El 26 de noviembre un diario nacional nos informaba de que la Marea Blanca convocó en defensa de la sanidad pública una manifestación que congregó a 4.000 manifestantes en Sevilla con réplicas más pequeñas en otras capitales de la comunidad. El miércoles habrá una protesta de médicos, que anuncian huelga para enero. Dicha protesta, busca agitar Andalucía con el malestar que existe sobre el sistema sanitario público en todo el país y que tuvo en la marcha de Madrid, el pasado 13 de noviembre, su mayor exponente. Las fuerzas convocantes van desde los sindicatos de clase (UGT y CCOO) a otros sectoriales como Ustea, así como el PSOE, IU, Podemos, Adelante Andalucía y Más País, pero el grueso de la marcha se ha compuesto de plataformas municipales de distintos pueblos de la provincia de Sevilla. Muchos de ellos llevaban pancartas reclamando mejoras en sus centros de salud y más dotación de personal en localidades como Martín de la Jara o Lora de Estepa. Si bien existía cierto temor entre las fuerzas convocantes a que se produjera un fracaso por la expectativa de generar una marcha masiva similar a la de Madrid, sin embargo, la afluencia ha superado las previsiones en la protesta de capital, que ha recorrido el centro de la ciudad y ha finalizado en la plaza de la Encarnación que albergó las acampadas del 15-M sevillano. La izquierda saca así músculo contra la gestión sanitaria de Juanma Moreno, a quien acusan de favorecer a la sanidad privada en un momento en el que los profesionales sanitarios comienzan a plantear en Andalucía una huelga como la que se vive en la capital. En las protestas de este sábado no están los sindicatos profesionales, como Satse o el Sindicato Médico Andaluz, pero este último ha convocado una serie de protestas que comenzarán este miércoles en Málaga y continuarán a las puertas de San Telmo el 16 de diciembre. Si en enero no sea atienen sus peticiones sobre la limitación de pacientes diarios, los facultativos plantean ya un paro en la Atención Primaria en un momento crítico, ya que se trata de una época de alta frecuentación por la alta incidencia de virus respiratorios. En la Junta existe preocupación porque el descontento que se hizo notar en Madrid se contagie en Andalucía. Son conscientes de que una sensación de malestar que acabe llegando a la ciudadanía es un problema para un Gobierno, como le está ocurriendo a Isabel Díaz Ayuso. Por eso Juanma Moreno se reunió con los sindicatos y la patronal y abordó el problema de la falta de médicos. En zonas como la Sierra Sur de Sevilla o en ciudades medias como Lebrija, de donde ha salido un nutrido grupo de manifestantes, esta situación es aún más grave, ya que se consideran zonas de difícil cobertura y el Gobierno autonómico tiene más dificultad para captar profesionales. La Consejería de Salud y Consumo está ahora mismo negociando la renovación de los 12.000 profesionales sanitarios que entraron en la plantilla del SAS como refuerzo Covid-19, contratos finalizan el 31 de diciembre. La intención del SAS es mantenerlos a todos, la duda es cómo y hasta cuando, mientras que los sindicatos piden que se conviertan en empleados estructurales para paliar las carencias del sistema https://cutt.ly/d1lMSNk
El mismo día en que se publicó dicha noticia, el secretario del Colegio de Médicos de Pontevedra ha roto relaciones con el Gobierno gallego del PP, califica de “desastre” la situación en la sanidad pública y dice que los profesionales están “muy quemados” y con una carga de trabajo que los lleva a ver más de 70 pacientes en una jornada. Entre los argumentos habituales del Ejecutivo autonómico gallego que el secretario general de la entidad colegial, Jorge Nogueira, contradice están el de que la Xunta se ha quedado sin margen de maniobra y que las medidas para aumentar el número de médicos dependen del Gobierno central. Un factor del mal estado de la sanidad gallega viene determinado por el hecho de que llevan invirtiendo lo mismo en los últimos diez años. Si a esta situación añadimos, que las competencias sanitarias están en poder del gobierno gallego desde hace 30 años y que todos los años quedan plazas de MIR vacantes en Galicia y casi todas son de medicina familiar y comunitaria, la foto no puede ser más ilustrativa de lo que está sucediendo. Los médicos no quieren venir a Galicia a hacer medicina familiar y comunitaria dependiendo de los sitios donde les toque. Si aumentan las plazas desde Madrid, quedarán más libres. Y, si suben las plazas lo que no tienen son tutores para formarlos. Todo esto se ve agravado por un mercado laboral donde las contrataciones son un elemento disuasorio para los médicos, hay colegiados que llevan tres o cuatro años con contratos mes a mes. Hay médicos de urgencias que han pasado tres o cuatro años con contratos mes a mes. Más del 40% del personal sanitario que acaba la residencia en Galicia no se queda. Cada residente, la formación tiene un coste de unos 300.000 euros, que invierte el gobierno gallego para que luego se marchen https://cutt.ly/m1l9vMW
