ASTURIAS, ¿AVANZA HACIA LA "TURISMOFOBIA" CON LOS PROBLEMAS QUE SE HAN GENERADO CON LA MASIFICACIÓN?

Hay un dicho celebre en el refranero español que dice, “lo poco agrada, lo mucho enfada”. Su significado es que, el exceso molesta incluso si se trata de algo muy agradable. La masificación turística de nuestro país ha llegado en algunas zonas a sobrepasar sus límites sostenibles con el consiguiente problema que estamos empezando a percibir en determinadas ciudades como nos pone de manifiesto diversos organismos internacionales.

Málaga es uno de los focos de lo que ya se conoce como overturism  (turismo en exceso), pero no es el único. Europa es la región más visitada del mundo, de acuerdo con la Organización Mundial del Turismo (UNWTO). Según datos del organismo, este sector alcanzará este año los niveles registrados antes de la pandemia. Estas buenas noticias para muchos actores que están dentro de dicho sector no lo son tanto para otros que sufren las consecuencias de una falta de regulación y control a un turismo de masas, ya que se han traducido en todo el continente en un incremento de los precios de la vivienda y el alquiler por los alquileres turísticos al tiempo que se ha reducido el comercio local. Estos efectos son muy evidentes en ciudades como Atenas, Roma o la ya citada Málaga.

Según los últimos datos sobre alojamiento de corta estancia ofertados a través de plataformas económicas colaborativas publicados por Eurostat, entre enero y septiembre de 2023 (últimos datos disponibles), Andalucía se posicionaba como la segunda región con mayor número de pernoctaciones — con más de 25 millones — de toda Europa, solo superada por la zona costera de Croacia, donde se superan los 30 millones. Las siguientes comunidades españolas son Cataluña (más de 17.220.000, quinta región), Comunidad Valenciana (más de 15.940.000, sexta región) y Canarias (más de 13.860.000, novena región), todas ellas dentro de los 10 países donde los visitantes han pasado más noches en este tipo de alojamientos

Asturias registro 1.893.459 pernoctaciones  en los nueve primeros meses del año 2023. Fuente: Euroestat

Los datos permiten ver también cuál es la tendencia a nivel europeo. En la mayor parte de las regiones, el uso de las viviendas turísticas ha crecido respecto al mismo periodo de 2019. La mayor variación se ha experimentado en países del norte y este del continente como Suecia o Polonia. Allí, el número de noches contratadas a través de plataformas ha crecido hasta un 290% en la zona de Mazovia que rodea a la capital del país. En España, también crece el número de noches en apartamentos turísticos, especialmente en Galicia y Asturias. Cataluña, en cambio, es una de las pocas regiones europeas en las que las reservas son ahora inferiores a las del año previo a la pandemia.

Más allá del mercado de la vivienda, el “overturism” (turismo en exceso) afecta al entorno urbano en general. Esto incluye la creación de burbujas de consumo dirigidas exclusivamente a residentes de corta duración, la conversión de barrios residenciales en zonas de fiesta, el aumento de la presión sobre las infraestructuras públicas y el deterioro de los paisajes culturales locales", afirma el experto, Dimitris Pettas, investigador principal del Instituto de Planificación Urbana y Regional de la Universidad Técnica de Berlín. Añade que Atenas es el ejemplo perfecto de la ausencia de normativas y aterriza también el problema sobre los agentes financieros y el apoyo activo a iniciativas como las Golden Visa y la Digital Visa. Es una política que emana desde los organismo públicos que incentiva el problema en lugar de poner cortafuegos a los problemas que están empezando a aparecer en un modelo que se ha agotado en su formato actual.  Necesitamos una nueva definición del modelo turístico que atienda a los cuellos de botella que ocasionan los problemas que estamos empezando a padecer de forma aguda. El mismo tiene que atender a variables fundamentales como son: los ciudadanos, el medioambiente, la durabilidad y resiliencia, etc.  

