CARMEN MORIYÓN ENTRIALGO... EN POLÍTICA NO VALE TODO

 

Se dice que los cirujanos tienen que tener capacidad de comunicación a la hora de ejercer su profesión; deben ser capaces de escuchar a los pacientes y de explicarles las cosas con claridad. Es importante que manifieste una actitud tranquila y cordial para tranquilizar a los pacientes, el fin ultimo es superar un problema concerniente a su situación personal. Hoy leo con interés una entrevista de la nueva alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón Entrialgo, que va radicalmente en contra, no solo de lo que es la vida  política en nuestro país, es la falta de principios. Para los filósofos griegos el principio era visto cómo una expresión de la necesidad o de la ley de los fenómenos. En el sentido lógico, el principio es un concepto central, el fundamento de un sistema, concepto y fundamento que constituyen una generalización y la aplicación de algún principio a todos los fenómenos que se producen en la esfera de la que ha sido abstraído el principio dado. Por principio de acción, verbigracia, se sobreentiende que es la norma ética que caracteriza las relaciones de los individuos en la sociedad. El 17 de mayo los principios de la práctica política de Carmen Moriyón volaron por los aires, su acción política salto esa norma básica (principio) que cualquier ciudadano espera de un político que quiere servir a su comunidad, al meter en el gobierno municipal a una parte política que es letal para la sociedad allí donde gobierna. Leo hoy en la entrevista que la alcaldesa Moriyón nos dice a los asturianos que su apreciación política le condicionó a la hora de elegir entre, servir a los gijoneses controlando y marcando el paso a un gobierno en minoría (PSOE) o subirse al gobierno municipal con unos aliados que son tóxicos para las sociedades allí donde gobiernan, eligió encamarse con la ultraderecha y ponerse al frente del gobierno municipal. 

 Carmen Moriyón y sus negociadores con los negociadores de Vox

La primera cuestión que denota esa atrofia política que nos manifiesta en la entrevista viene de la afirmación que hace, “la alternativa al tripartito era un gobierno en minoría y una ciudad paralizada”. Lo que le manifiesto a dicha afirmación es que su apreciación no es correcta, lo primero porque había más opciones a parte meter a la ultraderecha en el gobierno municipal. Las mismas pasaban por guardar una coherencia colaborando y fiscalizando a un gobierno del PSOE que viene de cuatro años de sectarismo con su última alcaldesa, Ana González. Esta opción no le parecía correcta y para justificar lo que hizo nos dice lo siguiente, “Es un auténtico escándalo que Floro tilde de pacto de la vergüenza un acuerdo de tres fuerzas legítimas del que ha salido un gobierno legítimo”. Yo no voy a decir lo que dijo "Floro" con respecto a que su gobierno sea ilegitimo, en eso llevan embarcados cinco años sus aliados (PP y Vox) con respecto al gobierno de Pedro Sánchez, pese a ganar las elecciones democráticamente desde entonces.  Lo que si le voy a manifestar es que la legitimidad no da derecho a todo, le pongo un ejemplo para que lo entienda, en 1932 Hilter ganó las elecciones en Alemania de forma democrática, El 30 de enero de 1933 llegó el momento. Von Hindenburg cedió y nombró canciller a Hitler. “Parece un sueño: la Wilhelmstraße es nuestra", escribe el más tarde el ministro de propaganda Joseph Goebbels en su diario. Hitler no fue elegido por el pueblo alemán, pero sí llego al poder en forma legítima https://tinyurl.com/5bd5866u Lo que trajo después su elección democrática es conocido por todo el mundo, para eso están los archivos históricos.