En la sanidad murciana gobernada por el PP, el 17 de noviembre se publicaba en la prensa que los médicos de Atención Primaria harán paros y se manifestarán para evidenciar el “colapso” y la “preocupante situación” que sufren en los centros de salud y consultorios. Así lo decidieron en una asamblea informativa convocada por el Sindicato Médico Cesm, celebrada en la sede del Colegio de Médicos de la región, y que reunió a centenares de estos profesionales sanitarios en un abarrotado salón. Los médicos murcianos acordaron realizar concentraciones en sus centros de trabajo todos los jueves a las nueve de la mañana y celebrar una gran manifestación el próximo 18 de diciembre por las calles de Murcia, en la que están llamados a participar todos los médicos y ciudadanos de la Región “para defender la sanidad pública”. Asimismo, planea sobre el aire la posibilidad de que haya una “huelga indefinida que se podría convocar a partir del 7 de enero” si no se alcanza antes un acuerdo con el Gobierno regional para mejorar sus condiciones laborales. También están previstas concentraciones en edificios como el Palacio de San Esteban o la Asamblea Regional de Murcia. https://cutt.ly/61l8Yjs Lo grave e irónico del tema es que La Consejería de Salud es "consciente" de la situación que atraviesan los profesionales de la Atención Primaria de la Región de Murcia y confía en poder calmar los ánimos entre los médicos. El consejero Juan José Pedreño ha reconocido que el sector "necesita un cambio" para "adaptarse a los nuevos tiempos". https://cutt.ly/s1l85sY
Fuente: Cuentas Nacionales https://cutt.ly/i1zqX74
La inversión estimada por la Comunidad de Madrid en Sanidad para el año 2023 supondrá el 38% total del gasto, el porcentaje presupuestado es el más bajo de los últimos años. De este modo, Sanidad vuelve a perder un año más peso en las cuentas madrileñas, una disminución que viene produciéndose desde 2015, cuando el gasto en sanidad ascendió al 45,16% de las cuentas. En 2016, cayó hasta el 44,13% y así sucesivamente. En 2019, año previo a la pandemia, el porcentaje se situó en el 42,52% del total y en los últimos, los de 2022 –Madrid estuvo dos años sin cuentas– este porcentaje disminuyó hasta el 38,1%. Uno de los principales escollos en la mesa negociación de estos días se centra precisamente en el exceso de pacientes en las agendas de los profesionales. En este sentido, el comité de huelga reclama un máximo de 31 pacientes por consulta de Medicina Familiar y Comunitaria, con el objetivo de dedicar un mínimo de 10 minutos por paciente, y 21 pacientes para Pediatría, para un mínimo de 15 minutos por niño. La última propuesta de la Consejería pasa por 24 pacientes en el caso de los pediatras y 34 en el de los médicos, pero tiene trampa. Todos los pacientes que se excedan de esas agendas en horario laboral, deberán atenderse con horas extras por los mismos profesionales, aseguran los médicos. Desde la Consejería de Sanidad no se plantean contratar a más personal, pese a las promesas.
La inversión estimada por la Comunidad de Madrid en Sanidad para el año 2023 supondrá el 38% total del gasto, el porcentaje presupuestado es el más bajo de los últimos años. De este modo, Sanidad vuelve a perder un año más peso en las cuentas madrileñas, una disminución que viene produciéndose desde 2015, cuando el gasto en sanidad ascendió al 45,16% de las cuentas. En 2016, cayó hasta el 44,13% y así sucesivamente. En 2019, año previo a la pandemia, el porcentaje se situó en el 42,52% del total y en los últimos, los de 2022 –Madrid estuvo dos años sin cuentas– este porcentaje disminuyó hasta el 38,1%. Uno de los principales escollos en la mesa negociación de estos días se centra precisamente en el exceso de pacientes en las agendas de los profesionales. En este sentido, el comité de huelga reclama un máximo de 31 pacientes por consulta de Medicina Familiar y Comunitaria, con el objetivo de dedicar un mínimo de 10 minutos por paciente, y 21 pacientes para Pediatría, para un mínimo de 15 minutos por niño. La última propuesta de la Consejería pasa por 24 pacientes en el caso de los pediatras y 34 en el de los médicos, pero tiene trampa. Todos los pacientes que se excedan de esas agendas en horario laboral, deberán atenderse con horas extras por los mismos profesionales, aseguran los médicos. Desde la Consejería de Sanidad no se plantean contratar a más personal, pese a las promesas. Por otro lado, la contratación de los médicos sucumbe ante el mercado laboral que tiene implantado la Consejería de Sanidad madrileña, no es capaz de retener a los médicos residentes a pesar de que la mayoría de médicos que afrontan su MIR optan por hacerlo en Madrid, según los propios datos de la Consejería. En junio de este año, la Gerencia de Atención Primaria convocó a 338 médicos de familia que habían terminado su especialidad, para repartir 197 plazas. El fracaso fue mayúsculo: solo logró cubrir 59. Y con pediatría ocurrió algo similar: de 26 plazas, completaron cinco.
