Hoy podemos leer la noticia del discurso que lanzó ayer la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón Entrialgo, a los empresarios congregados en el Club de Regatas de Gijón con motivo de la entrega del premio “Álvarez Margaride" al empresario mexicano, José Antonio Fernández Carbajal. En el discurso, la alcaldesa fue muy explicita con los empresarios, “Os necesitamos”. “Gijón necesita abordar con urgencia su futuro, definir la ciudad que quiere ser y aprovechar los próximos cuatro años para sentar las bases y acometer su desarrollo en las próximas décadas. Un futuro que debe tener como eje principal la recuperación de nuestra ciudad como un motor económico que la devuelva a los puestos de referencia que durante años ostentó para orgullo de todos los asturianos”. Dijo, “este equipo de gobierno que tengo el honor de liderar entiende como uno de los ejes principales para este mandato la recuperación del dinamismo económico para que Gijón sea una ciudad atractiva, ágil y, sobre todo, una ciudad que deje de perder inversiones y pase a ser una firme receptora de las mismas”. Y remató enumerando los proyectos vitales para la ciudad como, la Milla del Conocimiento, los terrenos de Naval Gijón, Tabacalera y Cimadevilla y el paseo del Muro de San Lorenzo. “Gijón debe posicionarse no solo en su presente, sino, también en su futuro. La inversión propia y externa necesita certidumbre, si, pero también expectativa. Lo digo hoy ante ustedes: no entiendo estos proyectos como reto, sino como una necesidad. La de esta ciudad por ser valiente”, concluyó Moriyón.
Las palabras se las lleva el viento, los hechos son los que permanecen. Es sencillo hablar con frases grandilocuentes o incluso intentar buscar el éxito desde un puesto de responsabilidad, sin embargo, estas cuestiones fáciles chocan con un muro de hormigón armado cuando el mismo no depende de uno mismo, sino que está condicionado por otras administraciones, entidades o personas. Si tenemos en cuenta que cuando uno persigue una meta desde un ayuntamiento, lo primero que debe hacer es transmitir un mensaje de solidez respaldado por unos principios, con el fin de transmitir una credibilidad que consiga movilizar la voluntad de aquellos a los que necesita, como pueden ser gobierno autonómico, del Estado u otras administraciones, esto choca con una realidad poliédrica en el gobierno constituido en el Ayuntamiento de Gijón de, Foro, PP y Vox. Esta realidad se ha armado tras pactar con un partido antisistema de la ultraderecha, que vulnera los derechos individuales de los ciudadanos como recoge en su programa electoral a través de un mensaje de odio como manifiestan sus responsables https://tinyurl.com/y3ukj7rd Esta es la tarjeta de presentación de la alcaldesa Moriyón, cada vez que se dirija a una Administración o un ciudadano. Su gobierno está constituido con miembros políticos que luchan denodadamente en socavar la convivencia que nos dimos en la Constitución de 1978. Este es un hecho que no se puede esconder ni obviar, por lo tanto, este factor será un grave hándicap en la consecución de los objetivos que ayer desgranó ante el empresariado la alcaldesa Moriyón.
El orden que imponen las políticas de austeridad neoliberal que abandera la ultraderecha, más allá de los recortes y privatizaciones que conllevan, son la “imposición para un 80% de la población europea de un férreo imaginario de la escasez”. Un “no hay suficiente para todos” generalizado, que fomenta esos mecanismos de exclusión que concentran la tensión latente entre el estatuto de ciudadanía y la identidad nacional. De esta forma, se consigue que el malestar social y la polarización política provocadas por las políticas de escasez se canalicen a través de su eslabón más débil (el migrante, el extranjero o simplemente el “otro”) eximiendo así a las élites políticas y económicas, responsables reales del expolio. Porque si “no hay para todos”, entonces sobra gente, es decir “no cabemos todos”. La delgada línea que conecta el imaginario de la austeridad con el de la exclusión. De esta forma se va pasando de la acusadora visibilidad de la mendicidad errante a la tranquila invisibilidad de la pobreza encerrada y de atender la pobreza desde la extensión del Estado social a combatirla desde la profundización de un Estado policial que estigmatiza y criminaliza a las personas empobrecidas. Ante la falta de voluntad de solucionar la inseguridad derivada de las políticas de ajuste y austeridad, de la precarización del mercado laboral y de la pérdida de derechos y prestaciones sociales, y buscando apartar ese dedo que señala al sistema que la provoca y a las políticas públicas que no la solucionan, se opta por estigmatizar fenómenos como la migración o la pobreza.