En la cuestión de la legitimidad política a la que se agarra la alcaldesa Moriyón, hay que recordarle que la misma no viene solo de ganar unas elecciones de forma democrática, la misma se ampara en el derecho a la información que tienen los ciudadanos de conocer los detalles de lo que pretende realizar cualquier político, validando sus planteamientos y aceptando las consecuencias de los mismos. Esto es precisamente lo que no hizo Moriyón, escondió que iba a pactar con Vox, Con ello consiguió encaramarse a la alcaldía de Gijón, no siendo el partido más votado, asegurándose ella y sus acompañantes el control del poder municipal. Ahora en la entrevista que hoy se publica, nos maquilla a los ciudadanos esa realidad y nos dice que su acción se hizo para conseguir la integración de todos los individuos en la comunidad y de crear la “ciudad perfecta” de la que hablaba Aristóteles, nada más lejos de la realidad. Su voluntad está sometida a lo que digan 40.000 personas que la votaron, cierto. Siempre que los mismos sean conocedores de lo que va hacer después de votarla, pero es que en el caso suyo sus acuerdos con Vox fueron ocultados por lo que construir un relato sobre algo que oculto resulta cuando menos zafio a la comprensión de los ciudadanos que no se les informó y se encuentran con dicha realidad. Lo chocante de esta realidad sucedida es que encima pretenda tomar el pelo a la ciudadanía afirmando que esto es un proceso democrático que tiene unas fases. “Y hoy le digo a la ciudadanía que tengo principios y muy firmes, pero mi palabra no estará por encima de la voluntad de 73.000 gijoneses”. Su palabra no vale nada, desde el mismo momento que ocultó y realizó un movimiento político que colisiona con el derecho al conocimiento que tienen los ciudadanos cuando deciden sobre su futuro en cualquier votación. No hace ningún favor a la democracia manteniendo su actitud de “sostenedla y no enmendalla” con respecto a su error político, muy al contrario, nos demuestra a los ciudadanos que la célebre frase de Groucho Marx, "éstos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros", es aplicable a su persona.

Me molesta como ciudadano que hable y reitere que usted representa a un gobierno de “centroderecha”, cuando sus aliados son cualquier cosa menos una derecha civilizada. Uno en política se tiene que comer “sapos”, a veces inmerecidos, pero cuando lo hace por su propio interés, resulta ultrajante que quiera engañar a los ciudadanos. Le recalco de forma contundente que las urnas no legitiman cualquier cosa, ¿acaso Hitler estaba legitimado por su victoria en las urnas para realizar lo que hizo en la Alemania nazi en 1932? Reprocha a los socialistas de Gijón, que han sido y son actores de la polarización que vive el municipio, hay una parte de ese argumento que sé lo compro desde el mismo momento en que la anterior alcaldesa se paso por el forro el sentir de la sociedad gijonesa en multitud de cuestiones. Sin embargo, su pacto con la ultraderecha ahonda más dicha polarización al integrar en el gobierno a un actor, Vox, que viene con una doctrina que atenta contra los derechos individuales del ciudadano, eso no se puede omitir ni se puede ocultar como intenta pasar por alto pese a los antecedentes que abanderan allí donde gobernaron, como ha sido en Castilla-León. Nos dice que usted va a “parar” esa polarización con los aliados con los que se ha “encamado”, usted no entiende nada de lo que es la ultraderecha. Lo dije y se lo repito porque veo que no ha entendido de que se retroalimentan dichos partidos. La ultraderecha no viene a gestionar los cuartos del Ayuntamiento, que también a la hora de cobrar son como el PP quieren vivir del “momio” como usted llama a los vividores de la política, la ultraderecha viene a adoctrinar e implantar el pensamiento único en la sociedad, para ello su acción política se centra en aquellas áreas donde el adoctrinamiento genera mayor polémica en la ciudadanía, por ejemplo; en la identidad nacional, la familia, escepticismo hacia la Unión Europea (UE), el rechazo a la inmigración, reticencia a defender el cambio climático, políticas contra el feminismo y los derechos LGTBI, políticas contra la inmigración, etc.

Afirma la alcaldesa Moriyón que en la firma del pacto con la ultraderecha “no hay nada oscuro”, desconozco si hay algo oscuro, yo más bien me inclino a pensar que está todo claro, es la renuncia a su ideario como recogen los estatutos de su partido en el artículo 2 donde dice lo siguiente, “Para la consecución de sus fines, Foro Asturias establece como eje vertebrador de su actividad política el reformismo, que se define como el equilibrio permanente entre tradición y progreso, entre orden y cambio, entre conformismo y extremismo”, ¿acaso la firma del acuerdo con Vox no es echarse en brazos de dicho extremismo del que repudia sus estatutos? https://tinyurl.com/3nt5fdk9 Gijón pedía un gobierno integrador, amable con el ciudadano después de cuatro años de gobierno socialista, sordo y ciego al sentir de la ciudadanía. Se ha encontrado con un nuevo gobierno extremista, al cual Carmen Moriyón bendice como mano de santo diciendo a los gijoneses que en su mano está domesticar al “tigre político” que ella ha elegido para dirigir los designios de dicha ciudad. Nos dice que no hacer esto sería embarcar a Gijón en un gobierno a la deriva, ¿acaso existe mayor deriva que integrar el integrismo de Vox en el gobierno municipal?

