ALBERTO NÚÑEZ FEIJÓO, LE PLANTAN CARA A SUS MENTIRAS Y SE MASCA LA TRAGEDIA EL 23-J

  

Decía el maestro de periodistas y director del  'The Washington Post' durante 23 años, Benjamin Bradlee, el cual destapó el caso “Watergate” propiciando la caída del que fuera presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, “El fundamento del periodismo es buscar la verdad”. Ayer pudimos ver de forma nítida y clara que el periodismo no ha muerto, todavía hay  algún(a) periodista, Silvia Intxaurrondo, que  salva la cara de un gremio, el cual lleva muchos años con algunos de sus miembros prostituidos frente a la verdad a la hora de informar al ciudadano. Cuando se ejerce de periodista de forma rigurosa, contando la noticia de forma fiel sin opinión a la ciudadanía para que esta valore y juzgue la misma, con el fin de sacar sus propias conclusiones, el periodista es cuando está cumpliendo de forma rigurosa con su código deontológico https://tinyurl.com/wusf537v  La falta de costumbre en esa búsqueda de la verdad ha cogido por sorpresa a un candidato a la presidencia del gobierno, Núñez Feijóo, que parecía un matón de taberna cuando se le corregía de forma rigurosa en sus afirmaciones con respecto a la subida de las pensiones cuando gobernaba el PP en el gobierno de la nación, como se puede ver en el siguiente video https://fb.watch/lRjdNZyxHE/ La tensión entre la periodista y Feijóo se podía cortar con cuchillo durante toda la entrevista aunque el culmen se producía al hablar de las pensiones. “Nuestro partido nunca ha dejado de revalorizar las pensiones. El único que congeló las pensiones fue el PSOE. Por cierto, Sánchez era diputado en la cámara”, sostenía el líder del PP con total impunidad. “No es correcto señor Feijóo. No lo hicieron ni en 2012 ni en 2013 ni en 2016”, le replicaba Silvia Intxaurrondo para posteriormente ser la que fue en su día vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, la que ratificaba fielmente lo dicho por la periodista Intxaurrondo.

          Foto: Entrevista de Silvia Intxaurrondo a Núñez Feijóo

Una de las cosas que más hiere al espectador que ve dicho video de Feijóo, es su rostro pétreo. Es como definió el nobel de economía, Paul Krugman, el rostro del nuevo fascismo que asola Europa y vino importado de Estados Unidos de Trump. Kugman afirmó, “Donald Trump es en efecto un fascista, un autoritario dispuesto a utilizar la violencia para conseguir sus objetivos nacionalistas y racistas. Como lo son también muchos de quienes le apoyan”. El nuevo fascismo que representan Trump y sus inspiradores de la derecha supremacista republicana tiene, es cierto, poco que ver con el fascismo clásico, el que asoló Europa en la primera mitad del siglo pasado. Aquel fascismo, el de Mussolini o Hitler, al que habría que añadir el clericofascismo de Salazar y Franco, o sus equivalentes de Eslovaquia, Rumanía o Croacia, se basaban sobre todo en la movilización de la chusma. La variante que representa Trump y que se ha exportado a Europa ha podido medrar gracias precisamente al fenómeno opuesto: la atomización de la sociedad, unida a la desmovilización de los ciudadanos, lo que alguien ha calificado como un “estado persistente de apatía política”. Todo ello unido a la creencia nacionalista, repetida una y otra vez por los políticos norteamericanos y sus medios de comunicación afines, de que Estados Unidos es “la ciudad luminosa sobre la colina” que ilumina a los demás, “la más grande democracia” que ha visto nunca el mundo. Cuando faltan o languidecen instituciones capaces de articular los intereses de los distintos grupos de la sociedad, abiertas al debate y al compromiso, es cuando la sociedad está atomizada y los ciudadanos se quedan sin puntos de referencia, es cuando pueden prosperar las más delirantes teorías conspirativas. Entonces, es cuando la gente desconfía de las instituciones y los partidos políticos clásicos y da crédito a las más disparatadas patrañas de políticos extremistas antisistema como lo que hoy representa Vox en nuestro país. Es cuando surgen como hongos los narcisistas sin escrúpulos como Trump, Abascal, Meloni, Orban, etc., gente capaz de secuestrar al partido que tan interesada como irresponsablemente le encumbró hasta convertirse en centro de una especie de culto casi religioso. Ante estos profetas salvadores surgen los seguidores como "perros falderos", un buen ejemplo en España lo tenemos con, Núñez Feijóo.