En España existen determinadas ciudades que se está empezando a sentir los efectos de esa masificación turística, el principal factor negativo que ha aparecido es el acceso a la vivienda con el consiguiente encarecimiento de los precios. El auge de las plataformas de alquiler a corto plazo ha hecho que ciudades como Barcelona, Madrid, Málaga, Gijón, Santander, Cádiz, etc., la vivienda se haya convertido en una "emergencia social".  Esta masificación turística se está traduciendo en una percepción negativa de la calidad de vida del ciudadano residente con la visita de los turistas que vienen a nuestro país. Las consecuencias sociales derivadas de la falta de regulación  por los organismos públicos, ayuntamientos, Comunidades autónomas, etc., chocan una realidad de instituciones que priorizan el modelo turístico actual. "El concepto de turismo sostenible no existe", opina Claudio Milano, doctor en Antropología Social y Cultural y autor de Overturism y turismofobia: Tendencias Globales y contexto locales. Para él, el modelo está lejos de cambiar. Entre las alternativas para frenarlo, propone "no invertir más dinero público en promoción turística (...) y evitar que haya más propuestas para agrandar infraestructuras". Como ejemplo, señala el caso de Tarragona y su nuevo muelle para el atraque de cruceros. Esta situación avanza hacia una confrontación del ciudadano residente con las autoridades que se encuentran de brazos cruzados, en lugar de buscar solución a los problemas que están emergiendo con el modelo turístico actual. El próximo 20 de julio, Cantabria salen a la lucha "para vivir y no para sobrevivir". Una movilización contra un modelo turístico que, al menos en España, parece no encontrar una solución. Málaga fue la última provincia en salir a reivindicar. Miles de personas —5.500 según la Policía Nacional y 25.000 según la organización— marcharon por las principales calles afectadas por la “turistificación”, en el centro histórico, convocadas por el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos. "Málaga para vivir, no para sobrevivir" fue el lema para representar esa "situación crítica", según los organizadores

"La narrativa promovida por las administraciones públicas es una mentira y lo único que han conseguido es fomentar un modelo de ciudad donde lo que importa es su dinamización a través de la especulación", defiende Enrique España, del Sindicato de Inquilinos e Inquilinas de Málaga. Aclara que lo que se busca con la movilización en la calle es sentar un punto de inicio para el cambio de un modelo que "hace diez años ni se podía cuestionar". Los manifestantes avanzaron hasta la plaza de la Merced, donde "en torno al 70% de los pisos que la rodean son destinados a alquiler vacacional" según el propio manifiesto de la concentración. Entre pancartas de "Málaga no se vende", "Este turismo no es sostenible", "Vecina, despierta, especulan en tu puerta", denunciaban los efectos de la gentrificación, la subida del alquiler, la precarización de puestos de trabajo relacionados con la limpieza o la hostelería y la expulsión de la comunidad local de los barrios. Unas quejas compartidas ese mismo día en Cádiz, donde bajo el mismo lema se reunían más de 3.000 gaditanos.

De acuerdo a los datos sobre Vivienda Turística en España y su capacidad publicados por el INE, en toda España hay más de 351.000 viviendas turísticas, con 1,75 millones de plazas. Unas cifras que han aumentado un 9,3% y un 7,61% desde 2020, respectivamente. Málaga es la provincia española con mayor número de viviendas (41.038) y plazas turísticas (205.047). Le siguen Alicante (38.007 viviendas), Islas Baleares (25.073) y las Canarias (Las Palmas —25.070— y Santa Cruz de Tenerife —21.714—). Asturias tiene 7.420 viviendas vacacionales con un total de 35.633 plazas. "El precio de los alquileres está expulsando a la población residente, porque las viviendas de toda la ciudad han sido sustituidas por alquileres turísticos, aumentando, así, el precio general del alquiler", explica Enrique España. Añade que la situación ha llegado a un "cataclismo urbanístico" y que la insostenibilidad de algo "tan básico como es el acceso a la vivienda" es lo que ha movido a las personas a salir a la calle. Un ejemplo, desde el año 2021 el precio medio del alquiler de viviendas unifamiliares y plurifamiliares de entre 60 y 90 metros cuadrados, en la zona centro de Málaga, se ha duplicado. Ha pasado de los 705 euros de media mensual a 1.400, según los datos publicados por la consultora inmobiliaria CBRE. El portal inmobiliario Idealista apunta un aumento en el último año del 16,5% del precio del metro cuadrado del alquiler en esta provincia. El efecto del turismo en los precios de la vivienda es una de las consecuencias del fenómeno del turismo masivo, pero existen otros como por ejemplo, la expulsión del comercio local a causa de la instauración de un nuevo tejido de franquicias que machaca el comercio autóctono.

