AYUNTAMIENTO DE LLANES, LA "VIEJA POLÍTICA" (RIESTRA Y TREVÍN) NECESITA UN CAMBIO RADICAL HACIA LA "NUEVA POLÍTICA"

Hoy quiero aprovechar el comentario que hace unos días un lector de mi blog ha querido hacerme llegar a través de la red social Facebook.

En primer lugar, querido lector le agradezco sinceramente el seguimiento que hace de mis posts, por otro lado, el hecho de que, aunque no sea vecino de Llanes sino visitante ocasional, se interese por las cuestiones y problemas de nuestro municipio. Entiendo sus comentarios como espero que usted entienda que no es el mismo punto de vista el que tiene una persona como usted que viene de visita a Llanes por vacaciones o de fin de semana que el de un ciudadano que vive permanentemente en el municipio y ha de enfrentarse todos los días con los problemas y situaciones de la vida cotidiana a la que se ven sometidos los ciudadanos que residen en el concejo llanisco.

Entrando en las cuestiones que refleja usted en el comentario subido a la red social, empezaré por el presupuesto municipal.  Le diré que la función del alcalde no es la de “manejar” el presupuesto municipal, sino el de gestionar dichos recursos públicos atendiendo las necesidades e intereses de los vecinos. Hay que recordar en este punto que el dinero que gestiona el Ayuntamiento de Llanes, y por ende los políticos que están al frente del mismo, se recauda a través de impuestos y tasas, que son aportadas por los vecinos. Por ello, estos fondos no son patrimonio del alcalde sino de todos los llaniscos.

Esto quiero enlazarlo con el último comentario que amablemente ha hecho sobre mi post: “la vieja política y la nueva política”.  Yo entiendo la “vieja política” como aquella que se hace por los alcaldes, presidentes autonómicos, etc., en la que los ciudadanos son meros espectadores ya que las decisiones importantes se toman en los despachos sin consultar a la ciudadanía. Esto promueve lo que conocemos como “caudillismo”, en el que el alcalde electo, tras pasar por el trámite electoral, gobierna durante cuatro años según su criterio personal, esperando que los ciudadanos se limiten a respaldarle en sus iniciativas, aunque las mismas no hayan pasado el filtro del conocimiento ciudadano en las elecciones.

La política actual en el Ayuntamiento de Llanes es vertical, de arriba hacia abajo. El alcalde decide y los demás (concejales) deben obedecer como vasallos sino quieren perder lo que tienen. Esto ha generado una práctica de gobierno irracional, donde lo absurdo, por ejemplo, el recurso permanente a los tribunales con el fin de agotar a los ciudadanos tras perder diversas sentencias, campa a sus anchas con el fin último de que la persona abandone y renuncie a sus derechos, quedando aislada y señalada por el régimen instaurado por el señor Riestra. Factores como los derechos de los ciudadanos han sido relegados al cuarto oscuro en post de intereses oscuros e inconfesables del señor Riestra y su equipo de gobierno. La candidatura presentada y ganadora de las primarias de la agrupación llanisca del PSOE el 3 de abril, presenta los mismos signos de “caudillista” que el gobierno encabezado por el señor Riestra. Es el señor Trevín y un grupo de compañeros. Esto ha quedado nítidamente reflejado por ejemplo con la carta enviada al señor Feijóo por el señor Trevín https://bit.ly/3LeDfDR Esta es la "vieja política" que lleva imperando en Llanes hace muchos años, los ciudadanos que residimos en dicho concejo y no tenemos afiliación política, tenemos derecho y ganas de mandar la misma y a sus instigadores a galeras con los cabecillas que patrocinan y pregonan la misma. Considero que una de las explicaciones de la situación actual hay que buscarla en los debates mediocres que se tienen en el Ayuntamiento a espaldas de los problemas que tienen los ciudadanos. Esto ha tenido consecuencias, hoy existe una sociedad llanisca desencantada, decepcionada y alejada de políticos pregoneros de banalidades huecas para él ciudadano, es la “vieja política”.  

                Antonio Trevín y Enrique Riestra, dos abanderados de la "vieja política"

En la “nueva política” por el contrario, el cargo público que es elegido en las urnas, práctica durante su mandato aquello que se ha definido como participación ciudadana, es decir, cuenta con la opinión de los electores en temas de especial relevancia o que comprometen al municipio en plazos superiores a la legislatura de cuatro años por la que fue elegido. Un ejemplo de dicho hecho lo hemos visto hace unas semanas con el actual alcalde de Llanes, Enrique Riestra, con la compra del Cinemar https://bit.ly/3JPC5xh o hace años con la prolongación del contrato de externalización de la gestión del agua efectuada por el señor Trevín cuando era alcalde con el caso Aquagest https://bit.ly/3jPQr6d  Existen multitud de ejemplos en los que nos fijar, son todos aquellos que son inversiones en infraestructuras con contratos a largo plazo. Legalmente lo pueden hacer, pero éticamente es completamente reprobable que cargos públicos adquieran compromisos fuera del periodo de elección o mandato para el que fueron elegidos. Cuando son decisiones que se extienden más allá del mandato en el que fue elegida dicha corporación, deben de ser los ciudadanos los que a través de algún tipo de proceso de participación ciudadana decidan sobre dichas cuestiones. Esta “nueva política” tiene como objetivo que el ciudadano se sienta implicado lo más directamente posible en la gestión de su Ayuntamiento y de su dinero, ya que de lo contrario se produce una separación o divorcio entre la clase política y la ciudadanía. Este divorcio entre ciudadanía y partidos políticos conduce a situaciones que cada vez son más peligrosas y comunes en distintos países de nuestro entorno, como, por ejemplo: una elevadísima abstención o el resurgimiento de fuerzas de extrema derecha. Un ejemplo claro de esto último es lo que está pasando en nuestra vecina Francia. Para que esto no ocurra y la sociedad no caiga en extremismos y polarizaciones es necesario aproximar a gobernantes y ciudadanos. Para ello el mejor medio conocido es el de la participación ciudadana, base de lo que hemos denominado cómo” nueva política”.

En el Ayuntamiento de Llanes, la “nueva política” brilla por su ausencia desde hace muchos años, el “caudillismo” de los últimos regidores que ha tenido últimamente, produjo graves consecuencias según uno puede leer en las hemerotecas, por ejemplo; las inhabilitaciones de concejales, la privatización de servicios, la externalización de servicios con contratos de larga duración por encima del mandato de quien los realizó, etc. Los llaniscos tienen derecho a pasar página y olvidar una forma de gobernar que nos recuerda tiempos tristes y lúgubres, de una época que duró 40 años en nuestro país.

Para finalizar, quiero agradecerle a usted y a todos los lectores de mí blog, la atención que prestan a mis post así como las sugerencias que a diario me hacen llegar, las cuales leo muy interesadamente con el fin de manifestar mis humildes opiniones y conocimientos al respecto.

Ya lo dijo Charles de Gaulle: “He llegado a la conclusión de que la política es demasiado seria para dejarla en manos de los políticos”.

 


 

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