La periodista Intxaurrondo, puso contra las cuerdas al candidato Feijóo no solo en la cuestión de las pensiones, también le abochornó otras cuestiones como el acuerdo de la vergüenza en Extremadura, las críticas a la extrema derecha mientras les mete en los distintos gobiernos municipales y autonómicos, las promesas fallidas de otros gobiernos del PP como el de Mariano Rajoy de bajar los impuestos, o las falsedades lanzadas contra el presidente del Ejecutivo sobre el caso Pegasus y su supuesta interferencia en las investigaciones de este caso de espionaje que días más tardes enmarcó en un error por culpa de un teletipo (no supo dar la agencia que emitió el mismo). Intxaurrondo, fue especialmente muy crítica, cuando le afeó este comportamiento siendo "un hombre de palabra" o "de nivel" como siempre dice que es. Yo como ciudadano pienso, que esto hace tiempo que ha sido abatido por el ciudadano cuando observó su comportamiento a la hora de llegar al poder, aplicando cualquier método si con ello consigue sus fines https://tinyurl.com/2p96bwww

La lectura a todo este disparate de campaña electoral que está viviendo la sociedad española con la derecha extrema (PP), y la ultraderecha (Vox), es el anticipo de una tragedia que se cierne sobre sus expectativas electorales. Meterse con 10,6 millones de pensionistas de este país no sale gratis, por más que a uno intente ocultar mintiendo sus andanzas lesionando los derechos de los ciudadanos españoles, meterse con el colectivo de mujeres, algo más de 24 millones de ciudadanas de este país, negando la violencia de género, esto no sale gratis mientras las mismas siguen sufriendo dicha violencia, meterse con el colectivo de trabajadores asalariados, unos 17 millones de personas que cobran una nómina, aumentándoles los impuestos con una fiscalidad regresiva a la vez que las rentas más altas salen favorecidas, esto no sale gratis, meterse con el colectivo LGTBI y de los migrantes, esto no sale gratis. Todos estos colectivos son los que pueden propiciar un serio revés a la derecha de esta país. Con respecto a las encuestas con las que se bombardean a la población un día sí y otro también por parte de esta derecha caustica que hoy pobla la sociedad española, hay un libro que se publicó en nuestro país bajo el título “El arte de la estadística” de, David Spiegelhalter, catedrático de estadística en la Universidad de Cambridge, donde nos explica dónde mirar para que no nos engañen con datos: una de las fuentes de desinformación más difíciles de detectar. Para detectar el fraude de una encuesta dice dicho profesor que lo primero que hay que mirar de las encuestas es, ¿Quién la ha hecho? La primera pregunta que hay que hacerse al escuchar cualquier estadística, antes de mirar ni siquiera los números es quién me está diciendo esto. ¿Por qué lo estoy escuchando? ¿Quién quiere que lo sepa? Y si es alguien con algún tipo de motivación, si es alguien con una fuerte línea política, entonces simplemente no me lo creo. Sea lo que sea, no me lo creo. Porque probablemente, si el resultado fuera diferente, ni siquiera estaría en este lugar. Así que eligen hacérmelo saber porque quieren que lo escuche, y de inmediato me vuelvo escéptico. Para dicho experto, “es difícil obtener una buena tasa de respuesta en las encuestas. Creo que tal vez sea por la pandemia, hay muchas razones, pero conseguir una buena respuesta es cada vez más difícil. Eso significa que, muy a menudo, uno tiene que aumentar la sofisticación del análisis. Hay que admitir que no se está obteniendo una muestra representativa, así que tienes que saber mucho más sobre los individuos porque vas a tener que emplear un modelo en el que se usan algunas técnicas estadísticas más avanzadas, que simulen lo que habríamos esperado ver si tuviéramos una muestra realmente representativa”. Hace poco en Gran Bretaña se hizo una encuesta de infección por Covid-19 que fue muy buena. Pero la tasa de respuesta fue solo del 17%. Normalmente ese porcentaje me haría sospechar mucho, pero realizamos muchos controles, se hicieron muchos análisis cuidadosos utilizando estas técnicas de regresión multinivel y posestratificación, estas técnicas MRP como se les llama, que fueron diseñadas originalmente para encuestas de opinión política, pero ahora se usan mucho más en encuestas científicas. Y funcionó muy bien. Ha sido muy preciso y extremadamente bueno y valioso. Pero eso requirió un análisis sofisticado considerable porque la tasa de respuesta es muy baja. Para el autor de dicho libro las sociedades sufren la ausencia de información confiable y comprensible a partir de números, sabiendo que los números nunca son perfectos. “Nunca te cuentan toda la historia. Siempre requiere cierto juicio y conocimiento sobre cómo se recopilaron esos datos, etc. Esta es un área difícil y, por lo tanto, creo firmemente que todos debemos ser un poco más sensibles, tanto al poder de los números como a la forma en que pueden manipularse” https://tinyurl.com/mux4769w