“Quiero que hablen todos los días de racismo: si la
izquierda está centrada en cuestiones de raza e identidad y nosotros en el nacionalismo
económico, aplastaremos a los Demócratas”. Esa fue la confesión de Steve Bannon al
periodista Robert Kuttner de American Prospect en medio de la
campaña a las presidenciales de su jefe en aquel entonces, Donald Trump.
Este es un buen resumen de lo que pretende económicamente la ultraderecha, hablar
del “inmigrante que te quita el trabajo” mientras abrazas
los postulados de la patronal sobre el libre despido, aparentar un falso
proteccionismo al mismo tiempo que te reúnes con fondos de inversión
extranjeros para asegurarles un campo abierto y sin barreras en caso de ganar
las elecciones, proponer bajadas de impuestos que afectan en mayor medida a las
rentas altas y demonizar el gasto público al mismo tiempo que promueves la
sanidad, educación y pensiones privadas. Y el anzuelo no se le lanza
solo a la izquierda, como dice Bannon, sino a los votantes de todo tipo.
Discursos de
odio en los mítines y medidas neoliberales en sus programas de todos los
partidos de extrema derecha en Europa. Ese podría ser un resumen rápido del
informe El programa económico antisocial de la
nueva derecha europea, realizado por el periodista Ángel Ferrero
y el economista y miembro del seminario TAIFA Iván Gordillo, en el que han
analizado los programas económicos de diez partidos europeos con representación
parlamentaria: Agrupación Nacional (Francia), la Liga (Italia), el Partido de
la Libertad de Austria, Alternativa para Alemania, Interés Flamenco (Bélgica),
Fratelli d’Italia, Demócratas de Suecia, Ley y Justicia (Polonia), Fidesz
(Hungría) y Vox. La fiscalidad es uno de los principales campos de batalla del
neoliberalismo y la extrema derecha está claramente en su bando. Los programas
analizados promueven bajadas de impuestos pero, al contrario de lo que se suele
escuchar en sus mítines, no son a la clase obrera, sino a los empresarios y
rentas altas. El análisis muestra como todos los partidos plantean sistemas
fiscales más regresivos, como el tipo fijo sobre la renta (15% de La Liga, 16%
de Fidesz o 20% Vox), que favorece claramente a las rentas altas y se
carga de un plumazo la progresividad de los sistemas tributarios. Para las
empresas, todo facilidades. La extrema derecha húngara, de hecho, ha
convertido el país en un paraíso fiscal rebajando el Impuesto de Sociedades al
9%. La extrema derecha polaca va por la misma vía. Los dos partidos italianos
promueven medidas que benefician directamente a los evasores de impuestos, como
amnistías fiscales o suprimir el límite de uso de efectivo.
¿Son estos los mimbres con los que Carmen Moriyón piensa tejer el desarrollo económico que necesita Gijón? Cualquier administración como es la del Ayuntamiento de Gijón, tiene vasos comunicantes con otras administraciones, máxime si depende de ellas vía presupuestos o legislativamente, como sucede al ámbito municipal donde multitud de competencias están en el gobierno regional. El presupuesto del Ayuntamiento de Gijón alcanza los 247 millones de euros aproximadamente, sin embargo, el Principado de Asturias tiene un presupuesto para este año es de 5.698 millones de euros. Por lo tanto, muchos de los proyectos y obras que relató en él Club de Regatas de Gijón se tendrán que financiar en parte con fondos del gobierno autonómico. ¿Piensa, Carmen Moriyón, que la acción realizada para ser regidora echándose en brazos de Vox no tendrá coste cuando el damnificado es el partido que gobierna a nivel autonómico?, ¿O hará como el gobierno municipal del “pesebre” de Llanes, que ante la incapacidad manifiesta al carecer de dichos fondos autonómicos se refugia echando la culpa de su incapacidad al gobierno regional? No quiero pensar si a la vez el gobierno del Estado coincide con el gobierno autonómico, el desastre está servido para el gobierno tripartito de Moriyón.
De la buena voluntad política de Carmen Moriyón no tengo porque dudar, sin embargo, tengo serias dudas de aquellos que apostaron por entrar en el “momio” con compañeros de viaje como los que representan a Vox, hablo de los negociadores de dicho acuerdo, Jesús Martínez Salvador y Jaime Fernandez-Paíno. La buena voluntad de Carmen Moriyón, no la exculpa de tener que luchar contra la cruda realidad que supone, que en su interlocución presente el estigma de anidar en su gobierno… Lo más perverso de la democracia.
Ya lo dijo Thomas Hobbes: “El hombre es un lobo para el hombre”.
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