Le dije hace dos días en un post que escribí sobre los sucedido en el pleno de investidura, usted pagaría un doble precio por dicha situación de pacto con la ultraderecha, uno personal y otro público. En el personal no tengo nada que decir, de lo suyo gasta https://tinyurl.com/8veu6hk Otra cosa es del precio público, ahí si tengo que decir como ciudadano, ya que ese pago no lo realiza legitimada al ocultar y esconder a la ciudadanía gijonesa lo que ha hecho a posteriori. La leo y observo que olvida un matiz importante para el devenir de su acción de gobierno y de las necesidades de los gijoneses. Es el hecho de que su tarjeta de presentación ante el gobierno regional, si se conforma hacia la izquierda, será nula con la tarjeta que trae debajo del brazo de abanderada de la ultraderecha. Esto se agravará más todavía si el 23 de julio sus coaligados, PP y Vox, no consiguen el gobierno de la nación. Esto lo ha pasado por alto y no entraba en su visión y necesidades de los gijoneses más allá de lo que ha manifestado como opción y necesidades suyas de alcanzar la alcaldía. Parece que solo entraba gobernar aunque no tuviese interlocución con otras administraciones que tienen mayor musculo financiero para abordar los problemas y necesidades de Gijón. Toda esa beligerancia que manifiesta que tendrá con otras administraciones de rango superior con por ejemplo el Plan de Vías, como son la del Estado o autonómica, serán baldías y solo servirá para poner de manifiesto su error de cálculo con la llegada a la alcaldía por la puerta de atrás. Me recuerda lo que sucede en Llanes con el gobierno municipal del “pesebre”, pésima gestión y culpabilización de su incapacidad a otras administraciones como es la del Principado ante la incapacidad económica que tiene dicha administración.

No quiero terminar el post sin hacer mención al PSOE de Gijón y su pésima gestión de los intereses de los gijoneses, que han derivado en que la ultraderecha se haya encaramado al gobierno municipal. Su secretario general, “Monchu”, está tardando en presentar su dimisión por el resultado de su pésima gestión de la agrupación de Gijón. El enemigo estaba en casa con la actual alcaldesa como manifesté hace tiempo en diversos post en el blog, su sectarismo y autoritarismo fue un lastre que no se combatió hasta el momento de elegir candidato en primarias, ocasionando un caldo de cultivo que fue aprovechado por la ultraderecha (Vox) y la derecha extrema (PP). En la política en general, estamos viendo un fenómeno que no nos tenemos que resignar al mismo por lo tóxico y perjudicial que es para la ciudadanía, son los tipos de personas que vienen a la política. Estos los hay de tres clases: los tontos con iniciativa, los espabilados y los que vienen a servir a la ciudadanía. De los últimos leída la entrevista hoy a Carmen Moriyón, no veo muchos dentro de sus asesores y aliados políticos, veo muchos de los dos primeros tipos. Lo chocante y sorprendente de la situación de Carmen Moriyón en política, es que sin tener ningún tipo de necesidad que propicie este tipo de situaciones políticas como es el hecho de meter al “diablo” en el gobierno de Gijón, haya primero dado el paso lesivo para agraviar a los gijoneses y segundo puesto su reputación y prestigio al servicio de dicha causa… Quizás los “lumbreras” que le susurran al oído asesorándole tienen mucho más motivo para incrustarse en la política que la cirujano Moriyón, también hay que decir por si lo desconoce, que serán los primeros en abandonar el barco cuando el agua empiece a entrar como sucede con las ratas.

Carmen Moriyón, no ha antepuesto el principio de comunicación de un cirujano como escribí al comienzo del post, “ser capaces de escuchar a los pacientes y de explicarles las cosas con claridad” … La transparencia en su acción política hasta la fecha de la toma de posesión ha sido nula, en política para llegar al poder… NO VALE TODO.

Ya lo dijo Confucio: “No pretendas apagar con fuego un incendio, ni remediar con agua una inundación”.

 

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