El jueves 26 de mayo los ciudadanos llaniscos nos encontramos en un diario regional con declaraciones de la concejal aferrada a la poltrona política del Ayuntamiento de Llanes, Marisa Elviro, que ante el problema del Monasterio de San Antolín de Bedón, hace afirmaciones como las siguientes:
“Es importante que se vaya peleando en otras instancias a las que nosotros no tenemos acceso. El Ayuntamiento solo puede apelar repetidamente a las instancias superiores a asumir la titularidad y la conservación”. A la administración estatal y autonómica afeó una “dejadez muy lamentable” respecto al templo benedictino románico del siglo XIII, declarado Bien de Interés Cultural (BIC). “Por la razón que sea nunca hubo voluntad”, censuró tanto sobre la titularidad como la conservación. En esa última materia, subrayó el mal estado en el que se encuentra la iglesia. La crítica que lanza Elviro al Principado es que “no nos comunican absolutamente nada” sobre el calendario. “Extrañamente se nos mantiene al margen de un bien que está en nuestro municipio y que no es uno cualquiera, es de los más importantes que tenemos”, aseveró.
La primera reflexión que me produce la reacción de dicha política (profesional) ante sus declaraciones, es vergüenza, máxime si tenemos en cuenta lo que hace escasos días le dijo el Defensor del Pueblo con respecto a la gestión efectuada por su concejalía en las escuelas de 0 a 3 años en el municipio de Llanes, como relaté en un post en el blog https://bit.ly/3NDwVqw Los concejales de este gobierno municipal, si por algo se caracterizan, es por echar la culpa a los demás de su indolencia y negligencia. La concejalía de Cultura del Ayuntamiento llanisco lleva unas semanas aflorando su falta de gestión de forma reiterada, ya que a lo de San Antolín hay que sumar los problemas de las escuelas de 0 a 3, el problema de la Cueva del Covarón (BIC) o el Tendedero de Redes que se pretende que obtenga la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) por parte de AVALL. En todos ellos la política que ejerce el gobierno del señor Riestra es la misma, echar la “tinta del calamar” hacia otras administraciones y escurrir el bulto de la responsabilidad que tienen en dichos problemas. La responsabilidad en un problema puede ser de dos tipos, la primera es que sea el Ayuntamiento llanisco el responsable de velar y resolver el problema. La segunda, es que no siendo responsables de dicha resolución recurran a los tribunales con el fin de que él que tenga la responsabilidad resuelva el problema. Pues bien, el gobierno municipal de Llanes en dichos problemas no asume ninguna.
Esta forma de actuar tiene su contraposición, por ejemplo, cuando persiguen a los ciudadanos ante derechos que tienen y reclaman a dicho gobierno municipal. Entonces, es cuando el señor Riestra y sus concejales sacan todo su empeño en litigar y agotar a los ciudadanos pese a que otra parte de la administración haya reconocido la responsabilidad del gobierno llanisco. Lo hemos visto de forma reiterada en el problema del saneamiento de Nueva con la Confederación Hidrográfica y los tribunales de justicia. Lo que nos demuestra este gobierno municipal del señor Riestra, es que han perdido pie con la realidad de lo que gestionan. Su única preocupación es la propaganda mediática a la que se agarran de forma recurrente, para echar en cara a algunos adversarios políticos lo corruptos que fueron cuando estuvieron al frente del Ayuntamiento. Mientras tanto los aludidos (Trevín y sucesores), no los concejales del PSOE que están hoy en la oposición, permanecen en silencio pese al relato que reflejan las hemerotecas de sus andanzas en dicho Ayuntamiento. Ante este espectáculo, el ciudadano no tiene que perder de vista a dichos profesionales de la política, los cuales han hecho del engaño una herramienta con la que ocultar su ineficacia en defensa de los intereses de los ciudadanos. La señora Elviro, es un claro exponente de dicha “tribu” VecinosxLlanes, caracterizada por su forma desairada de explicar su gestión y asumir sus responsabilidades. Nada nuevo en este reino de taifas en el que se ha convertido el Ayuntamiento de Llanes, bajo la tutela del señor Riestra y sus “mariachis” (resto de miembros del gobierno). Su coste al erario llanisco (52.321,98 euros) cada uno de los nueve concejales del gobierno municipal, parece ser un estímulo pequeño para trabajar por los llaniscos.
No hay mal que por bien no venga como dice el refrán, quizás esta desgracia de gobierno municipal sirva para que, en los próximos comicios municipales, los vendedores de pócimas políticas milagrosas como el señor Riestra y su plataforma vecinal, prueben el arsénico con los votos emitidos por la ciudadanía llanisca.
Ya lo dijo Antonio Machado: “Huid de escenarios, púlpitos, plataformas y pedestales. Nunca perdáis contacto con el suelo; porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura”.
Así es tal cual!! No se ha hecho nada. Las culpas siempre son de otros. Entonces para que están ahí...si no saben resolver ni hacer nada
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