Generalmente es frecuente que ocurra en casi cualquier tipo de relación humana, la asimetría a la hora de pedir y a la hora de dar. Estamos hablando de ese tipo de situaciones en la que una de las partes pide, reclama o exige con gran contundencia, pero a la hora de dar, se muestra mucho más esquivo o tacaño con respecto a sus peticiones. Este tipo de personas sienten como si lo merecieran todo, a cambio de nada. También se caracterizan por ver “la paja en el ojo ajeno”, pero no la viga en el propio. Para completar, son en extremo manipuladores y muchas veces consiguen que otros crean, de verdad, que tienen que complacerlos a cambio de nada y hasta les hacen sentir culpables cuando no cumplen con ese patrón.
Ayer el concejal, Lucio Carriles alcalde de Nueva, pidió respeto al concejal de la oposición del grupo socialista, Miguel Polín, por un calificativo que, atinado o no, ponía de relieve esa política con doble moral que abandera el gobierno tránsfuga del “pesebre”, sustentado en la ocurrencia, el apaño o el atropello a los ciudadanos como ha quedado acreditado a lo largo de estos años de gobierno. Fue en diciembre del año 2015 quien una política compañera de partido del señor Carriles, perteneciente de la derecha más rancia de este país, Esperanza Aguirre, dijo, "hay que venir llorado de casa si se dedica a la política", asegurando que no se podría tener la piel tan fina y quejarse por cosas así. Lucio Carriles ayer mostró a la ciudadanía de Llanes que tiene la piel muy sensible para algunas cuestiones, sin embargo, para otras cuestiones en las que ha intervenido atropellando y vulnerando los derechos de los ciudadanos a los que representa en Nueva siendo alcalde como sucedió en el pleno del 15 de septiembre del 2022, cuando votó en contra de 25 propietarios de las urbanizaciones El Bosquín II y El Bosque, habiendo una sentencia firme del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), tiene la piel de un rinoceronte.
Decía
en el debate municipal el señor Carriles refiriéndose a cuestiones políticas
para justificar las modificaciones de la ordenanza reguladora de las distinciones
honorificas oficiales en el concejo de Llanes, “la ley permite hacer”. Falso,
la ley no permite hacer cosas ilegales ya que posteriormente quien las hace ve
tumbadas sus decisiones en los tribunales como sucedió con el problema del
saneamiento de Nueva. Lo
grave de esta cuestión es que el ciudadano tenga que recurrir a la justicia cuando
una parte de la administración ya le ha dado la razón con sucedió en Nueva con
la Confederación Hidrográfica. Lo
que es difícilmente comprensible para un ciudadano, es que la justicia tenga
que tumbar por tres veces el comportamiento ilegal del concejal Carriles y sus
compañeros de gobierno, porque no aceptan y respetan la ley que ampara los
derechos de los ciudadanos. Voy a poner un ejemplo, sencillo pero muy gráfico
para que los ciudadanos entiendan el problema del respeto que solicita Lucio
Carriles y sus compañeros de gobierno con dos situaciones. Primer ejemplo, dos ciudadanos
se cruzan en la calle y uno le llama al otro hijo de puta sin venir a cuento o motivo
que lo justifique. Segundo ejemplo, dos ciudadanos se cruzan en la calle y
cuando uno se sitúa a la espalda del otro, le escupe por la espalda sin venir a
cuento ninguna razón que ampare dicha situación. Las dos son faltas de respeto,
pero la segunda tiene el agravante, del hecho realizado, frente a
la primera que se queda en meras palabras. Esa es la situación en la que se ha
instalado el concejal Carriles con respecto a 25 vecinos de Nueva a los que
representa, ninguna mala palabra salió de su boca con los
vecinos a los que representa con el problema del saneamiento de Nueva, pero los
hechos acometidos con su complicidad votando con el gobierno que integra, son
como el que escupe por la espalda a un ciudadano que no ha hecho nada. Otra
cuestión importante que la ciudadanía tiene que saber, el concejal Lucio
Carriles, era suficiente para obligar al alcalde Enrique Riestra a que
cumpliese la ley, ya que su solo voto podía tumbar un gobierno que
reiteradamente incumplía la ley con el saneamiento público como venía poniendo
de manifiesto la Confederación en sus resoluciones administrativas. La
cuestión era tan sencilla como decir a los miembros del gobierno y a la
secretaria municipal, recurra usted dichas
resoluciones o cumpla usted las mismas. Sin
embargo, el concejal Carriles optó por el silencio y quitarse del medio del
problema, votando contra los vecinos de Nueva a los que representa. Resumiendo, su acción se encuadra en el hecho de ser
un concejal que optó por cultivar su carrera política frente al derecho de los
ciudadanos a los que representa.
