LA “METAMORFOSIS” POLÍTICA DE CARMEN MORIYÓN CON LA ULTRADERECHA… ESTÁ ENCANTADA

 

Este mes de agosto nos ha mostrado la prensa y los medios de comunicación una cara de la actual alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón Entrialgo, desconocida, todo ello tras la imagen que proyecto de “buenismo” político (actitud política y social que consiste en defender los mejores valores de las relaciones humanas, como la tolerancia y la solidaridad, e ignorar sus aspectos negativos de forma poco pragmática), los ciudadanos de Gijón están viendo una cara desconocida, preocupante por su empecinamiento en el error, pero sobre todo una imagen de una persona que es rehén de su pacto con la ultraderecha que tuvo su plasmación en la investidura del 17 de junio. El mejor ejemplo de la deuda que adquirió Moriyón lo estamos viendo con las corridas de toros. La corrida de toros de la feria de Begoña nos ha mostrado a los ciudadanos asturianos y gijoneses en particular, los principios que atesora la derecha que hoy gobierna el Ayuntamiento de Gijón (Foro, PP y Vox), una derecha política anclada en unos principios rancios y decimonónicos que ante la realidad que vive la sociedad española con respecto a la relación y conservación de la naturaleza y sus seres vivos, utiliza la mentira y el engaño para defender sus posiciones contra natura pese a que dicha defensa resulta obscena para cualquier ciudadano que lo observa. Decía Moriyón el 16 de agosto en un diario regional, “Foro fue muy claro con lo que haría con los toros” en Gijón en caso de volver a ocupar la alcaldía. Remataba dicha afirmación diciendo que tanto las protestas de las personas contrarias a las corridas de toros en El Bibio como las manifestaciones del presidente del Principado, Adrián Barbón, en las que se mostraba totalmente en contra de estos eventos, le merecen un “respeto absoluto” https://tinyurl.com/mr3zk6us O sea el respeto absoluto de la alcaldesa Moriyón consiste en promocionar una actividad lúdica en franco retroceso como nos ha puesto de manifiesto el Ministerio de Cultura en el año 2022, la pregunta qué me hago como ciudadano es, ¿Por qué no promocionar otras actividades lúdicas para los ciudadanos con igual representatividad qué los toros?  


               Foto: tripartito del gobierno municipal de Gijón

La tauromaquia sufre la polarización política que sacude a los españoles con singular saña por una derecha furibunda, son formaciones políticas como la ultraderecha de Vox, la que ha hecho de dicho macabro festival lúdico una bandera de enganche para sus postulados políticos. A esta cruzada se suma el PP y partidos locales como Foro, que en alianzas políticas allí donde no han tenido mayoría como son ayuntamientos o comunidades autónomas para gobernar, asuman que tienen que tragar los sapos que Vox sirve en bandeja para poder gobernar, los toros es un buen ejemplo de dichos sapos. Las ayudas al mundo del toro no son patrimonio exclusivo de los ejecutivos de la derecha, como bien saben en Extremadura o en Aragón, donde llegó a plantearse la equiparación de los alumnos de las escuelas taurinas con los deportistas de alto rendimiento a efectos académicos. En el plano municipal, la llegada al poder de Vox de la mano del PP incluye anuncios como la creación de un trofeo municipal al mejor torero de la feria en Valladolid, una inversión para cubrir la plaza en Guadalajara o la reapertura de la de Gijón, cerrada a principios del año pasado por el riesgo de derrumbe de algunas gradas. La bandera incluye episodios como la creación de una Dirección General de Infraestructuras Rurales, Patrimonio y Tauromaquia en la Junta de Extremadura, de la que se hará cargo Vox, la colocación del torero y abogado Vicente Barrera como conseller de Cultura y vicepresidente del País Valencià o el anuncio en Castilla y León de becas para financiar estudios, "unas de carácter científico y otras histórico", sobre esa misma materia. Sin embargo, la agitación de esa bandera y la recuperación a su socaire de unas cifras de convocatorias ligeramente superiores incluso a las previas a la pandemia, conviven con un histórico desplome del interés por los toros, tanto en vivo como a través de los medios.

                                       

Según recogen las estadísticas del Ministerio de Cultura, el número de espectadores que asisten a los festejos se ha situado claramente por debajo del millón por primera vez en décadas, todo ello a pesar de que uno de cada cuatro entra en las plazas con entradas gratuitas, mientras la audiencia por televisión e internet se redujo en un 25% el año pasado frente a la anterior a la pandemia. Las cifras del Ministerio de Cultura sitúan el número de festejos taurinos celebrados el año pasado en las plazas de toros españolas en 1.546, una cifra que supera ligeramente a las de 2018 y 2019, los dos años previos a la pandemia y que no se aleja mucho de las de los dos anteriores, aunque sí supone un descenso del 11% frente a las 1.736 de 2015 al que no resulta ajeno el deterioro de un buen número de plazas, muchas de las cuales ya se dedican a otros usos. Esa misma estadística apunta a un aumento del número de corridas y de novilladas, a menudo organizadas por ayuntamientos y diputaciones, mientras decaen con claridad otros formatos considerados de menor categoría por los aficionados como los festivales, las becerradas y el llamado toreo cómico. Los registros son similares en lo referente a los llamados "festejos taurinos populares", que incluyen modalidades como las vaquillas, los bous al carrer o los toros ensogados y embolados, en los que a menudo se dan episodios de maltrato animal y cuyo mantenimiento suele ser objeto de intensos debates en sus áreas de influencia. Resultan llamativas las diferencias que se aprecian en la distribución territorial de los dos bloques de festejos taurinos, con prácticamente el 80% de los primeros concentrados en Castilla-La Mancha (365 el año pasado), Castilla y León (346), Madrid (263) y Andalucía (249), mientras más de la mitad de los segundos se localizan en el País Valencià (8.702). También se da una fuerte presencia de estos últimos en el Valle del Ebro con 1.662 en Navarra, 806 en Aragón y 315 en La Rioja que suman un 16,5% y a los que se suman parte de los 140 de Euskadi y los 54 de Catalunya.

