TERESA MALLADA, TRILERA CON LOS IMPUESTOS... AZUZA LA BRONCA POLÍTICA ANTE LA FALTA DE ARGUMENTOS

 

Estos días asistimos a un debate político que nos pone de manifiesto el timo de la política impositiva que defiende en este país la derecha política del PP con el impuesto de patrimonio. La política impositiva, siempre fue un elemento tentador para utilizar por algunos partidos políticos como acelerante con un único fin, capturar más voto en contiendas electorales a la vez que se deterioran los servicios públicos que existen en nuestro país.  Es curioso, pero a la vez revelador, que aquellas comunidades que peores servicios públicos tienen sean las que hayan emprendido esta carrera de forma enloquecida, es como en el cuento del tonto que coge un camino y llega al final, pero sigue caminando hasta caerse por el barranco. Hablamos de gobiernos como los de las comunidades de Madrid a la que se han sumado Andalucía, Murcia o Galicia. Todas tienen en denominador común, gobierna el PP y su “mantra” o credo es bajar impuestos de forma indiscriminada indistintamente de la situación por la que atraviesan los ciudadanos y la situación por la que atraviesa el país.


En la estupidez de las acciones emprendidas por dichos gobiernos regionales en materia impositiva, hay algo tan revelador que nos muestra hasta qué punto un patrón ideológico puede producir alteraciones sustanciales en la percepción de la realidad. Su concepción de la política impositiva está totalmente deformada por estereotipos que conducen a preferir mayor necesidad, siempre que esta venga acompañada de que los que más tienen se beneficien de aquellas políticas que se aplican a los menos pudientes con el fin de que puedan atravesar los momentos más difíciles de una crisis. Esta situación siempre es bienvenida si la misma empodera al individuo con respecto a la sociedad colectiva en la que vive. Se piensa y cree desde está ideología, que si el individuo domina su propio destino dentro de la sociedad en la que está integrada su vida, es libre de decidir si los servicios que percibe los necesita o puede prescindir de ellos. Ahí entramos en la carrera enloquecida de externalización de servicios que han emprendido desde dichas comunidades, el ejemplo de la sanidad o educación madrileña es un botón de muestra muy aleccionador https://cutt.ly/QVWw8nX Otra cosa es, que aquellas capas sociales que no alcanzan a decidir sobre si mismas al no tener los recursos económicos que garanticen el acceso a dichas prestaciones sociales puedan o no atravesar el desierto que impone la situación económica de un país en un momento difícil como el actual. Pero bueno esto para el PP es una cosa menor, sus intereses no van en esa dirección. Lo curioso y llamativo es que esas capas sociales son las que aportan un caudal de voto tan importante que deciden, que y quien, alcanza los gobiernos en nuestro país. De ahí que desde el PP, siempre se está vendiendo el caramelo envenado de la bajada de impuestos. 

Es conocido que existe una relación inmediata y directa entre la proximidad de unas elecciones y la subasta de ofertas en materia de impuestos; en todas las direcciones políticas, hacia la derecha como hacia la izquierda. Sucede prácticamente en todos los países democráticos, aquí, como de costumbre, de forma singularmente obscena y desprovista de cualquier atisbo de realidad. Los estereotipos son, la izquierda asa a impuestos a los ricos, la derecha promete bajadas de impuestos masivas. En ambos casos, estamos en el mundo de la fantasía política que nace de la gandulería intelectual que tenemos en la clase política. En la derecha, la dirección del PP parece convencida de que la política tendente a 'impuestos cero' es un surtidor de votos electores inagotable. En ese análisis se prescinde de territorios, coyunturas económicas o necesidades de financiación de servicios públicos y prestaciones esenciales en plena emergencia inflacionaria y energética, que coloca a millones de economías domésticas al borde del estado de necesidad. Abrir una carrera de reducciones fiscales entre las comunidades más pobres de España y la más rica de todas (Madrid), es una prueba evidente de que se trata más de una consigna partidaria y un señuelo electoral que de una medida pegada a la realidad de cada territorio. La relativa descentralización de las políticas fiscales que se otorgó a las comunidades autónomas se justifica por la diversidad de las condiciones socioeconómicas y no es, ni puede ser una palanca en la política tributaria que se convierta en un instrumento de diferenciación ideológica.

