En Asturias hay un dicho muy conocido entre los asturianos que dice, “A todo gochín le llega su San Martin”. En la notificación que acaba de emitir la Fiscalía Superior de Asturias, parece que el calvario del señor Riestra continúa en el juzgado de Llanes. Después de que hace escasos días se imputara a la concejal Marian de la Llana por los hechos de la Cueva del Covarón. Ahora la guillotina de la justicia acecha al concejal de Obras y Medioambiente, Juan Carlos Armas, el cual adjudicó un contrato a la empresa AMBASO RIVERA SL. Esta sociedad según la notificación de fiscalía tendra que declarar por dos delitos, malversación de caudales públicos y falsedad en documento público. Obviamente la primera pregunta que a uno le sugiere dicha notificación, es ¿Acaso dicha sociedad podía cometer dichos hechos si no se hubiese producido la dejación de quien tenía que vigilar y controlar dicho contrato, la concejalía de Obras y Medioambiente? Este es el comienzo del hilo por el que va a tirar la fiscalía, no es nada descartable que a medida que vaya desenredando el ovillo de dicho contrato, nuevos actores (funcionarios o políticos) que no vienen en el auto aparezcan en escena siendo también imputados. A uno le viene a la cabeza lo sucedido en el pleno municipal celebrado el 26 de mayo del 2021 https://bit.ly/3n5NRLJ, donde se trató el problema del saneamiento de 25 vecinos de Nueva. Los tres principales responsables de dicho hecho, Enrique Riestra, Marian de la Llana y Juan Carlos Armas mintieron a la ciudadanía de una forma descarnada como así reflejo la sentencia del segundo contencioso-administrativo celebrado. Hoy de estos tres actores de aquel infausto pleno, dos de ellos ya están bajo la lupa de la justicia por hechos gestionados bajo sus departamentos, el tercero, Enrique Riestra, todavía no está libre de ello en base a cuestiones que tienen de ser resueltas y que se encuentran pendientes precisamente del poder judicial.
La primera sensación que tengo al leer dicha notificación es que aquellos que encarnaban el valor de la honradez y honestidad, como un mantra que siempre nos recordaba el señor Riestra en sus intervenciones https://bit.ly/3y0nNHl, están teniendo un tratamiento completamente diferente a lo que dichos términos representan. A once meses de las elecciones municipales, el chiringuito que tejió y constituyó el señor Riestra en el Ayuntamiento de Llanes, se está abriendo por sus costuras. Esta derivada judicial que se ha abierto a dicho gobierno por diferentes hechos tiene como consecuencia que algunos de los concejales del gobierno del señor Riestra y de la política regional, que optaron por ponerse de perfil y no dar la cara ante las tropelías que se estaban cometiendo, se van a encontrar con un huracán judicial en plena cara, por ejemplo; Lucio Carriles o Teresa Mallada. A la ciudadanía llanisca nos falta ver el acto donde se den explicaciones por dicho comportamiento, cuestión esta que algunos tratarán de escurrir y librar, pero afortunadamente los ciudadanos de Llanes ni olvidan ni perdonan dichos comportamientos.
Para la ciudadanía llanisca es una nueva
losa en cuanto a la creencia con respecto a la política, la “vieja política”
que durante muchos años gobernó Llanes, sigue más vigente que nunca actualmente
con el señor Riestra y sus cómplices de gobierno. En el trasfondo de dichos hechos, la ciudadanía
quizás haga pagar a justos por pecadores y meterán en él mismo
saco aquellos que no tienen presunción de inocencia con aquellos que tienen un
comportamiento correcto y normal de servicio público. El cual, consiste en favorecer
la realización efectiva del desarrollo personal, económico, la igualdad y el
bienestar social de la ciudadanía. La
teoría del “cisne negro” de Nassim Nicholas Taleb, es una
metáfora que, en el ámbito económico, describe aquellos sucesos que ocurren por
sorpresa, que ningún analista había previsto ni tenido en cuenta porque, a
priori, eran improbables y que, para bien o, generalmente, para mal,
terminan teniendo un gran impacto y repercusiones.
Eso que parece tan fácil de hacer como es servir a los ciudadanos, se ha
convertido en una maldición para algún político que reside en Llanes, su perturbada
mente ha antepuesto sus intereses a los de los ciudadanos a los que representa…
Pese a que le pagan un estupendo salario.
Ya lo dijo Aristóteles: “El castigo del embustero es no ser creído, aun cuando diga la verdad”.
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