Ayer el candidato popular a la presidencia del gobierno español, Alberto Núñez Feijóo, hizo acto de presencia en Asturias para regar la campaña electoral, como de costumbre, con sus promesas imposibles cuando no mintiendo como hizo en el debate contra el candidato socialista el lunes pasado https://tinyurl.com/ja2998b8 En Oviedo en el parque de San Francisco tras media hora de mitin prometió a los asturianos, el muy repetido compromiso del PP de revocar la inclusión del lobo en el listado de especies protegidas. "Quiero ganar", dijo el aspirante popular, "para los trabajadores de las empresas electrointensivas. Para decirle a un ganadero que no podemos tener animales sueltos que acaben con la cabaña ganadera en Asturias y que el lobo es una especie a proteger, pero no un animal sagrado, y que tiene que convivir con resto de animales en equilibrio". Después de reincidir en los grandes hitos de esta campaña, y de presentar a Pedro Sánchez como el candidato que no descarta gobernar perdiendo, y que "sale a perder para bloquear” e impedir su gobierno con la ultraderecha de Vox https://tinyurl.com/3wn7zwm5 Posteriormente de dicho acto en Oviedo se desplazó a la villa marinera de Ribadesella, a celebrar una espicha que convocó su junta local a la cual estaban invitados todos los que quisiesen asistir previo escote de 15 euros por persona. En la misma volvimos a ver lo que viene siendo una tónica general en estos actos, Feijóo imparte y los “fieles” afiliados como en misa asienten obedeciendo ciegamente lo que manda el sumo sacerdote, todo ello bajo la supervisión del “cocinero” del partido, Miguel Tellado. Terminó la jornada en Asturias visitando una quesería en Arangas (Cabrales) de una candidata al parlamento asturiano, llevándose un queso gratis cuando ya iba para Cantabria a participar en un mitin de Santander.
Foto: Núñez Feijóo, Carmen Moriyón y Ortega Smith
Hoy podíamos leer en la prensa nacional que Vox reclamará al gobierno de Feijóo si necesita de sus votos el Ministerio de Cultura. Justifica su petición en el siguiente argumento, "si queremos ser dueños de nuestro futuro, hemos de cuidar la cultura como el que más". Su autor es el poeta y escritor Enrique García-Máiquez, que combina las letras con la política como representante de Vox al Senado. Fue uno de los invitados a un particular evento protagonizado por Santiago Abascal en la Fundación Carlos de Amberes de Madrid. El acto, celebrado en la tarde-noche del lunes, en el mismo Vox eligió la cultura como elemento diferencial, y la situó como punto central de su acción política. El partido ultraconservador eleva la apuesta. Si logra firmar un pacto de coalición tras el 23-J —un extremo al que Feijóo se resiste—, una de sus exigencias será la de ocupar el Ministerio de Cultura.
Santiago Abascal calificó la cultura como "alta política" y advirtió que, en su opinión, no es un ámbito que pueda cubrirse con una dirección general o una secretaría de Estado dentro de un Gobierno. Tampoco cree que debería diluirse con otra cartera. La cultura, dijo, ha de tener rango ministerial. En el fondo de esa convicción subyace una visión alejada de la "cultura woke" y de la "política de cancelación" del "consenso progre". Para Vox, la base de la cultura es la exaltación de la identidad nacional, del español y su legado, de las tradiciones patrias por encima del multiculturalismo. Es la defensa de la tauromaquia, de las "fiestas populares", del cine español alejado de las "trincheras", de la historia de España como parte de la educación básica. Vox entiende que hay que abonarse a lo políticamente incorrecto. Rebelarse contra la izquierda que trata de "pastorear" al pueblo y que lleva años ganando esa batalla cultural. "¡Qué importa el bando que eligieran Quevedo, Galdós o los hermanos Machado si ahora podemos leerlos!", clamó Santiago Abascal el pasado lunes. Entre los asistentes, Miguel Ángel Quintana Paz, Marcos de Quinto, Juan Carlos Girauta o Vicente Barrera, torero y vicepresidente de la Comunidad Valenciana. Se trata de tejer desde estratos de poder una influencia con la que cambiar mentalidades. Ideas que van calando en la sociedad sobre las que, a la vez, se asienta su partido. Principios que blindan su trayectoria. Su futuro. Y sobre todo los votos. "Los sumos sacerdotes de la cultura progre patria se pusieron hace décadas a cancelar lo que no les gustaba. Un dirigismo cultural para ampliar sus parcelas de influencias e invadirlo todo de política", incidió Abascal, que llamó a dar un golpe sobre la mesa contra la "patología social de la izquierda" que "trata a los adultos como menores de edad y a los niños como adultos degenerados".