El número de turistas internacionales que visitaron España en 2023 ya superó los 85 millones por primera vez desde que hay registros estadísticos. Una cifra que supuso un 18,7% más que en 2022. En 2024, España ha vuelto a superar ese récord con más de 33,2 millones de turistas internacionales hasta mayo, lo que supone un incremento del 13,6% respecto al año pasado. Para el año 2024 se prevén la llegada de 91 millones de turistas con un gasto cercano a los 125.000 millones de euros https://tinyurl.com/mrx9xs84 Sólo hasta el mes de mayo de este año, España recibió 9,3 millones de turistas internacionales, cerca del 28% del total del año. Estos aumentaron su gasto en 11.687 millones de euros, un crecimiento del 19,7% respecto al gasto del mismo mes del año anterior.

El problema de la masificación turística no es ajeno a la cornisa cantábrica, Asturias es un buen ejemplo en lugares como Llanes, Gijón, Villaviciosa, Ribadesella, etc. Un estudio elaborado por el observatorio ‘REGIOlab’ de la Universidad de Oviedo destaca que la mayor parte de las zonas tensionadas de Asturias por el elevado precio de la vivienda, están en el oriente. El motivo, la presión turística y el alto número de inmuebles que se destinan al alquiler como vivienda vacacional. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el oriente de Asturias están censadas a día de hoy 2.582 viviendas vacacionales que aportan 13.557 plazas de alojamiento a la oferta turística comarcal. Ahora bien, la inmensa mayoría, el 42,8% del total, están ubicadas en el concejo de Llanes, que suma 1.107 viviendas que suponen 5.853 plazas de alojamiento. Le siguen Cangas de Onís con 347 viviendas vacacionales (1.730 plazas) y Ribadesella en tercer lugar con 304 viviendas vacacionales que suman 1.605 plazas. En el caso concreto de Ribadesella, 94 de las 304 viviendas están ubicadas en la capital del concejo (pisos turísticos), 68 en la sección occidental (Berbes-Leces), 60 en la sección centro (Sebreñu), 52 en la oriental (Collera) y 30 en la sur-oriental (Santianes). Aunque el número de viviendas vacacionales en el concejo de Ribadesella equivale al 4,89% de las viviendas construidas, este municipio está pensando en regular y limitar la concesión de ese tipo de licencias para bajar los precios al alquiler y favorecer el necesario incremento demográfico, en claro retroceso desde hace trece años. El caso emblemático por su gravedad es el municipio Llanes, el cual lleva más de 9 años sin Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) con él gobierno del PP y VecinosxLlanes y la construcción de vivienda pública ha sido de cero viviendas en dicho intervalo de tiempo, con el consiguiente grave problema que ocasiona la masificación turística en el mercado inmobiliario a la hora de adquirir o alquilar una vivienda para residir.

A nadie se le escapa que el turismo ha crecido en Asturias de forma exponencial, hasta el punto de que en algunos espacios ya se empieza a hablar de saturación. Hay una perspectiva muy obvia de este problema: la de los propios visitantes, que disfrutan menos de espacios atestados de gente, y la de los residentes, que ven cómo el acceso o el precio de los servicios aumentan de forma desorbitada. Pero hay una tercera perspectiva a la que apenas se atiende y que quizá merecería más atención: la de la conservación de la riqueza natural. Es esta perspectiva la que le preocupa a la Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica. Su coordinador, Ernesto Díaz, pone sobre la mesa un concepto que a su juicio debería tenerse muy en cuenta y que, sin embargo, no se está llevando a la práctica: el de capacidad de carga.

¿Qué es la capacidad de carga de un espacio natural? Sería la cantidad máxima de individuos que un hábitat puede soportar sin que se produzcan efectos negativos en los recursos y en el ambiente. El factor humano añadido a estos hábitats por el turismo influye inevitablemente en esa capacidad de carga, de tal forma que han de ponerse límites a los accesos masivos de personas. “El aprovechamiento turístico en los espacios naturales debe estar sometido a un análisis de capacidad de carga; es algo que se hace en muchos sectores, y en este caso el medio soporta lo que soporta”, sostiene Díaz.