La derecha española, tiene la mentira incrustada en su genoma ideológico, forma parte de su idiosincrasia como fuerza política. Lo que sucede, es que en esta campaña dicha particularidad choca frontalmente contra los intereses de millones de ciudadanos españoles, que ven como se cierne sobre ellos el drama de la tragedia si estos partidos, PP y Vox, llegan al gobierno de nuestro país. Ante esta situación de bombardeo masivo que los media de la derecha están haciendo con propaganda engañosa de encuestas encargadas para intoxicar y no contar la verdad, surge un movimiento silencioso que tiene su manifestación o prueba en el silencio y la ocultación de las verdaderas intenciones del elector. La conclusión que hay que sacar a dicho hecho es que el elector no contesta, porque no quiere que se sepa lo que verdaderamente va a votar, chocando frontalmente contra aquello que se da por hecho a base de intoxicar permanentemente como hacen los voceros de la derecha. Este motivo ya es lo suficientemente elocuente para que aquel que cree como Feijóo, que a base de engaños conseguirá lo que pretende, se tiente la ropa antes de cantar victoria. Nos ha dicho por activa y por pasiva que el primer consejo de ministros será entre otras cosas para destituir al presidente del CIS, José Félix Tezanos, a ver si va a tener que mandarle una botella de champán si acierta el 23-J y sus pronósticos son más ciertos que los que pregonan sus voceros de los medios afines.

Pero todavía nos falta por ver el último acto de despropósito de la derecha en nuestro país, este se producirá la noche del 23-J si no consigue la victoria en las elecciones generales que le permita gobernar. Consistirá en enfangar dicho proceso electoral y cuestionar la limpieza y transparencia del mismo, será “trumpismo” en estado puro, como sucedió a Joe Biden en la campaña electoral de noviembre del año 2020 en Estados Unidos. Este discurso ya está preparado en los cuarteles de la derecha, el fin ultimo será enredar y ocultar lo sucedido con el fin de no asumir ninguna responsabilidad. De eso en el municipio de Llanes sus ciudadanos saben bastante, con el candidato del PSOE, Antonio Trevín, que ganó las elecciones municipales el 28-M  al Ayuntamiento de Llanes, pero no pudo gobernar al cosechar unos 150 votos menos que su antecesor a las elecciones municipales. En este caso como en el de Feijóo la estrategia es la misma, buscar en la distracción del ciudadano echando la culpa a razones que para nada interfirieron el proceso electoral con el fin de no asumir responsabilidad alguna. 

Para terminar el post, quiero manifestar que el final de campaña al candidato del PP, Núñez Feijóo, se le está haciendo eterno. Es como un globo que va perdiendo el aire y se cae al suelo más rápido de lo que pronosticaban sus asesores, como el “trumpista” Miguel Ángel Rodríguez (MAR). Pero ya se sabe, la mentira tiene las patas muy cortas y aquel que hace uso de ella, siembra de minas el campo por el que tiene que transitar… El resultado lo pudimos ver ayer claramente, Feijóo ha volado por los aires y las consecuencias de dicho hecho parecen difíciles de predecir para sus intereses.

Ya lo dijo Mark Twain: “Hay tres clases de mentiras: La mentira, la maldita mentira y las estadísticas”.

 

 

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