AYUNTAMIENTO DE LLANES, ENTRE TRILEROS ANDA LA POLÍTICA LLANISCA

 

El voluntarismo es un término que proviene del latín, “voluntas” (voluntad). El voluntarismo es una de las tendencias idealistas subjetivas en filosofía que niega la existencia de leyes objetivas y necesarias en la naturaleza y en la sociedad, atribuyendo el valor decisivo, primario, a la voluntad. Los representantes del voluntarismo son los filósofos Schopenhauer, Nietzsche, Hartmann entre otros. Las fuentes de esta tendencia emanan del profundo medioevo; las hallamos en las doctrinas de los padres de la iglesia: San Agustín (354-430), que consideraba la fuerza de la voluntad como el fundamento de la persona y que unió esta teoría con la doctrina de la predestinación divina; el conocido escolástico de la Edad Media, Duns Escoto, que reconocía abiertamente la primacía de la voluntad sobre la razón, de la casualidad sobre la necesidad, y veía en la voluntad activa el fundamento, y el objetivo de la perfección humana y la dependencia del hombre respecto a la voluntad divina.

Ayer en la fiesta socialista de la “Portilla” en Llanes, asistimos a ese voluntarismo lelo por parte del secretario general de los socialistas asturianos, Adrián Barbón, con respecto a Enrique Riestra y Antonio Trevín. Digo esto, porque pensar que algo va a cambiar en una persona, Enrique Riestra, que se pasa la ley por el forro como tenemos acreditado los llaniscos porque acceda a reunirse, es no entender nada. Si lo hace como jugada política para quitarle el argumento al sátrapa político que hoy ocupa la alcaldía llanisca y facilitar que la “vieja política” (Trevín) pueda llegar mejor a la alcaldía, es regalar un caramelo envenenado a los llaniscos. Enrique Riestra, puede pensar que la reunión con Barbón es una victoria para su “tribu”, ahora, pensar que va a conseguir todas las reclamaciones que diariamente nos recita a los llaniscos como un loro a ocho meses de las elecciones, es soñar con el paraíso como los yihadistas. Lo que hay que mirar en todo este teatro político en que han convertido el municipio llanisco es, ¿Quién gana y quién pierde con esta situación?

                                           Fuente: El Comercio

Para empezar, diremos que la puesta en escena realizada ayer por Barbón para cerrar filas con el candidato socialista, forma parte de ese “voluntarismo” que niega la existencia de leyes objetivas atribuyendo el valor decisivo a la voluntad. La conclusión que extrapola con dicho planteamiento es que, ante un mal mayor, como es el candidato Trevín, soltó un argumentario conocido por la ciudadanía llanisca de que quien hoy ocupa la alcaldía, Enrique Riestra, es un paria de político. Nada nuevo que no sepamos los ciudadanos que vivimos en Llanes, sus únicos apoyos son los tránsfugas o el PP de Teresa Mallada.  Pero hay que pensar más allá de dicha situación, Enrique Riestra está encantado con ese papel de político charlatán y engañabobos que ejerce, porque con el trata de tapar todas las miserias de su gestión política a la vez que le permite seguir cobrando del erario público todos los meses la nómina que percibe. Mientras esa situación no se revierta, los llaniscos estarán condenados a sufrir las consecuencias de políticos de “medio pelo”. La gran oportunidad que tenía Barbón y que ha tirado por la borda, era la de buscar un consenso dentro de su partido en Llanes buscando que sé desterrara la “vieja política” que nos invade y diera paso a nuevas personas que, desde principios éticos y comportamientos ejemplares, sin mácula pasada, pudieran combatir el azote de podredumbre que hoy habita en Llanes en el gobierno municipal. No lo ha hecho, sus motivos tendrán, que pueden ser de partido, de comodidad, de complacencia, etc. Lo que si ha quedado claro es que el problema en Llanes con lo que él apoya no se acaba, se perpetúa. Está muy bien decir ante el público afín como el que estaba en la fiesta de la “Portilla” que Llanes es un concejo “desdejao” como decía su abuelo. Pero yo como ciudadano ajeno a la política entiendo, que usted como presidente y secretario general del PSOE en Asturias, debe ir más allá de buscar en la voluntariedad de Trevín que esa situación se revierta y cambie.

He de decir que la batalla del relato la ha perdido Barbón por los hechos acaecidos, no es que la haya ganado Enrique Riestra, sino que ha quedado acreditado que ambos Trevín y Riestra están encantados de poder dirimir esta batalla sin tener a nadie en contra que se presente sin mácula política. Entre “galipote” político, los dos candidatos a la alcaldía llanisca, Riestra y Trevín, se entienden muy bien y Barbón se ha puesto de perfil, la situación más cómoda a sus intereses.

El perdedor con toda esta historia es uno, el ciudadano que reside en Llanes. Con un arco político lleno de “galipote” político como el que hoy asola Llanes, no hay mucho donde escoger de momento. Esperemos que en estos ocho meses que faltan para las elecciones del 28 de mayo del año que viene, surja algo que pueda dar a los llaniscos la opción de evitar la perversa situación que hoy nos sacude en la política municipal. Lo que tenemos que pensar como ciudadanos vistos lo sucedido ayer, es que algunos políticos en Llanes y Asturias anteponen sus intereses a los problemas que nos perjudican como ayer quedó acreditado… En cierto modo nos quieren convencer con malos libros.

Ya lo dijo Rene Descartes: “Los malos libros provocan malas costumbres y las malas costumbres provocan buenos libros”.

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