Vox ya ha demostrado su interés por manejar desde la política las cuestiones culturales. Lo hizo en Castilla y León. Fue una de las consejerías que García-Gallardo pidió a Mañueco, y que ocupa en la actualidad junto a Industria y Empleo y Agricultura. Y algunas propuestas no estuvieron exentas de polémica, como premios de estudio de la tauromaquia o la protección de simbología de la guerra civil y del franquismo como "testimonio histórico" de España. Pero los casos se han multiplicado. En la Comunidad Valenciana, Vicente Barrera no solo ostenta la vicepresidencia, sino también la consejería de Cultura. Y en Extremadura, la tercera autonomía donde existe, hasta la fecha, un pacto de coalición PP-Vox, también exigieron la citada consejería. En este caso, María Guardiola—previa intervención de Génova— solo cedió la de Gestión Forestal y Mundo Rural. En distintos ayuntamientos, como Valladolid, Vox ocupa también la cartera de Cultura. Fruto de ello, se han disparado las polémicas en municipios donde gobiernan los de Abascal. Las líneas maestras del programa con el que Vox se propone "rescatar" a la cultura "secuestrada" durante décadas por el wokismo pasan, en primera instancia, por cortar de raíz las ayudas a "los profesionales de la subvención", especialmente en el ámbito del cine. No proponen recortes, sino reutilizar las partidas de Cultura a su forma. Entre los puntos que recogen las 178 páginas de su programa electoral, Vox propone invertir en la restauración y promoción de museos, archivos y bibliotecas o rebajas fiscales a la creación de contenidos audiovisuales. Los de Abascal destacan como prioridad la "protección de las tradiciones populares, eventos religiosos y festejos taurinos frente a los ataques del progresismo y el globalismo". Vox se vuelca en esta última cuestión, con el compromiso no solo de promocionar la tauromaquia, sino apoyar al sector con "medidas fiscales y crediticias". El partido ultraconservador aboga por incentivar también "el conocimiento de las manifestaciones culturales propias de nuestra nación", e incluir en los currículos educativos contenidos "sobre la historia de España, la identidad nacional y la aportación de España a la civilización y a la historia universal" https://tinyurl.com/27yhej9c
El uso del término “woke” por Vox, surgió dentro de la comunidad negra de Estados Unidos y originalmente quería decir estar alerta a la injusticia racial. El término resurgió en la última década con el movimiento Black Lives Matter, que nació en rechazo a la brutalidad policial hacia personas afrodescendientes. En 2017, el diccionario Oxford agregó esta nueva acepción de "woke", definiéndolo como: "Estar consciente de temas sociales y políticos, en especial el racismo". El término "woke" se convirtió en sinónimo de políticas de izquierda o liberales que abogan por cosas como la equidad racial y social, el feminismo, el movimiento LGBT, el uso de pronombres de género neutro, el multiculturalismo, el uso de vacunas, el activismo ecológico y el derecho a abortar.
En esta vuelta al pasado, 1939, tras la victoria de Franco en la guerra civil, hace un énfasis especial en las "gestas y hazañas de nuestros héroes nacionales" como Milan Astray, Queipo de Llano, Francisco Franco, etc., y se propone combatir el "borrado del legado español" y la "leyenda negra" respecto a "la labor civilizadora de España en América". Dentro de la protección y promoción de los símbolos nacionales, Vox asegura que garantizará la celebración "sin excepción" de actos de homenaje a las FFAA y FCSE y una difusión de la "cultura de Defensa", para que la sociedad, dicen, "valore e identifique su historia". Subrayan, además, la batalla contra el "multiculturalismo" con el refuerzo del Instituto Cervantes para blindar la lengua española y propone atender de forma prioritaria a "las naciones que comparten idioma y lazos de amistad con la cultura de España". Incluyen, además, el cierre de mezquitas o centros de culto cuyas ideas sean "contrarias a nuestra identidad y costumbres". Las palabras "cine" o "teatro" no aparecen ni una sola vez en su programa electoral. Pero Abascal se reafirma: "Con nosotros el telón no caerá nunca. El espectáculo continuará".
