. Sin embargo, en Asturias a dichos resultados han contribuido todo los que están actualmente en el partido, entre ellos el Judas que ahora se postula. El chiringuito de Mallada y sus voceros, durante años han tejido una tela de araña con diputados regionales y concejales afines, como los que actualmente están en Llanes, que no han hecho política pensando en la ciudadanía, sino que todo lo que han hecho es contra la misma como sucede en Llanes con los dos miembros que están actualmente en el Gobierno, Lucio Carriles y Juan Carlos Armas. Este corsé político, ha sido y es, un impedimento que lastra cualquier atisbo de que la ciudadanía pueda votar dicha opción política.
Lo que parece cierto, es que septiembre está a la vuelta de la esquina y cuanto más se aproxima, más se van clarificando las cuestiones en cuanto al destino de la señora Mallada y afines. No lo dejarán con gusto, sin embargo, como bien dice el articulo de uno de los periódicos, el señor Feijóo obrará como un “gallego” con las personas que hoy están al frente del partido en Asturias, irá con los de la feria y vendrá con los del mercado… Pero siempre poniendo sus intereses por delante de cualquier otra cosa.
Ya lo dijo Séneca: “Tenemos los vicios ajenos delante de los ojos y los propios a la espalda”.
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