Si de verdad se quiere implantar una política fiscal seria y rigurosa, atáquese el fraude fiscal. El fraude fiscal en España, centrándose únicamente en los ingresos que consiguen escapar del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF), se agrava a medida que crece la riqueza de los contribuyentes. En consecuencia, la brecha recaudatoria en esta figura impositiva ronda los 7.000 millones de euros al año. En la gran mayoría de los tramos poblacionales analizados el cumplimiento tributario es casi pleno, ya que la inmensa mayoría de los contribuyentes ocultan una parte mínima de su renta, aproximadamente el 3%. El fraude, sin embargo, va aumentando según lo hace el patrimonio, llegando al 13% de ingresos no declarados en el IRPF en el 0,4% más rico y a un máximo del 23% en el caso del 0,1% más acaudalado de la población. Al otro lado, el 10% más pobre ocultaría en torno al 8% de su renta, una cifra similar a la que deja de declarar el 5% mejor posicionado https://cutt.ly/2VWpAEb

                                       Fuente: Fundación la Caixa

De este tema el PP corre un tupido velo, quizás no sea su inquietud y preocupación puesto que sus planteamientos económicos están alineados con la famosa frase de Adam Smith, “no hay nada malo con que cada persona busque su interés individual”. Lo curioso del tema, es que el celebre economista haya sido utilizado de forma perversa por algunos políticos de nuestro tiempo con acciones que van en contra de su pensamiento, ya que Adam Smith distinguió entre interés propio y la avaricia. Smith defendía el interés propio entendido en su conjunto (teniendo en cuenta todas las implicaciones). Según Smith, está en nuestro interés vivir en un estado de derecho donde se respetan los derechos de los ciudadanos y la ley. Hoy, sin embargo, nos encontramos con políticos de la derecha que solo le mencionan por la “mano invisible del mercado” (el mercado todo lo arregla), sin embargo, no era eso lo que decía Adam Smith https://cutt.ly/wVWsSaV

En Asturias tenemos una situación de desgracia con la derecha que representa al electorado de dicha ideología, han hecho bandera de la bajada de impuestos de forma torticera como en otras comunidades donde gobiernan  https://cutt.ly/wVWf6H1 Inmersos en esa realidad virtual en que han convertido la política, carecen de propuestas que garanticen que Asturias pueda seguir siendo la comunidad que más invierte en sanidad de nuestro país por persona como puso de manifiesto la Contabilidad Nacional https://cutt.ly/BVQ6xoC,  a la vez que implantan una política tributaria que derrumbe los servicios públicos al detraer recursos de la misma. La barra libre de bajar impuestos, como dije anteriormente no puede ser para todas las clases sociales indistintamente del nivel de renta que atesoran. La misma tiene que ser selectiva, favoreciendo a las clases sociales más desfavorecidas, pero eso no es lo que piensa el PP asturiano. Para Teresa Mallada, los cuatro ejes para gobernar Asturias pasan por "más empleo, menos impuestos, menos burocracia y más formación" para sacar adelante la comunidad "con ilusión", siguiendo el modelo de Juanma Moreno en Andalucía. El modelo que defiende Teresa Mallada, Andalucía, en sanidad invierte 1.365 euros/persona (-29,74%) menos que Asturias, Castilla-León 1.816 euros/persona (-6,53%), Galicia 1.703 euros/persona (-12,35%), Murcia 1.437 euros/persona (-26,04%), Madrid 1.207 euros/persona (-37,87%). Con estas métricas, la ciudadanía asturiana tiene que hacerse una idea clara y concisa lo que defiende Teresa Mallada y su partido, PP, allí donde gobierna. Estas métricas facilitadas por la Contabilidad Nacional, no son las que le interesa publicitar e informar al PP ni a Teresa Mallada, son argumentos sólidos que desnudan una realidad cruda y descarnada de lo que representan allí donde gobiernan. Cuando esto sucede y se ve desnuda ante la realidad, opta como el vicepresidente de Castilla-León por la bronca y la falta de modales que debe presidir la política para convertir el debate político en un mercado de una rula. Ayer se vivió en la Junta General un episodio de dicha acción por Teresa Mallada faltando a la cortesía parlamentaria con Ángela Vallina. Lo que este incidente pone de manifiesto, es que su estrella se está apagando a pasos agigantados en la política asturiana, pactos contra natura como el que mantiene en Llanes con un partido “tribu”, VecinosxLlanes y una falta de propuestas generalizada allí donde gobierna han llevado el barco que encabeza a escorar en el electorado asturiano. 

Para terminar el post, quiero decir que nadie regala los duros a peseta, en política menos, ya que las ataduras y deudas que tienen algunos políticos los hace rehenes de su destino. En la derecha es quizás donde se produce esa situación, por lo tanto… La buena fe que algunos pregonan queda completamente desautorizada cuando sus hechos desmienten sus palabras.

Ya lo dijo Buda: “Como flores hermosas, con color, pero sin aroma, son las dulces palabras para el que no obra de acuerdo con ellas”.

 

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