Por si teníamos poco despropósito hasta el momento, aparece el vicepresidente de Vox, Ortega Smith, y aprovechando las fiestas del Carmen de Somió, barrio adinerado de Gijón, anuncia una comparecencia pública mañana coincidiendo con el día grande de las fiestas a las doce y media de la mañana a escasos metros de la iglesia de Somió donde se celebrará el oficio a las doce de la mañana. Por ello, la Asociación de Vecinos de San Julián de Somió, se despertó ayer con este anuncio que les dejó preocupados por la coincidencia de lugar y hora con sus fiestas del Carmen programadas para los días 14, 15 y 16 de julio. El acto público, donde se personará el vicepresidente de Vox, Ortega Smith, será un acto para atender a los medios de comunicación, coincidiendo con su paso por Asturias donde también hará parada en Cangas de Onís y Villaviciosa. La junta directiva de la asociación mostró su desacuerdo a través de un comunicado donde aseguran que “se desvinculan totalmente de esta campaña pretendida de Vox en el encuadre de nuestras tradicionales fiestas patronales”. “Nos parece de mal gusto y prepotente que se utilice el esfuerzo de una asociación de vecinos, que se ha preocupado durante meses de organizar todo para el disfrute de sus socios, vecinos y visitantes, para encajar la campaña electoral de cualquier partido político”, explican cargando contra la decisión de Vox https://tinyurl.com/3vwvaurm
Uno se pregunta si no habría más sitio en todo Gijón para comparecer ante los medios de comunicación y dar las explicaciones que considere oportunas el “Rambo” de Vox https://tinyurl.com/ms8w52ph , sino que se va a meter en el corazón de las fiestas del Carmen, donde la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, tiene su familia y conocidos. Este es él precio que tiene pagar por acostarse con la ultraderecha de Vox en el gobierno municipal, con ellos la polémica está servida de forma gratuita allí donde gobiernen. Su concejal de Festejos, Sara Álvarez Rouco, está volcada en la causa de socavar y horadar el tiempo lúdico de los gijoneses con soflamas políticas que los vecinos de Somió, ni quieren ni deben, ni tienen, porque tener en un día tan especial para ellos. Me imagino que a la mayoría de los convecinos de Somió de la alcaldesa Moriyón, les abra hecho muy poca gracia esta situación forzada en un día de fiesta y celebración, pero a quien menos gracia le tiene que hacer es a la ciudadanía asturiana viendo lo que Santiago Abascal de la mano de Feijóo nos quiere meter a calzador. Regresamos al lema fascista del 39 que tan en boga está en este momento en muchos países de Europa como por ejemplo, Italia, “Dios, Patria y familia”. Con Abascal, como guardián de la esencias más rancias del pensamiento único secundados de la mano del PP, volveremos a sufrir en España la política retro que Europa enterró al término de la II Guerra Mundial en 1945. Antes en la Alemania nazi pusieron en práctica lo que Abascal pretende poner el 23-J si llega a la Monclóa con Feijóo en su Ministerio de Cultura, también querían cambiar el panorama cultural: devolver al país los tradicionales valores “alemanes” y “nórdicos”; suprimir o restringir las influencias judías, “extranjeras” y “degeneradas”; y formar una comunidad racial (“Volksgemeinschaft”) alineada con los ideales nazis. Estos ideales a veces tenían contradicciones: el nacionalsocialismo era moderno, pero antimoderno a la vez; era dinámico y utópico, pero a menudo anhelaba un pasado alemán idílico e idealizado. Sin embargo, en ciertos elementos, los principios culturales nazis tenían su coherencia: priorizaban la familia, la raza y el Volk (pueblo) como las representaciones más altas de los valores alemanes. Rechazaban el materialismo, el cosmopolitismo y el “intelectualismo burgués” y fomentaban las virtudes “alemanas” de lealtad, lucha, abnegación y disciplina. Los valores culturales nazis también consideraban de gran importancia la armonía de los alemanes con su tierra natal (Heimat) y con la naturaleza, y enfatizaban la elevación del Volk y la nación por encima de sus miembros individuales. El resultado final de tal despropósito es que el régimen nazi dejó seis millones de personas muertas en tierras alemanas por el genocidio judío implantando los valores e ideales del odio como los que estamos viendo ahora florecer en sus inicios en las sociedades occidentales. Convendría no olvidar la historia para no volver a repetir los mismos errores https://tinyurl.com/28c33ku9
Que Feijóo nos ha enseñado ya la cara más sucia que tiene cuando hace política, no es decir nada nuevo tras el debate y las mentiras constantes que vertió en el mismo y que pudimos ver los ciudadanos. Sigue con las misma táctica del engaño en su comparecencia en Oviedo, porque es una característica intrínseca de la propia derecha extrema que hoy representa el PP. No conciben la política sin el engaño, ya que el reducido numero de personas que representan no les daría para alcanzar el gobierno, por lo que tienen que engañar a la gran mayoría de la ciudadanía para poder llegar al poder https://tinyurl.com/2k4zzcnj Para terminar el post, quiero decir que el 23-J, los ciudadanos españoles no nos jugamos solo el recorte de nuestros derechos y libertades como individuos, nos jugamos la persecución de forma salvaje del pensamiento divergente con respecto a personas que no tienen más que un pensamiento… El de acabar con sus enemigos políticos.
Ya lo dijo Miguel de Unamuno: “Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha”.
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