Ese repunte del volumen de festejos que se celebran en las plazas de toros coincide, sin embargo, con un acusado descenso del número de asistentes a los mismos, que el año pasado cayó claramente por debajo del millón para situarse en 776.000 personas. Esa cifra, la menor en décadas, se registra el mismo año en el que, una vez derogadas las limitaciones por la pandemia, los fiascos en la afluencia de público se sucedieron de feria en feria, con la de Bilbao como ejemplo paradigmático. En solo cuatro años, y según las cifras que maneja Cultura, la asistencia a los festejos taurinos, sin incluir los populares, se ha desplomado a apenas la cuarta parte al caer desde los 3,13 millones de 2019, el ejercicio previo a los dos años de confinamientos y restricciones. Ese descenso en picado de la afluencia, que coincide con otra del 25% entre quienes siguen esas convocatorias por televisión o por internet, se ha producido a pesar de que uno de cada cuatro espectadores, el 25,9%, accediera a las plazas mediante invitaciones y entradas gratuitas. La caída es mayor todavía si los datos de asistencia del año pasado se comparan con los de quince antes, cuando los festejos taurinos llegaban a atraer a casi el 10% de la población: ese porcentaje no llega al 2% ahora. Esa tasa se encuentra claramente por debajo del que registra el CIS entre quienes van a misa a diario, que alcanza un 5,9% de la población, y también de los que, según las estadísticas de Cultura, asisten a conciertos de música clásica (3,9%), van al teatro (8,2%) o visitan galerías de arte (6,9%).


Con esta realidad que viven los festejos taurinos en nuestro país, uno no puede por menos que pensar que el incidir en el error de los toros en Gijón tiene que ser motivado por alguna cuestión nada confesable como fue el compromiso adquirido por Foro y PP con el partido de ultraderecha de Vox para sentarse en la poltrona municipal. Muchos de los miembros del gobierno municipal carecen de nómina como si la tiene Carmen Moriyón como médico del Hospital de Cabueñes, por lo tanto son estos los que con sus cantos de sirena a Moriyón para que gobierne a cualquier precio con un partido repudiado por la inmensa mayoría de la sociedad española, tiene estos peajes nada decorosos. Ya lo he dicho en algún post que escribí en este blog, pero lo vuelvo a repetir, Carmen Moriyón sufrirá en sus carnes políticas y personales de reputación su alianza con políticos y partidos nada recomendables. Me parece lícito que este dispuesta a pagar el peaje por dicha situación con tal de sentarse en el gobierno del Ayuntamiento, pero lo que ya no podrá presumir de ser una “bambi” de la política asturiana. Esa inocencia que se le presumía en su desembarco en el mundo de la política, ha quedado hecha trizas tras sus pasos dados en esta legislatura que arranco el 17 de julio con la forma en que fue investida.

El 14 de agosto podíamos escuchar una entrevista en una emisora de radio a la alcaldesa Moriyón, donde quedó claro que son muchos los proyectos que abandera y necesita de la participación económica de otras administraciones con mayor músculo financiero como son el gobierno autonómico o el gobierno del país https://tinyurl.com/22yvm7xz Hay que recordar que el presupuesto municipal de Gijón es de casi 370 millones de euros, insuficiente para llevar a cabo todas las promesas que recoge el programa municipal de Foro https://tinyurl.com/ymn227t8 Por lo tanto, hay que decir que todos estos actos políticos como fueron en su día el ataque a la cultura asturiana en las distintas expresiones artísticas, la negación de la violencia de género que sufren las mujeres o lo sucedido con las corridas de toros, no va a ayudar en nada a que las necesidades que tienen los gijoneses se vean cubiertas con un gobierno, que ha hecho de la fiesta y los eventos lúdicos el eje de su acción de gobierno hasta la fecha.

Para terminar el post, quiero decir a la alcaldesa Moriyón que siga con esta línea política que ha emprendido, ya que los frutos los vamos a ver pronto. Bien es cierto, que los palmeros que aplauden y cobran la nómina del Ayuntamiento de Gijón como concejales del gobierno, estarán encantados con dicha forma de hacer política ya que el pesebre les garantiza la “dolce vita”Los que pronto no estarán nada satisfechos serán los gijoneses con lo que está sucediendo con sus intereses, todo ello a pesar de que muchas de las cosas que suceden son ajenos a dichos hechos, su única culpa fue confiar en alguien al que se le ha caído la careta de “bambi”.

Ya lo dijo Stendhal: “El hombre poco claro no puede hacerse ilusiones: o se engaña a sí mismo, o trata de engañar a otros”.

 

 

 

 

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