Decía su compañero de partido, Juan Carlos Armas, que estaba harto de la "musiquita" de incompetente que se le atribuye. Hombre, decir que el concejal Armas es un incompetente no es ninguna falsedad, es la constatación de un hecho acreditado a lo largo de esta ultima legislatura. Su forma de hacer política se basa en el engaño la chapuza, el apaño y el atropello a los ciudadanos, como ha quedado constancia en esta legislatura que termina. Parece que el concejal Armas no está nervioso porque tiene claro que él estará en las listas del PP y saldrá de concejal para llegar a la jubilación y cobrar una pensión, sin tener ocupación en la vida civil. No lo sé si será así y se le logrará su meta, ni vivo ni participo en ningún partido político como bien sabe el concejal Carriles, desde luego lo que parece claro es que el concejal Armas ya no engaña a nadie visto lo que ha hecho en esta legislatura con respecto a la gestión de los intereses de los llaniscos. El que le vote a él y su partido al que representa llevará la penitencia en sus carnes y cartera.
Por lo que respecta a la concejal tránsfuga, Priscila Alonso, intervino en el pleno para afear a la oposición que hacía política barata, desconozco si la hacen o no la hacen. Lo que si se, es que no hay peor política que ser un tránsfuga y venir a dar lecciones de decencia política a la ciudadanía. Referente a su vergüenza ha acreditado que no tiene ninguna después de su cambio de chaqueta y apropiación del acta de concejal representando a una formación a la que representaba, por lo tanto, nos dice que no salió por pies de Posada, tampoco es extrañar si vemos que la vergüenza no anida en su comportamiento político. Dice la concejal que “el Ayuntamiento somos todos”, cuales de los aplican su ley de Talión, “al amigo todo, al enemigo nada y al indiferente la legislación vigente… Si se la gana en los tribunales”. Que la concejal tiene pocas luces es obvio, tan poco es importante, lo que es más grave es la falta de vergüenza que manifiesta siendo una tránsfuga que pide respeto, cuando ella ha vulnerado el principal argumento por el que se sienta en el pleno del Ayuntamiento de Llanes, traicionar a sus electores.
Termina una legislatura que ha sido una pesadilla para los ciudadanos de Llanes con el gobierno municipal que ha regido los destinos del Ayuntamiento. Lo de ayer fue una mas de las muchas puestas en escena de un gobierno al que se termina el “pesebre” y tiene que afrontar una realidad, que le puede ser hostil sin tienen que reingresar en la vida civil al carecer de ocupación laboral. Para los ciudadanos de Llanes, es un momento importante puesto que tienen que decidir, si pasan página a un pasado oscuro y negro de lo que hoy anida en política, para dar paso a personas, que con equivocaciones o no, generen por lo menos un halo de cordura y sensatez a demasiados años de políticos marrulleros, peseteros y atropelladores de los derechos de los ciudadanos. Lo que hemos vivido hasta ahora, es una anormalidad política de una derecha cansina y rancia en el gobierno municipal de Llanes, que como bien dice Pepe Sacristán, “la derecha no tiene votantes, tiene feligreses”.
Ya lo dijo Aristóteles: “En realidad vivir como hombre significa elegir un blanco -honor, gloria, riqueza, cultura- y apuntar hacia él con toda la conducta, pues no ordenar la vida a un fin es señal de gran necedad”.
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