Para colmo de la situación, la Inspección de Trabajo ha requerido al Gobierno de Ayuso a que se resuelva cuanto antes “el nombramiento de responsables, de los recursos humanos y materiales para su ejecución, prestando especial atención a los centros de trabajo que de manera permanente o puntual tienen una carencia significativa de personal”. El plazo empieza a contar desde el 23 de noviembre. La pelota, de nuevo en el tejado del Gobierno de Madrid, que es incapaz de convencer a los profesionales tras demasiadas promesas incumplidas https://cutt.ly/J1zrFPN
Lo primero que hay que decir a todo lo descrito anteriormente, es que hay una mimetización en todas las comunidades gobernadas por el PP con respecto a la gestión sanitaria. Todas ponen en práctica los mismos medios de gestión; externalización de servicios, ajuste de plantillas, precarización de la subcontratación, etc. Todo esto tiene unas graves consecuencias en la prestación del servicio, con grandes demoras en la citación y consulta, demoras en las operaciones, etc. Toda esta situación tiene un precedente, que casualmente enroca con el que hoy es consejero de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid, Javier Fernández - Lasquetty y Blanc. El 27 de enero del 2014 dicha persona era consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, entonces tuvo que dimitir tras el intento de la externalización sanitaria. El presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, anunció entonces que dejaba "sin efectos" la externalización sanitaria tras la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) de mantener la suspensión cautelar del proceso. Con motivo de dicha situación, el consejero de consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Fernández-Lasquetty, afirmó que la decisión de dejar sin efecto el proceso de externalización es "lo que más conviene a la sanidad madrileña, y ha explicado que ha decidido dejar el cargo "por rectitud y sentido de la responsabilidad". El gobierno de Ignacio González perdió el juicio, pero no rectifico su sentido con respecto al intento de privatizar dicho servicio público, afirmó "Vamos a seguir trabajando como lo estábamos haciendo hasta ahora, que se mantenga el magnífico servicio que se ha ofrecido a lo largo de los últimos años. Para añadir a continuación que no se van a introducir más recortes en la sanidad, aunque se "seguirá ajustando gastos" https://cutt.ly/u1zfWpx Esta situación de deterioro continuó con el abandono de dicho presidente de la comunidad, después de que la justicia le incriminara en delitos penales. Su sustituta, Cristina Cifuentes, tampoco cambio la línea de actuación y el deterioro siguió aumentando https://cutt.ly/Y1zgjq2
Es también curioso qué a escasos meses de la convocatoria electoral del 28 de mayo del 2023, donde todos tendrán que pasar el tamiz de las elecciones para renovar sus cargos, hayan emprendido de forma sincronizada una cruzada por la bajada de impuestos a la vez que las costuras de los sistemas sanitarios se muestran con toda crudeza. Los presidentes de las comunidades de; Madrid, Andalucía, Murcia o Castilla-León, siguen unánimemente la estela de la tómbola fiscal con la que rascar la voluntad del electorado, a la vez que sucumben en la gestión sanitaria que tienen asumida. Mientras todo esto sucede desde Génova se ponen de perfil ante el despropósito de la gestión de los correligionarios del partido, dejando hacer y trasladando a la sociedad ruido mediático con el que ocultar lo que verdaderamente preocupa a la ciudadanía. Ahora es la sedición o la ley, "Solo sí es sí" y después será otra cuestión con la que desviar la atención de aquellas cuestiones en las que están de lleno involucrados los dirigentes de dicho partido.
Para terminar el post, quiero decir, que mientras el principal partido de la derecha española siga eludiendo los problemas de la ciudadanía, por intereses espurios difíciles de confesar, están condenados al banquillo de la oposición. Como además son partidos donde el cainismo funciona de forma automática cuando no se consigue llegar al poder, lo vimos con el cambio de Pablo Casado, parece que su proceso de travesía del desierto… Está inconcluso.
Ya lo dijo Dante: “Las cosas más perfectas son también las más susceptibles de recibir tanto aprecio como maltrato”.
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