La protección de estos espacios naturales está justificada porque se trata de ecosistemas frágiles en los que viven especies que necesitan un especial cuidado, como los osos, urogallos, lobos, rebecos o distintos tipos de anfibios. En Muniellos, hay una carrera de montaña todos los años que pasa por zonas críticas de urogallos y de osos. El problema, para el coordinador, es que se supedita todo a la economía. “Si, por ejemplo, analizas la carrera de montaña de Somiedo, dices que fueron 600 personas o que hubo 300 pernoctaciones, que se consumieron no sé cuántos menús y se bebieron un montón de bebidas alcohólicas. Pero no hablas de los desplazamientos que se requirieron, de los residuos que se generaron, de los decibelios que hubo, eso se obvia, y es algo que habría que mirar en la evaluación ambiental de cada proyecto”.

Hay espacios en los que es obvio que se ha superado la capacidad de carga, y quizá el ejemplo más claro sean los lagos de Covadonga, “a pesar de la limitación de acceso, es una feria, da igual en verano que invierno”, sostiene Díaz. Es hora, entonces, de hacer algo. “Nos está faltando un análisis de capacidad de carga que sea crítico; si el análisis te da que en un espacio no se pueden superar las 1.000 personas distribuidas, lo que tienes que hacer es rebajar las expectativas y poner la cifra un poco más abajo; ahora no solo se está haciendo eso sino tirando por ir a los 2.000, no tiene ningún sentido, porque los límites los tienes que empezar a poner antes de que la cosa explote, y tienes que ser muy férreo; sin embargo, el lema de la Administración asturiana es ‘Cuanto más mejor, y da igual cómo” https://tinyurl.com/4rahbppx

El 12 de mayo del año 2024 se le preguntaba a la Viceconsejera de Turismo del Gobierno del Principado de Asturias, Lara Martínez, lo siguiente https://tinyurl.com/3k9j9bep:

–¿Se atreve a poner una cifra de dónde está límite de turistas que podemos asumir al año en la región?

–No, porque es muy relativo, el número creo que realmente no dice nada. Pero sí el tipo de turismo. El límite se sitúa en que no debe impactar negativamente en la vida diaria de las personas. Es un sector económico, un nicho de empleo, pero también hay que crecer de forma sostenible para que el turismo no se convierta en un problema como ha pasado en otros lugares que no se plantearon esa posibilidad y no hicieron la reflexión previa.

Yo me pregunto, ¿Acaso no existe problemas para alquilar o adquirir vivienda en la costa oriental de Asturias, Gijón, Oviedo o Avilés por citar algunos municipios https://tinyurl.com/3j2vm2d3? Que necesitamos que la gente salga a la calle como en Málaga, Cádiz, Canarias o Barcelona, acrecentando la “turismofobia” contra la gallina de los huevos de oro del turismo.

Para terminar el post, quiero recordar lo siguiente, “No existe la “turismofobia”, lo que hay  son problemas reales que no hablan de los turistas sino de poner límites al sector", aclara el profesor de antropología, Claudio Milano. Que sitúa la crisis del turismo en el año 2008 como el momento de apertura a la “turistificación” de la vida cotidiana, aunque destaca como puntos de inflexión la aparición de plataformas como Uber o Airbnb. "Se reivindica un derecho deteriorado", añade, y hace alusión a que durante la pandemia la sociedad se despreocupó de un modelo que ya era problemático, pero no ha sido hasta ahora que se han retomado las críticas por los problemas que han generado a la sociedad en aspectos básicos para su convivencia diaria por el modelo imperante turístico. Asturias y sus políticos de diferentes administraciones, no pueden ni deben, permanecer de brazos caídos mientras observan dentro de su territorio los primeros signos del deterioro turístico que asoman la cabeza. Lo siguiente que sucederá si no se pone coto a las distorsiones que actualmente vive el ciudadano residente de dicha masificación turística… Es una confrontación que puede terminar con la gallina de los huevos de oro, el sector turístico, ¿A que hay que esperar?

Ya lo dijo Séneca: “Jamás se descubriría nada si nos considerásemos satisfechos con las cosas descubiertas”.

 

 

 

 

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