CONDE DE LA VEGA DEL SELLA… NO VIVIMOS EN UNA SOCIEDAD FEUDAL

 

Ayer una emisora del oriente de Asturias recogía la siguiente noticia, “CCOO denuncia al Conde de la Vega del Sella por la contratación irregular de la guardesa de sus propiedades en Nueva (Llanes)” https://bit.ly/3HMkneK  En la misma se informa que CCOO Oriente de Asturias ha interpuesto una denuncia contra Ricardo Duque de Estrada y Herrero, Conde de la Vega del Sella, por la contratación irregular de una trabajadora durante los últimos 30 años. Se trata de una empleada que realizaba funciones de guardesa de todas sus propiedades en el Valle de San Jorge, en el concejo de Llanes. “Era portera, ama de llaves y responsable de la gestión de servicios…, entre otros cometidos”, señala el sindicato en una nota de prensa. Según denuncia la organización sindical, la actuación del Conde de la Vega del Sella con esta trabajadora ha sido “fraudulenta” y de manera “deliberada” ya que, durante tres décadas señaladas, “no realizó ni una sola aportación a la Seguridad Social en concepto de cotización a nombre de esta trabajadora, ni tan siquiera le otorgaba una retribución mensual como salario”. Ahora el Conde de la Vega del Sella ha interpuesto contra esta trabajadora un procedimiento de desahucio “con la única intención de deshacerse de ellos, como si fueran muebles usados”. La trabajadora, ya anciana, vive en una de las residencias del Conde junto a su cónyuge, calificado por la Consejería de Servicios Sociales como “dependiente Grado II”. Frente a estos hechos la central sindical ha convocado una concentración en la puerta del palacio donde reside dicho noble.


                         Palacio de los Condes de la Vega del Sella

La primera reacción que me produjo la noticia es que la “sociedad feudal” de nobles y plebeyos campa a sus anchas en nuestro país, concretamente en Llanes (Nueva), como si estuviéramos viviendo entre los siglos IX al XV. Si por algo se caracterizó dicha sociedad es segmentar a la población en dos grandes grupos sociales: señores y vasallos. Estas categorías, que se adquirían casi exclusivamente por nacimiento determinaban todos los ámbitos de la vida del individuo. Ante lo relatado por la noticia, uno tiene la sensación de que el Conde de la Vega del Sella sigue instalado en dicha época, pese a las leyes y ordenamiento jurídico que está en vigor manifiestan lo contrario. Quizás lo primero que cabe preguntarse ante los hechos descritos por la noticia es, ¿Como dos ciudadanos mayores se encuentran ante tal desamparo de la administración?, ¿Dónde están los inspectores de trabajo, Fiscalía, Consejería de Servicios Sociales del Principado o Defensor del Pueblo para recabar la información pertinente para combatir el presunto fraude laboral y situación de necesidad de dichos ciudadanos?

Dicen que en mayor o menor medida nadie escapa al mal, sea éste del tipo que fuere. Breve o duradero, leve o moderado, el mismo parecen acechar de continuo al individuo entre sombras, aguardando el momento oportuno para  abalanzarse  sobre  él y sacarle, cuanto menos, del  aparente estado de ataraxia o  de ilusoria felicidad en la que se encuentra. Principalmente hay dos tipos de males, los llamados, males naturales, que hacen referencia a catástrofes, terremotos, sequías e inundaciones, etc., y el llamado mal ético y moral que se infringe de manera consciente o inconsciente a otro ser vivo. La noticia menciona este último describiendo de forma cruda y descarnada el comportamiento de un miembro de la nobleza española. Existe un libro de Faustino Menéndez Pidal titulado “La nobleza en España: ideas, estructura, historia” https://bit.ly/3zTIzJY, que en la página 17 del mismo nos da una pincelada certera de lo que dichos individuos pertenecientes a ese club piensan sobre la desigualdad, “La desigualdad existe realmente, aunque algunos quieren persuadirnos de lo contrario, y no es “injusta”, como demuestra Julián Marías en un luminoso artículo”. Si a esta forma de pensar, añadimos la dificultad añadida que sufre uno de estos dos ciudadanos mencionados, GRADO II (dependencia severa), se considera que una persona tiene un grado de dependencia severa cuando necesita ayuda para varias actividades básicas de la vida diaria dos o tres veces al día, pero no requiere la presencia permanente de una persona cuidadora o tiene necesidades de apoyo extenso para su autonomía. Entonces, el comportamiento del Conde de la Vega del Sella que hace leña del árbol caído tiene poca justificación y retrata de forma nítida que tipo de individuo es.

El artículo 10.1 de la Constitución Española dice lo siguiente, ”la dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social”. Esperemos que lo dice la carta magna no sea un espejismo para algunas cuestiones y para otras como la relatada en la noticia pasen de rondón laminando al débil frente al fuerte… En un momento en que el vaso de la credibilidad de la ciudadanía no se encuentra precisamente muy lleno.

Ya dijo Cicerón: “Cuando mejor es uno, tanto más difícilmente llega a sospechar de la maldad de los otros”.

 

 

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